Empresarios y sindicatos rechazan los nuevos ERTE de Calviño
La CEOE avisa de que es un modelo intervencionista y advierte: «Preferimos que no lleguen los fondos y que las normas sean mejores»
La negociación de la reforma laboral avanza y la tensión entre las partes aumenta. La nueva propuesta de ERTE permanentes que ha puesto sobre la mesa el departamento de la vicepresidenta Nadia Calviño se ha topado hoy con el rechazo de empresarios y sindicatos y ha reabierto las heridas que parecía comenzaban a cicatrizar en el Ejecutivo. El documento planteaba una regulación permanente de los ERTE, para los que se establecen tres modalidades, vinculadas a la formación y la recolocación de los trabajadores en otras empresas. Pero no ha convencido a nadie.
Además de las cuestiones técnicas, la propuesta contenía también una importante lectura en clave política, pues otorgaba más poder a la vicepresidenta segunda, Nadia Calviño , que a la titular de Trabajo, Yolanda Díaz, lo que refleja cómo el pulso entre ambas sigue vivo. En el entorno empresarial se califica el texto de «farragoso» y se asegura que está plagado de «ideología» e «intervencionismo». El malestar es tal que el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi , no dudó ayer en desvincular a los empresarios de la llegada de los fondos europeos: «Preferimos que no lleguen los fondos y que las normas sean mejores», dijo en una entrevista a Onda Cero.
Hoy mismo, en declaraciones a los medios en el V Acto Empresarial por el Corredor Mediterráneo, Garamendi ha mostrado su «sorpresa» por el hecho de que un documento lleno de «intervencionismo» llegue desde el departamento de Calviño.
Según el borrador que negocian los agentes sociales, el Gobierno apuesta por mantener los ERTE por fuerza mayor en términos similares los que se han aplicado durante la pandemia. Pero incluye además otros dos nuevos tipos bajo el bautizado como Mecanismo RED de Flexibilidad y Estabilización del Empleo y que se bautiza como los estructurales y los cíclicas. Para los tres casos se establece que la reducción de jornada oscilará entre el 10% y el 75% del total .
El esquema diseñado para causas estructurales se activaría para hacer frente a cambios que tengan que ver con la introducción de nuevos métodos de producción y que generen situaciones en las que mantener a la plantilla lleve a la empresa a una pérdida de competitividad. Estas situaciones deberán abordarse con « recualificación de las personas trabajadoras afectadas para garantizar su empleo en la propia empresa o, en procesos de transición profesional de estas hacia empleos en otras empresas o sectores», reza el documento.
En este último caso, la empresa de origen transferiría al Fogasa el 50% de la cuantía del despido improcedente que le hubiera correspondido al trabajador en ausencia de recolocación para constituir un fondo para financiar estos procesos de recolocación. Este punto no ha gustado entre las filas sindicales pues se considera una pérdida de derechos de los trabajadores.
En cuanto a los ERTE para hacer frente a crisis de carácter cíclico , como el que se ha vivido con la pandemia, solo se activará cuando concurran causas económicas derivadas de una «situación coyuntural de alcance general». Aquí el poder pasaría a manos del Ministerio de Asuntos Económicos, quien deberá establecer qué parámetros objetivos justifican su uso. Además, deberá recibir una activación previa por parte del Consejo de Ministros. Su duración máxima sería de un años, con exoneraciones en las cotizaciones y prestaciones para los trabajadores equivalentes al 70% de la base reguladores.
Pese a la superioridad de Calviño en este esquema , lo que podría en un principio hacer pensar que la propuesta es más afín al mundo empresarial, el rechazo en CEOE es rotundo. Uno de los principales focos de polémica lo ha generado el modo de financiación. La propuesta pasa por constituir un fondo que se nutriría por una triple vía: por una lado se dotaría con el exceso de ingresos por cotizaciones sociales por desempleo, por otro con aportaciones que se establezcan en los Presupuestos Generales del Estado y por último con fondos procedentes de la Unión Europea. Se mantiene además una de las cláusulas que más polémica han generado durante la pandemia pues los beneficios en cuanto a cotización vinculados a este Mecanismo RED estarían condicionados al mantenimiento del empleo de los afectados durante los seis meses siguientes a la finalización del ERTE.
En declaraciones a los medios de comunicación en los pasillos del Congreso, la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz ha pedido «apagar los focos» y ha apelado a la «discreción» para lograr consensos entre todas las partes.
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