La moratoria hotelera de Colau ha frenado 3.000 millones de euros de inversión

En nueve meses se han paralizado 38 proyectos que habrían supuesto 10.000 empleos

La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau EFE

ÀLEX GUBERN

Una de las primeras medidas que adoptó Ada Colau cuando se hizo con la alcaldía de Barcelona fue paralizar el plan urbanístico para convertir el edificio del Deutsche Bank, en el cotizado cruce de la Diagonal con Paseo de Gracia, en un hotel Four Seasons, una de las pocas grandes cadenas aún sin presencia en la ciudad. De inmediato, la propiedad anunció que en lugar de un hotel haría pisos de lujo –para compradores extranjeros, tal y como está el mercado–, con lo que la ciudad ha perdido un hotel de lujo y ganará probablemente un inmueble que estará vacío gran parte del año: una gran victoria para el Consistorio.

La paralización del Four Seasons fue solo el anticipo de la moratoria general que se dictó mientras se redactaba el Plan Especial de alojamientos turísticos que justo esta semana se ha aprobado de manera inicial. En los nueve meses que ha durado la moratoria se han frenado 38 proyectos, que según estimaciones de la empresa de gestión inmobiliaria Laborde Marcet ha supuesto perder una inversión de 3.000 millones de euros y unos 10.000 puestos de trabajo.

Ahora, una vez revelado el detalle del Plan Especial, ya se conoce que 29 de estos proyectos no se podrán llevar a cabo –al menos durante los próximos cuatro años de vigencia del plan– al estar en Ciutat Vella y el Ensanche, decretadas por el Ayuntamiento como zonas de "decrecimiento". En una segunda corona solo podrá abrir un hotel si cierra otro, mientras que en la Barcelona periférica se ha fijado un tope de 11.700 nuevas camas, sobre un total ahora en la ciudad de 142.000 plazas, de las cuales 75.535 de hotel. Pese a la suspensión, el tirón de Barcelona y el "boom" hotelero no se detienen, en buena parte por las licencias dadas antes de la moratoria: 51 proyectos en marcha, otras 4.000 camas turísticas.

La pretensión del equipo de Ada Colau, en cualquier caso, es centrifugar lo que se considera una excesiva concentración turística en el centro, una idea aplaudida por los vecinos más directamente afectados pero muy cuestionada por el sector, que sostiene que lo que realmente genera molestias son los apartamentos turísticos sin licencia . Colau asegura que solo pretende ordenar el turismo, que aporta alrederor del 15% del PIB de la ciudad; el sector por contra denuncia que lo que hace es estrangular Barcelona.

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