El paro efectivo se acerca ya a los seis millones en España

Si a los 3.964.353 oficiales se suman los que están en ERTE y cese de actividad y colectivos excluidos, como los que reciben formación, serían 5,8 millones

Susana Alcelay

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La tercera ola del Covid vuelve a dejar datos dramáticos sobre el mercado de trabajo, acorralado por restricciones y confinamientos que siguen evitando la esperada recuperación de la actividad económica y del empleo. Enero es un mes tradicionalmente negativo para la ocupación por el fin de los contratos ligados a la Navidad y el de 2021, aunque atípico, no fue una excepción. En el primer mes del año se destruyeron 219.000 puestos de trabajo, lo que dejó en 18,83 millones el número total de afiliados, de modo que el sistema volvió a perder la cota de los 19 millones de cotizantes. La Seguridad Social ha perdido en el último año 335.014 afiliados.

En línea con esta destrucción de empleo también se produjo un incremento del desempleo registrado. 76.216 personas se apuntaron a las listas de los servicios públicos de empleo en enero con respecto a diciembre, lo que ha dejado la cifra total de parados al borde de los cuatro millones: 3.964.353 . Esta es la cifra oficial de desempleados que hay en España pero, ¿responde a la cifra real? Si se tienen en cuenta ocupados que permanecen en ERTE, autónomos con cese extraordinario de actividad y colectivos excluidos del registro oficial, no.

«La crudeza de la situación económica es clara si tenemos en cuenta que la cifra de desempleo supera los cuatro millones y medio -4.649.172 personas - si contabilizamos a los excluidos de las listas oficiales por estar realizando cursos de formación o ser demandantes de empleo con disponibilidad limitada o con demanda de empleo específica, a los que se suman los cerca de 739.000 que permanecen en ERTE a 31 de enero». Esta reflexión la realizó ayer la CEOE, desvelando una realidad sobre la que también se han pronunciado servicios de estudios y diversos organismos como Fedea, que el pasado agosto situó la tasa de paro efectiva en España en el 22% de la población activa.

Para ponderar correctamente los datos del paro conviene recordar que los trabajadores que se encuentran inmersos en un ERTE no son contabilizados como desempleados por esta estadística; su empleo está solo suspendido, aunque están parados y cobran una prestación del Estado. El número de personas bajo este paraguas de protección se situó a final de enero en 738.969, lo que supone un aumento de 35.625 con respecto al mes de diciembre. Si a esta cifra se suman los autónomos que cobran también el paro, el llamado cese extraordinario de actividad, que en enero ascendía a 383.800, el paro efectivo llegaría hasta los 5.087.153.

Pero la cifra aumentaría todavía más y quedaría al borde de los seis millones si a estos colectivos se suman los parados que realizan cursos (291.197) y los que tienen disponibilidad limitada (393.622), ambos excluidos de la estadística. Esta tiene muchas lecturas, pero está claro que los afectados por ERTE pertenecen a los sectores más golpeados por la pandemia como la hostelería, a la que el Gobierno le sigue negando ayudas directas, a diferencia de lo que hacen la mayoría de nuestros vecinos europeos. El Ejecutivo sigue trabajando en un plan para el sector desde hace más de un mes mientras las restricciones están provocando una sangría de cierres y despidos.

Los datos de ayer reflejan que el recrudecimiento de la tercera ola del virus en el arranque del año afectó nuevamente a la hostelería y a las empresas de servicios , que perdieron 37.000 y 36.000 cotizantes, respectivamente. La construcción destruyó 21.200 empleos y la industria se anotó 13.000 cotizantes menos que en diciembre.

El año de la pandemia cambió la marcha de la economía global y España sufrió con más intensidad que otros países el azote del Covid-19, especialmente sus empresas. Según el número de cuentas de cotización de diciembre, último dato disponible, el número de sociedades afiliadas al sistema volvió a bajar por tercer mes consecutivo y se situó en 1,38 millones, 100.000 menos que hace un año. La tasa de destrucción de empresas rozó el 7% anual.

Los empresarios prevén ya un tsunami de cierres, especialmente pequeños negocios y autónomos, que ya en 2020 perdieron una media de 20.000 euros cada uno . Unos pudieron resistir, pero otros se vieron forzados a cerrar la persiana, cercados por el parón económico y las posteriores restricciones y confinamientos.

El tejido empresarial está muy tocado y esto es lo que reflejan los datos de la Seguridad Social. En enero se perdieron nada menos que 14.668 autónomos, lo que equivaldría a una pérdida de 473 trabajadores por cuenta propia al día. «Los datos de empleo reflejan la realidad del tejido empresarial, agotado económica y financieramente», dijo ayer Lorenzo Amor, presidente de ATA.

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