Portugal inyectará 600 millones de euros a Novo Banco
Las necesidades de la entidad demuestran el ruinoso negocio que hizo el Gobierno socialista al vender el 75% del banco al fondo norteamericano Lone Star por 1.000 millones
La complicada situación de Novo Banco parece no tener fin para las arcas públicas de Portugal, pues la entidad que tomó las riendas del Espírito Santo al declararse su bancarrota requiere una inyección de 600 millones de euros para evitar males mayores, que podrían tener graves consecuencias para el maltrecho sistema financiero del país vecino.
A esta cantidad hay que sumar 130 millones que el Estado luso deberá asumir en concepto de créditos fiscales. Un total que asciende al 0,3% del PIB del país vecino.
Las nuevas necesidades económicas de Novo Banco salen a la luz después de haberse presentado los Presupuestos , aunque todavía no están aprobados. En todo caso, muchos portugueses aguardan explicaciones acerca de cómo les afectan las cuentas del Gobierno socialista, pues observan estupefactos cómo la proliferación de impuestos y más impuestos retrata un afán recaudatorio que, al final, redunda en un coste para el bolsillo medio.
Pero es que, además, la entidad ha absorbido 2.000 millones de euros en los dos últimos años y aún exigirá otros 1.300 más entre 2021 y 2026.
En consecuencia, se demuestra que la venta del 75% del banco al fondo estadounidense Lone Star por 1.000 millones hace dos años no fue precisamente un buen negocio y más bien respondía a la actuación a la desesperada del gabinete del primer ministro, Antonio Costa. El otro paquete del 25% es el que permanece en manos del Estado, que en todo caso se reservó el poder de decisión.
Los ejecutivos norteamericanos sellaron un pacto por el que se comprometían a sumar una aportación extra de 1.000 millones de euros, pero en absoluto es suficiente para tapar todos los huecos. Las inyecciones se realizan a través del denominado Fondo de Resolución , creado con el beneplácito del Banco de Portugal para intentar paliar la acusada situación del sector al otro lado de la frontera. Pero pasan los años y el panorama no mejora. Más bien al contrario.
Tampoco puede olvidarse que, cuando se cerró la operación con Lone Star, el Estado ya había aportado 4.900 millones de euros para evitar el derrumbamiento de Novo Banco. A esa cifra se añaden los 5.000 millones de pérdidas que la firma acumuló a lo largo de los últimos cinco años y la circunstancia de que la apuesta para evitar un colapso del sistema financiero (incluida Caixa Geral de Depósitos) en su conjunto le ha costado ya a Portugal 20.200 millones de euros.
Según los cálculos de varias consultoras, los portugueses han pagado hasta ahora unos 2.000 euros por cabeza como contribución , algo que exaspera a la población, sobre todo si tenemos en cuenta que el salario mínimo subirá en enero a 635 euros. Crecen, por tanto, las evidencias de que el ministro de Finanzas, Mario Centeno , ocultó los datos reales en relación a Novo Banco, pues no ha sido nada claro a este respecto.
En teoría, el contrato con Lone Star contiene una cláusula que establece en 3.900 millones de euros el tope del dinero público al que podía recurrir en caso de necesidad. «Puede que sea legal, pero es profundamente inmoral», señaló en su momento el influyente comentarista político Marques Mendes, recogiendo el sentir de miles de portugueses. «Es mucho más cómodo echar mano del Fondo de Resolución que tratar de cobrar los créditos de difícil resolución», añade sin tapujos el expresidente del PSD, la formación conservadora que lidera la oposición.
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