TRIBUNA
Oro parece, plata no es, el que no lo adivine tonto es... ¡Petróleo!
«Ya no es oro 'negro' todo lo que reluce. Y menos para las economías en las que el petróleo es su motor de crecimiento»
Ya sí que sí. Ahora va a ser que la cosa se ha puesto seria. Y fea para algunos. Y si bien un petróleo barato suena a «estupendo» para muchos, por ejemplo para los países netamente importadores, como es el caso de España -donde consumimos de media 1,2 millones de barriles de petróleo al día y no se produce prácticamente nada-, para los productores, por un lado, o para las empresas petroleras , por otro, la situación no es como para ponerse a tirar cohetes. Pero es que es incluso más difícil para los primeros que para las segundos.
El caso es que ya no es oro «negro» todo lo que reluce. Y menos para las economías en las que el petróleo es su motor de crecimiento. El duro golpe que han sufrido los países del Golfo Pérsico por la paulatina caída del precio del crudo, y la repercusión en sus cuentas públicas, está provocando dolores de cabeza diarios a los líderes de todas las monarquías árabes . Porque de continuar en los niveles actuales por mucho más tiempo -por debajo de los 50 dólares el barril brent, próximo ya al siguiente escalón de suelo en los 40- los expertos (¡bueno y los propios países!) auguran un futuro a medio plazo nada alentador, con déficits fiscales en sus economías regionales basadas, como decía, en los hidrocarburos.
Y, entonces, nosotros, ¿por qué preocuparnos como país si nos viene bien un precio tan barato? Pues porque esta reflexión no es del todo correcta. De hecho, no nos irá «de perlas» si permanece un escenario de precios del crudo tan bajos por mucho más tiempo, como así prevé hasta la propia Agencia Internacional de la Energía (AIE), que augura que se frene el crecimiento de la demanda de petróleo en 2016, lo que añadiría aún más presión a la baja en los precios «petroleros»... Y, por cierto, olvídense, porque ¡nada de volver a ver un petróleo a 80 dólares hasta el 2020!
Pero, retomando el tema..., entonces ¿por qué sería perjudicial para España? Fácil, porque, por extensión, esta situación pone en duda la viabilidad de muchos de los proyectos en marcha de grandes empresas españolas con intereses en aquellos países. Las cifras, sobre la mesa. Porque el Gobierno de Mariano Rajoy lo tenía cuantificado desde hace meses y, con las incertidumbres aireadas por los medios de comunicación, mejor actuar cuanto antes. Ya saben aquello de «más vale prevenir...».
Y es que ¡unos 20.000 millones de euros estaban (están, están) en juego en proyectos firmados allá en el Golfo Pérsico! «Moco de pavo», desde luego, no es. Y si la desconfianza en recibir lo que se nos debe está ahí presente, como «flotando» en el aire, los rumores de que alguna que otra compañía española -eléctrica para más señas- desinvierte a su manera - con ventas de acciones entre los miembros de más alto «standing» , digamos, en Qatar- no ayudan nada de nada para la tranquilidad del resto de grandes empresarios españoles.
Por ello, el Gobierno, con una mosca de más detrás de la oreja, no ha dejado pasar el tiempo y se ha plantado en tierras persas. Y para contrastar «in situ», no vaya a ser que esos rumores tengan su razón de ser. Por tanto, para asegurar la viabilidad de los proyectos y garantizar que los pagos se siguen efectuando, el secretario de Estado de Comercio, Jaime García-Legaz , comenzó el pasado domingo una gira de cinco días por los países de Oriente Medio. Le acompañaron Alfredo Bonet, director internacional de la Cámara de Comercio de España, y José Vicente González, vicepresidente de la CEOE. Durante esos días, García-Legaz mantuvo varias reuniones bilaterales con los ministros económicos de Emiratos Árabes Unidos, de Qatar, Kuwait y Omán.
¿Objetivo, cumplido? Sin duda. Bajo el brazo, un compromiso de pago para blindar las infraestructuras de las empresas españolas allí presentes (Talgo, Renfe, Adif, OHL, Indra, Ineco, FCC, Typsa, Sener, Técnicas Reunidas, ACS...). Muy difícil de conseguir si se tiene en cuenta que muchos de estos países están bajo la lupa internacional , ya que algunas de sus economías es cierto, y notorio, que tienen ya un problema grave de solvencia, agravado por la necesidad imperiosa de cumplir «soberanamente» con la factura de sostener a sus ciudadanos : una renta vitalicia, o especie de cheque «universal», que prima sobre el resto de los gastos.
Pero hubo más. La delegación española logró también el compromiso de futuro de los «jeques» árabes de continuar con sus inversiones en España, en especial el de Omán ... Señores, el petróleo, pues, entra en campaña, por si aca...