Los Montes de Piedad no cejan en su empeño
Estas organizaciones con siglos de antigüedad buscan su puesta al día y suman 300.000 préstamos por valor de 192 millones
Tras 300 años de historia, los Montes de Piedad siguen a pleno rendimiento. Han sobrevivido a una crisis económica más y vuelven a reinventarse conservando el espíritu para el que nacieron. Ahora emprenden un nuevo camino hacia la modernidad mientras quieren recuperar la visibilidad de la que gozaron tiempo atrás. No son la beneficiencia, como se podía creer entonces. Por el contrario, en la sociedad de hoy son un recurso más que puede resultar muy útil ante imprevistos financieros, apuros económicos o incluso a la hora de apostar por el crecimiento de un negocio.
Hoy día España cuenta con nueve organizaciones de este tipo, que tienen 26 oficinas repartidas por todo el país. Y su dinamismo lo demuestran las cifras globales de este sector: tienen en vigor 300.000 préstamos por un importe de 192 millones, una cantidad que puede resultar mínima para muchos pero que tiene una gran proyección, ya que resulta vital para sus 140.000 clientes.
Los Montes de Piedad nada tienen que ver con casas de empeño ni con los negocios «compro oro». Por el contrario, son entidades donde se realiza operaciones financieras que se conocen como «préstamo prendario». Es decir, cuando una persona necesita liquidez acude al Monte de Piedad para solicitar un préstamo y deja a cambio un objeto de valor como garantía, como prenda. Ese objeto se guarda a buen recaudo y puede recuperarlo en cualquier momento siempre que entregue el total del préstamo concedido y los intereses.
Un trámite sencillo y fácil
Una fórmula financiera que tiene sus ventajas. «Esto no genera ningún tipo de estudio de solvencia. Es una operación rápida, fácil y sencilla que se hace en 15 minutos. Con un tipo de interés bajo, entre un 5 y un 8,25%, y se puede cancelar en cualquier momento, lo común es que se haga transcurrido un año. Otras veces se renueva el préstamo. Hay relojes que han ido y venido varias veces», explica Santiago Gil, presidente de la Asociación Española de Montes de Piedad y director del Monte de Piedad de Madrid. Si no se recupera la prenda, el objeto se subasta, pero no es tan frecuente que ocurra, como cuenta Gil: «El 97% de los préstamos la gente recupera o los renueva.Solo en un 3% de los casos la garantía pasa a subasta». Y en este caso si la prenda alcanza en esa subasta un valor mayor al préstamo, esa diferencia se le abona al prestatario.
El préstamo medio en España es de 600 euros, pero puede oscilar entre los 30 y 50.000 euros
En España, los objetos de valor suelen ser joyas que se dejan en depósito hasta recuperar el préstamo. En otro países la prenda puede ser cualquier tipo de mercancía: desde una máquina de cortar césped hasta una guitarra o una bicicleta. «No somos la última tabla de salvación. La gente que nos conoce nos utiliza muy bien: para hacer frente a la matrícula de la universidad, para comprar un lavadora que no estaba prevista, para unas vacaciones, la vuelta al cole o los regalos de Navidad. En los últimos años también se están incorporando profesionales liberales y autónomos que nos solicitan créditos que saben que resultarán más económicos a los de las entidades bancarias. Y también tenemos un tipo de cliente que nos utiliza como caja de seguridad, paga unos intereses mientras sus joyas están a buen recaudo», indica Gil.
En países emergentes, se amplían las posibilidades. «Donde existe una gran economía informal es un buena herramienta para ayudar al emprendimiento. Por ejemplo, en México e Indonesia, para establecer un puesto de comida, tener un taxi... Gente con muy poco dinero puede tener un pequeño negocio. En esos países los Montes de Piedad financian la economía productiva», señala Javier Úbeda, gerente general de la Asociación Internacional de Entidades de Crédito Prendaria y Social, una organización fundada en Milán en 1957 y que aglutina a entidades de este tipo de todo el mundo. Montes de Piedad, u organizaciones del mismo perfil, hay desde en Suiza a Indonesia, Árgel y Estados Unidos, en los cinco continentes.
Los préstamos podría considerarse microcréditos. En España el importe medio es de 600 euros. Sin embargo, las cantidades pueden oscilar desde 30 a 50.000 euros. Eso sí, como mucho se concede el 80% del valor de la prenda, una vez tasada. Desde luego, toda una opción para replantearse financiar muchos proyectos.
Su historia se remonta la siglo XV
Hoy día los Monte de Piedad cuelgan de fundaciones. Sin embargo, son el origen de las extintas cajas de ahorro. Los primeros Montes de Piedad tenían raíces religosas. El primero nació en la ciudad italiana de Perugia durante la segunda mitad del siglo XV por iniciativa de la Orden Franciscana. Los monjes trataban de ayudar a muchas personas que pagaban altos intereses por préstamos que les concedían verdaderos usureros. Tanto éxito tuvieron que se extendieron por el mundo y evolucionaron hasta convertirse, en España, en las antiguas Cajas de Ahorro, «que captando los pequeños excedentes de renta de las clases populares, otorgaban liquidez suficiente a los Montes de Piedad para que siguieran prestando», cuenta Javier Úbeda. En nuestro país han consitucion la Asociación Española de Montes de Piedad. Y en ella están los principales: FUNDOS, Fundación Bancaja, Fundación Unicaja, Liberbank, Fundación Montemadrid, Fundación Ibercaja y Fundación La Caja de Canarias.
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