Portugal despliega la alfombra roja para China con los «Panda bonds»
Es el primer país de la UE en emitir deuda en yenes pese al recelo de Bruselas sobre el capital del gigante asiático
No existen precedentes en Europa: un país de la UE se lanza a emitir títulos de deuda pública en… moneda china. Y ese país es Portugal, que afianza así sus lazos con el gigante asiático y se presenta más que nunca como el aliado más fiel de Pekín en el viejo continente. Un guiño más al presidente Xi Jinping .
La insólita iniciativa acaba de suceder esta misma semana, pues fue el jueves 30 de mayo cuando se materializó por valor de 260 millones de euros a un plazo de tres años. Pero en yuanes, claro. Son los denominados «Panda Bonds» , en referencia al oso panda, verdadero icono chino. Y todo bajo el sello de la Agencia de Gestión de la Tesorería y la Deuda Pública (IGCP), a lo que hubo que añadir la autorización final del secretario de Estado de Finanzas, Ricardo Mourinho Félix, quien refrenda la operación con estas palabras: «Es el coste de la entrada en un nuevo mercado».
Otro beneplácito proviene de la presidenta de IGCP, Cristina Casalinho: «Hoy en día dependemos de la base de inversores que tenemos. Y, por ejemplo, sabemos que los emprendedores que compran en deuda alemana no invierten en títulos de deuda con niveles de riesgo más elevado. Si China puede surgir como una alternativa para continuar en el esfuerzo de ampliación de la base de inversores, pues es muy importante».
De eso se trata: de posicionarse cada vez mejor en un mercado de mucha liquidez, incluso aunque la tasa de interés resulte «significativamente» más alta, algo que se compensará en el largo plazo.
Eso sí, Bruselas mira la operación con recelo ya que no se fía del expansionismo financiero de un país opaco y que no respeta los derechos humanos. Se busca proteger sectores estratégicos del control chino a través de la inversión directa, como puso de manifiesto hace escasos meses la UE con la aprobación de un nuevo reglamento para vigilar la llegada de capital foráneo.
Asimismo, a ello hay que unirle el recrudecimiento de las tensiones entre Estados Unidos y China. Con Trump y Jinping en plena escalada arancelaria, la guerra comercial obliga a cada bloque a posicionarse por un aliado.
Relación comercial
La relación estrecha entre Lisboa y Pekín , así, hunde sus raíces en la histórica Ruta de la Seda, constituida en antesala para que Portugal mantuviera su dominio sobre Macao. Una antigua colonia cuyo control fue transferido al poder central chino exactamente 20 años atrás.
En la actualidad, Portugal es ya el segundo destino europeo para el dinero procedente de Pekín, solo superado por Finlandia. Pero el tope no parece atisbarse ni siquiera después del frenazo a la opa de China Three Gorges por la eléctrica lusa EDP, torpedeada por un accionista norteamericano.
En cualquier caso, los negocios de China en Portugal no dejan de multiplicarse, como retratan dos grandes operaciones puestas en pie por la macroempresa Fosun para hacerse con la mayor aseguradora del otro lado de la frontera, Fidelidade, y con Luz Saúde (antes del Espírito Santo). Además, controla el 5% de REN (Red Eléctrica Nacional) y copa el 80% del capital de Caixa Seguros, lo que se traduce en que son dueños del 30% del mercado portugués de este sector. Tampoco puede olvidarse que Bison Capital, con sede en Hong Kong, compró el banco de inversión luso Banif y que la también china Hainan Airlines domina el 45% de TAP Air Portugal a través del consorcio Atlantic Gateway.
Solo unos años atrás, B eijing Enterprises Water Group desembolsó 95 millones de euros por Veolia Water Portugal, empresa responsable del abastecimiento de agua en municipios como Mafra o Paredes. También chino es el propietario de EDC Mármores do Alentejo, después de adquirir el 35% de su volumen por 24 millones de euros. De hecho, el 80% de su producción se exporta a la potencia asiática. Y la empresa de servicios financieros Haitong colocó sobre la mesa 379 millones de euros para quedarse con la división de inversiones de Novo Banco, que gestiona los activos saneados del extinto Espirito Santo.
En cuanto a los procesos de financiación de todas estas operaciones, tienen un doble protagonista: I ndustrial and Commercial Bank of China (ICBC) , que abrió sede en Lisboa en 2012, y Bank of China.
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