El nuevo brillo del autoconsumo deslumbra a las firmas extranjeras

El ‘boom’ del sector al calor de la mejora regulatoria, los fondos europeos y el alto precio de la luz han despertado un apetito voraz en empresas de todo el mundo

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Apenas acaba de empezar a despuntar el autoconsumo en España y el desembarco de empresas y fondos de inversión extranjeros para hacerse hueco en el mercado no se ha hecho esperar. En un país como el nuestro con más de 2.500 horas de luz al año (en algunas regiones incluso superan las 3.000) y con una consolidada red eléctrica es de suponer que la energía solar resulte un atractivo negocio. Pero ha sido un nuevo marco regulatorio a partir de 2019, que favorece la implantación de instalaciones fotovoltaicas para consumo propio y, sobre todo, las ayudas de los fondos europeos para financiarlas (como también las de comunidades autónomas y exenciones fiscales, como el IBI, que ofrecen muchos ayuntamientos) lo que está dando un fuerte tirón al segmento del autoconsumo. Además, una coyuntura como la actual con elevados precios energéticos, que parece que va a ser difícil bajarlos a corto plazo, está empujando a que muchas viviendas unifamiliares, pymes y comercios adelanten la decisión de tener toda la autosuficiencia energética posible y abaratar así la factura de la luz.

Lo reflejan los datos. Según la Unión Española Fotovoltaica (UNEF), desde 2018, año en el que se eliminó el conocido impuesto al sol, la tendencia indica que el autoconsumo aumenta cada año en España. En 2019 se instalaron 459 MW de potencia, en 2020 otros 596 y en 2021 se duplicó a 1.203 MW. El 41% fue en el sector industrial, el 26% en el comercial y d onde se produjo un fuerte empujón fue en el residencial que pasó de suponer el 19% de toda la nueva potencia instalada en autoconsumo en 2020 a representar el 32% el año pasado.

UNEF calcula que en total hay 3.240 MW instalados en autoconsumo en todo el país. Si tenemos en cuenta que la Hoja de Ruta del Autoconsumo estima que se pueden alcanzar entre 9.000 MW y 14.000 MW de potencia en 2030, queda mucho camino por recorrer. Un hándicap que no escapa a las empresas extranjeras, que mueven ficha para hacerse hueco en este mercado. «Estamos viendo dos tipos de compañías extranjeras. Por un lado, empresas especializadas en autoconsumo que quieren extender su actividad y fondos de inversión que ven que el mercado del suelo está saturado y buscan nuevas líneas de negocio. Invierten sobre todo en el sector industrial con proyectos importantes», indica José Donoso, director general de UNEF.

Un fenómeno que también ha detectado la empresa de ingeniería y consultoría Haz Energía. « Están entrando muchísimas empresas extranjeras y fondos de inversión con capitales superiores a 50 millones de euros para invertir en autoconsumo durante los próximos cuatro años. Es un mercado muy dinámico y con muchísimo potencial», señala Pablo Corredoira, socio de esta compañía.

Ahorro doméstico

Es en el sector residencial donde se espera la gran explosión del autoconsumo en años venideros. Y no es para menos, porque con estas instalaciones se da un suculento bocado a la factura de la luz. Según datos de UNEF, tener paneles solares en el techo de un chalet supone un ahorro en la parte variable de la factura del 35%. Otras estimaciones apuntan que llega al 50% e incluso algunas empresas dicen que ya tienen clientes que superan el 90% de ahorro. La compañía alemana Solarwatt ha hecho un cálculo: una familia de cuatro miembros con una vivienda de 120 metros cuadrados puede llegar a ahorrarse más de 1.600 euros al año en electricidad.

Una instalación fotovoltaica cuesta entre 6.000 y 8.000 euros y se amortiza en 7 u 8 años

Además hay otra ventaja: las instalaciones se suelen amortizar en unos 7 u 8 años y tienen una vida útil entre 25 y 30 años. Su coste oscila entre 6.000 y 8.000 euros dependiendo del número de paneles, de sí se coloca o no una batería para acumular energía (y por ejemplo, consumirla por la noche) e incluso de si se vierte el excedente que nos sobre a la red y que es compensado económicamente en la factura de la luz por las comercializadoras.

Según el INE, en España hay casi seis millones viviendas unifamiliares. Aunque no se sabe, a ciencia cierta, qué porcentaje de ellas ya dispone de paneles solares. No obstante, la empresa noruega Otovo ha realizado una estimación: «Muchas de esas viviendas son segundas residencias donde no interesa instalar paneles porque la familia no vive en ella. Así que estimamos un mercado potencial de unos tres millones de viviendas. Y hoy día no llegamos a 100.000 instalaciones. Es decir, poco más de un 3%», considera Iñigo Amoribieta, director general de Otovo España. Por tanto, si el autoconsumo doméstico plantea tantas ventajas de ahorro, en un momento de crisis energética como el que vivimos y todavía hay millones de viviendas sin paneles solares en sus tejados, desde luego es el momento de entrar en el mercado.

