La pandemia ha disparado el absentismo laboral hasta niveles del siglo pasado
La Comunidad Valenciana y Canarias presentan los índices más altos (9,6%) y, la Comunidad de Madrid (6,9%) y Extremadura (5,6%), los más bajos
La tasa de absentismo laboral alcanzó el año pasado en España el 5,5%, que era el dato más elevado de los últimos 20 años. Sin embargo, la irrupción del Covid-19 disparó esa tasa hasta el 6,3% en el primer trimestre de este año y hasta el 8,9% en el segundo trimestre, los porcentajes más altos desde el siglo pasado, según el último informe de Adecco Group Institute, el centro de estudios y divulgación del grupo Adecco.
En términos aproximados, dos tercios del aumento del absentismo en la primera mitad de 2020 se explica por el aumento de las enfermedades comunes y accidentes no laborales , como efecto directo de la pandemia. Las horas perdidas por incapacidad temporal (IT) llegaron, en el segundo trimestre de 2020, a casi 89 horas anualizadas, de media, por trabajador. Es, por ejemplo, el doble que en 2012 y 2013. El tercio restante se explica por un conjunto de motivos, entre los que destacan el aumento de las horas no trabajadas por permisos (casi 17 horas anualizadas en el segundo trimestre, prácticamente el triple que en 2018 y 2019) y las horas perdidas en el lugar de trabajo (por ejemplo, por falta de insumos, rotura de maquinaria o ausencia de compañeros que impiden completar una determinada actividad, todas cosas directa o indirectamente vinculadas con la pandemia de coronavirus), según el informe.
El año pasado, diez autonomías registraron sus mayores tasas de absentismo desde 2000 , otras tres incrementaron su tasa sin alcanzar máximos históricos -Cantabria, Cataluña y la Comunidad Valenciana- y otras cuatro redujeron o mantuvieron igual su tasa de absentismo -Baleares, Castilla y León, la Comunidad de Madrid y La Rioja-.
Pero la tasa de absentismo dio un salto en todas las autonomías en la primera mitad de 2020 debido a la irrupción del coronavirus y todas alcanzaron su respectivo máximo histórico . Las tres más altas corresponden a la Comunidad Valenciana, Canarias (9,6% en ambos casos) y el País Vasco (9,5%). En la situación opuesta, solo hay dos regiones en donde la tasa de absentismo ha permanecido por debajo del 7%: la Comunidad de Madrid (6,9%) y Extremadura (5,6%).
Además de las horas de trabajo que se pierden por vacaciones y días festivos y de los ERTE, hay muchos otros motivos que provocan pérdidas ocasionales y que sí se consideran absentismo. El más importante de esos motivos es el de la incapacidad temporal (IT, enfermedad común). El absentismo es el conjunto de horas no trabajadas por motivos ocasionales.
Erróneamente, muchas veces se equipara el absentismo con faltas injustificadas. Aunque estas últimas son una parte del absentismo, no son la porción más importante. También se incluyen dentro del absentismo, por ejemplo, las horas no trabajadas por maternidad, por permisos remunerados y por conflictividad laboral.
La volatilidad de la Covid-19 no sólo nos ha llevado al cambio en el orden de las preocupaciones de la salud laboral de las personas trabajadoras, también ha afectado a las contingencias comunes y a las profesionales. Las bajas de más de un año por enfermedad común se han disparado un 27% y la crisis sanitaria lleva a un coste de las ausencias de 8.000 millones de euros, según cifras del gobierno.
Por otro lado, nos encontramos con una importante reducción de los accidentes de trabajo, tanto en número (124.975 accidentes menos de enero a septiembre de 2020) como en índices de incidencia (214,4 frente al 279,9 de 2019), pero el impacto del coronavirus ha incrementado las cifras de accidentes mortales en un 8%.
La brusca caída de la actividad económica a raíz de las medidas para combatir el coronavirus derivó también en un descenso brusco de las horas extraordinarias, que en el segundo trimestre de 2020 marcaron un nuevo mínimo, equivalente al 0,27% de las horas pactadas. Eso ratifica el estrecho vínculo entre las horas extraordinarias y el nivel de actividad económica.