Portugal recupera el crédito
S&P certifica el resurgir económico del país luso rescatándolo del pozo del «bono basura»
![El ministro de Finanzas portugués, Mario Centeno, en una reunión de ministros de Economía y Finanzas de la eurozona este mes de septiembre](https://s1.abcstatics.com/media/economia/2017/09/24/ministro-finanzas-luso-kknE--1240x698@abc.jpg)
Los grandes inversores se preparan para reforzar posiciones en Portugal después de que la influyente agencia estadounidense Standard & Poor’s sacase al país de la categoría de «bono basura» y lo incluyera en la lista de naciones con «perspectiva estable». Es la segunda gran noticia económica del año al otro lado de la frontera porque no podemos olvidar que Bruselas ya había quitado el foco del Procedimiento de Déficit Excesivo sobre nuestros vecinos. Las cifras, por tanto, vuelven a respaldar al «Ronaldo de la economía», como definió el alemán Wolfgang Schäuble a Mário Centeno, el ministro de Finanzas del Gobierno socialista de António Costa.
Eso sí, cada vez son más los analistas que piden reconocer los méritos del Ejecutivo anterior, el comandado por el conservador Pedro Passos Coelho, a quien le tocó aquello de «bailar con la más fea» en los años siguientes a la quiebra del Banco Espírito Santo. Por ejemplo, el experto Joaquim Miranda Sarmento hace hincapié en que «el 90% del esfuerzo presupuestario realizado en los últimos años ocurrió antes de que tomara posesión el actual gabinete».
El FMI requiere a Portugal que no baje guardia y en absoluto relaje la aplicación de reformas, especialmente porque la deuda pública continúa instalada en niveles alarmantes.
El Gobierno espera ahora el regreso de los grandes inversores
El respiro, sin embargo, es obvio porque, como subraya el economista Eugénio Rosa, «quien presta dinero tiene en cuenta este tipo de calificaciones porque así se mide la capacidad para cumplir los compromisos y queda garantizado que se paga lo que se debe». Otra consecuencia es que el Estado paga intereses más bajos, como ya está sucediendo en Lisboa. Ahí queda retratada la importancia de esta en vista de que los inversores no acuden a los países que se hallan bajo el estigma del «bono basura».
Además, el veredicto concuerda con el de la agencia canadiense DBRS, que hasta ahora se distinguía como la única de las cuatro grandes en evitar el derrumbe de la cuna del fado. Hoy solo restan dos severos jueces por dar su brazo a torcer: Fitch y Moody’s.
Con todo, se ha recuperado la confianza internacional y Mário Centeno se ha apresurado a declarar: « Se abre así el camino a la ampliación de la base de inversores en deuda pública de la República portuguesa, con mejores condiciones de financiación». Este contexto desembocará, de acuerdo con sus previsiones, en un alivio de cara a las familias y a las empresas.
Rigor por austeridad
Como dice el experto lisboeta Rui Ramos, el nuevo panorama debe sus buenas expecativas a los años de «trabajo sucio» (de 2011 a 2014) comandado por los socialdemócatas de Passos Coelho. A su juicio, lo único que ha sucedido es que el primer ministro, António Costa, ha rebautizado la tan temida «austeridad» como «rigor». Y así la percepción de los sacrificios se va diluyendo por parte de la opinión pública.
Por si acaso, el ministro de Finanzas no ha desaprovechado la oportunidad de calmar los ánimos a quienes auguran que nada de esto beneficiará al país si no consigue dar la vuelta a la alta deuda pública. Por este motivo, acaba de manifestar: «Va a reducirse. Eso seguro». La propia Standard & Poor’s lo da por hecho, así que sus palabras rezuman satisfacción: «Para final de año, esperamos tener la deuda en un 127,7% del PIB. Será el mayor descenso en dos décadas».
Portugal tiene la cuarta mayor deuda del mundo, sin embargo la asignatuar pendiente es el endeudamiento extero de las empresas privadas lusas
En cualquier caso, el mercado no permite lanzar las campanas al vuelo , especialmente si tenemos en cuenta un dato demoledor: Portugal tiene la cuarta mayor deuda del mundo. Para confirmarlo, basta echar un vistazo al último índice de «Business Insider», donde se pone de manifiesto que el primer lugar es para Japón (234,7% del PIB). Inmediatamente después figuran Grecia (181,6%) y Líbano (132,5%). Precisamente, el Banco de Portugal difundió este jueves 21 de septiembre una notificación que anunciaba los datos relativos al pasado junio. Pues bien, en ese mes la reducción de la deuda pública fue de 1.000 millones.
Por el contrario, la gran asignatura pendiente se circunscribe al sector privado, toda vez que en ese ámbito el desajuste aumentó en 400 millones de euros. Es decir, el endeudamiento externo de las empresas privadas lusas se ha disparado, lo que dificulta sobremanera sus condiciones de competitividad en un contexto internacional marcado por la volatilidad y por la necesidad de entrar en una dinámica de bloques sólidos, que tengan capacidad de respuesta ante los obstáculos que puedan presentarse a lo largo del camino.
Esta debilidad lastra el despegue definitivo de la economía portuguesa, no obstante aliviada por otro síntoma: el buen comportamiento del turismo.
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