¿Es posible un empleo de mayor calidad?
«No se pueden imponer por decreto el tipo de contrato o el nivel de salario, pero en estos momentos de consolidación del crecimiento se está en condiciones de crear empleo de mayor calidad»
Después de tres años de un crecimiento económico en torno al 3% y de una generación de cerca de 500.000 empleos al año, hay que plantearse si existen las circunstancias para crear empleo de calidad, que es la meta que todos deseamos. La calidad del empleo no es una cuestión voluntarista, sino una consecuencia de la combinación de unos factores clave que lo hacen posible y que sin ellos resulta imposible conseguir. Las políticas de un Gobierno sólo pueden crear las circunstancias para que los empresarios se animen a realizar contratos indefinidos con salarios más altos, porque son ellos los que en definitiva crean empleo de calidad.
¿Cuáles son los factores clave? El primero es el crecimiento sostenido de la economía y unas expectativas positivas de los ciudadanos , en especial, de inversores y consumidores; en segundo lugar, la estructura productiva de nuestro país y la calidad de la Formación Profesional orientada a las necesidades de las empresas; en tercer lugar, el nivel de la productividad y los resultados económicos de las empresas; todo ello en un marco laboral flexible y una negociación colectiva de acuerdo a la realidad empresarial.
Los comentarios de los líderes políticos y sindicales se repiten todos los meses: "El empleo que se crea es precario y estacional, es decir, temporal y mal pagado". Insisten en el argumento de que mes a mes se crean muchos más contratos temporales que indefinidos y es verdad, pero ocultan que es algo natural y que viene sucediendo lo mismo en los últimos treinta años. A pesar de ello, los contratos indefinidos suponen en conjunto el 74% del total , cifra superior a la que existía antes de la crisis, que era un 69%. Los temporales disminuyen con la crisis, porque son los más fáciles de reducir, y con la recuperación han aumentado levemente, aunque se mantienen en porcentajes en torno al 26 por ciento.
Los sindicatos consideran precario al contrato temporal, ya sea eventual o de obra o servicio, al contrato a tiempo parcial e incluso a los contratos para jóvenes, lo que no deja de resultar sorprendente. En Holanda, para hacer frente a la crisis de los años ochenta, se alcanzó un pacto social de solidaridad que redujo las horas de trabajo y el salario, para generar más puestos de trabajo. Este acuerdo incrementó el contrato a tiempo parcial por encima del 40 por ciento del total de contratos y la medida, al principio involuntaria, con el tiempo se instaló de forma voluntaria en la cultura holandesa para hacer frente a la conciliación trabajo, ocio y familia. A nadie se le ocurre decir que un contrato indefinido a tiempo parcial de treinta horas a la semana es un contrato precario. La incorporación de la mujer al mercado de trabajo facilita la contratación a tiempo parcial como ha ocurrido en toda Europa. Holanda mantiene un 50% de contratos a tiempo parcial, Alemania un 30, y la media europea es un 21, mientras España no llega al 16. Los posibles abusos en su aplicación no se pueden traducir en el rechazo de un contrato que responde a la evolución de la sociedad.
Incluir en la clasificación de precarios a los contratos en prácticas para recién graduados y los contratos de formación y aprendizaje es un despropósito. Un joven necesita una oportunidad para demostrar sus capacidades, acumular experiencia y encontrar un hueco en el mercado de trabajo. Las condiciones de estos contratos, sin coste a la Seguridad Social, sin indemnización al finalizar que respeta todos los derechos sociales, facilita la oferta de trabajo para los jóvenes. La r ealidad empresarial presente y futura requiere personas bien preparadas que su principal activo sea una Formación Profesional especializada que les permita incorporarse con seguridad al mercado de trabajo.
No se puede imponer por decreto ni el tipo de contrato ni el nivel de salario, pero en estos momentos de consolidación del crecimiento y de cuentas de resultados positivas se está en condiciones de crear empleo de mayor calidad.
Es posible y deseable que el empresario que ha pedido esfuerzos en la crisis responda ahora en justicia , con mayores incrementos de salarios ligados a la productividad y a los resultados de las empresas y con contratos estables que mejoren la calidad del empleo.
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