Desembarque extranjero

La noruega Otovo lo hizo en 2019 cuando «cambió la regulación para facilitar el autoconsumo. Ahora ya no es necesario pedir autorización a la distribuidora para tener una instalación fotovoltaica en una casa, además te pueden compensar por el excedente. Esto hace más rentable y sencillo el autoconsumo», cuenta Amoribieta. Esta empresa ya cuenta en España con 3.000 instalaciones domésticas.

UNEF estima que se ahorra un 35% en la parte variable de la factura de la luz. Otras estimaciones apuntan el 50%

Esto también ha sido percibido por otras entidades extranjeras, que abren nuevas líneas de negocio o nuevas empresas para atender esta demanda. Por ejemplo, la surcoreana Hanwha Energy está en nuestro país desde 2018 y fue en 2020 cuando lanzó Imagina Energía para comercializar el autoconsumo entre pymes y hogares. La alemana SolarWatt apuesta por esta línea, como la comercializadora británica Bulb. «En España el gran salto se produjo cuando se eliminó el impuesto al sol (2018) y permitió que la rentabilidad de los proyectos pasará de 10 a 7 años. Si el mercado sigue así las rentabilidades serán mayores. Y las viviendas unifamiliares van a tender al autoconsumo, sí o sí, porque va a ser una necesidad», pronostica Gustavo Álvarez, director de Ventas EDP Pymes, una empresa portuguesa con sede en España desde 2019 que cuenta con 75.000 instalaciones de autoconsumo (pymes, hogares…) en la Península Ibérica.

El Real Decreto 244/2019 establece las condiciones para el autoconsumo de energía eléctrica. «El cambio regulatorio ha derribado barreras económicas y administrativas», reconoce Donoso. Guillermo Amann, portavoz del Foro para la Electrificación, ve detalles importantes en esta norma que fomentan el autoconsumo. Por ejemplo, señala que «permite que el propietario de la casa y, por tanto, el abonado a la conexión eléctrica, no sea también el propietario de los paneles. Este puede ser un inversor ofreciendo una serie de ventajas».

Esto deja la puerta abierta a alquilar paneles fotovoltaicos (como hace Otovo) o instalarlos en renting, una de las fórmulas que desde 2021 está comercializando en nuestro país la alemana Sunhero. «Para el cliente que no cuenta con una inversión de 8.000 euros para realizar la instalación, el renting es una solución. Paga entre 30 y 50 euros al mes por ella», señala Christopher Cederskog, fundador y CEO de Sunhero.

Trabas al despegue

Pero quedan flecos por resolver como reconoce todo este sector. Un proceso burocrático tedioso y lento para conseguir los permisos necesarios para realizar la instalación y también en la tramitación de las ayudas a los fondos europeos (que pueden suponer hasta 40% de la instalación para particulares) no está poniendo las cosas fáciles.

Aunque desde UNEF aseguran que todas las comunidades autónomas, excepto Murcia y el País Vasco, ya no piden un permiso de obra para llevar a cabo la instalación, hay que realizar una declaración responsable en la que el interesado se compromete a cumplir con los requisitos de la normativa para colocar paneles solares y todo su equipamiento. «Y es diferente en cada ayuntamiento. De media tramitar la solicitud puede tardar entre 30 y 40 días. Muchos piden memoria técnica, informes de cargas, del cableado... No hay una estandarización», considera Cederskog. «En algunos países europeos es como instalar cualquier otro electrodoméstico», señala Amoribieta. Además, «faltan técnicos para dar respuesta a toda la demanda que vendrá en el futuro», añade Cederskog.

Cuestiones que resolver ante un ‘boom’ del autoconsumo que ya es imparable en España, como lo demuestra el hecho de que el Gobierno ha aprobado otros 500 millones de ayudas para estas instalaciones, una vez agotadas las subvenciones en muchas comunidades y ante el aluvión de solicitudes.

Obstáculos en las comunidades

Instalar paneles solares en edificios de comunidades de vecinos es otra opción muy rentable para ahorrar en la factura de la luz. Pero tampoco resulta fácil. «Existen muchas trabas administrativas sobre todo a la hora de ver cómo se reparte la energía que se genera en la instalación. Cada vecino tiene derecho solo a un 5% y no puede coger la energía que le sobra a otro», comenta Iñigo Amoribieta, de Otovo España. Christopher Cederskog, CEOde Sunhero, también destaca otras dificultades. «Los vecinos se tienen que acuerdo en acometer la instalación. Y las azoteas no suelen contar con todo el espacio necesario para instalar el número de paneles que suministraría a todos los vecinos». No obstante, estas instalaciones sí pueden suponer un buen pellizco en la factura de la luz comunitaria: para suministrar energía a ascensores, a luces de escaleras y a la depuradora de la piscina.  

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