Pizarro relaciona el espionaje de Villarejo con la OPA contra Endesa en 2005

Declara en calidad de perjudicado en la Audiencia Nacional por el marcaje al que fue sometido en 2004 por encargo de Iberdrola

El expresidente de Endesa, Manuel Pizarro

Isabel Vega

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El expresidente de Endesa, Manuel Pizarro, ha comparecido este lunes en calidad de perjudicado en la causa que se sigue en la Audiencia Nacional por los encargos que Iberdrola hizo a cambio de 1,1 millones de euros al comisario jubilado y en prisión provisional José Manuel Villarejo y entre los que figuraría el de espiarle a él y a su círculo familiar y laboral para encontrar puntos débiles que esgrimir en su contra, a partir de 2004.

Según informan en fuentes jurídicas a ABC, el juez Manuel García Castellón y los representantes de la Fiscalía Anticorrupción han ofrecido a Pizarro la posibilidad de acceder al procedimiento en calidad de acusación , si bien el empresario ha declinado. Quiere esperar a que se alce el secreto de actuaciones que pesa sobre este asunto para una vez conocido el fondo, tomar una decisión.

Durante su comparecencia como testigo, Pizarro ha explicado que en el fondo, lo que subyace es un delito de maquinación para alterar el precio de la acción pues relaciona aquella encomienda con la voluntad de derribar a Endesa para facilitar la OPA que meses después, lanzó Gas Natural con un acuerdo previo con Iberdrola. Es en esta estrategia, según las fuentes consultadas, donde ha enmarcado el presunto marcaje al que de acuerdo los indicios obrantes en la causa, fue sometido por Villarejo.

Fueron moncloa.com y El Confidencial quienes difundieron las primeras informaciones que situaban a Pizarro como víctima del comisario. Según los audios y documentos publicados, el proyecto se llamaba BlackBoard , fue encomendado por el entonces jefe de Seguridad de Iberdrola Antonio Asenjo a Villarejo en una reunión en septiembre de 2004 y, a resultas, el comisario le devolvió una veintena de folios en los que diseccionaba su curriculum personal y laboral y mostraba un análisis pormenorizado tanto de su círculo familiar como laboral y de amistades.

La central de Arcos

No obstante, Endesa para entonces ya estaba en el punto de mira. En otro paquete de audios y documentos filtrados aparece una conversación que Asenjo y Villarejo habrían mantenido en junio de 2004 sobre la necesidad de investigar a la energética que presidía Pizarro, así como a grupos ecologistas, políticos e incluso un juez a fin de proteger la viabilidad de su central térmica de Arcos de la Frontera de un posible boicot.

«Lo de Endesa es, digamos, la parte más sustancial del tema porque en su momento de lo que se trata es de sacarle los dientes y decirle «Macho, os hemos pillado con el canasto de la chufa y partir de ahora vamos a llevarnos bien», resumía Villarejo. «Ese cromo lo necesitan los de arriba para intercambiar», contestaba el jefe de seguridad.

También en el BBVA

Villarejo, en su línea, vendió también información sobre Pizarro al BBVA , entidad para la que ese mismo año estaba trabajando en el denominado «Proyecto Trampa» que pretendía frenar con medios ilícitos la entrada de Sacyr en el consejo de administración de la entidad.

En una conversación con el entonces jefe de seguridad del banco, Julio Corrochano, que obra en el sumario, se aprecia cómo el comisario le ofreció por si era del interés de sus superiores, una información que presuntamente salpicaba al presidente de la energética.

En concreto, refiere «una documentación que le han dado» al entonces ministro de Industria socialista José Montilla sobre Endesa «por el tema de unas comisiones» y que el alto cargo del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero está sopesando a qué periodista filtrar.

Dice que «va a intentar hacerse con alguna fotocopia» y que «tiene entendido que son unas cartas del presidente del Banco Mundial» en relación a «comisiones» recibidas por la energética en Chile en los años 1996 y 1997. Aseguraba que «Pizarro se encargaba de la operación», según las transcripciones de la Unidad de Asuntos Internos de la Policía Nacional.

«Le dice a Julio Corrochano que si le viene bien aunque sea un tema colateral, Julio le responde que les viene bien, Villarejo le dice que en dos o tres días se la entrega », sigue el texto que obra en el sumario.

En una conversación posterior, el comisario comenta con al exjefe de seguridad del BBVA el destino final de los documentos. Él le responde que ha dado parte a alguien que identifica como su «jefe directo» y que, tras leer los «tres folios» facilitados, le ha restado importancia. «Es viejo», le contestó.

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