Una mirada al poder de la innovación

Irsbond permite manejar distintos dispositivos desde cualquier sistema operativo con la mirada

Eduardo Jauregui, fundador de Irisbond

Roberta Sebastiani

Vasca, ciento por ciento fabricada en España y con un Certificado del Sello de Excelencia Covid-19 entregado por la Comisión Europea, Irsbond ha logrado desarrollar una tecnología disruptiva que permite manejar distintos dispositivos desde cualquier sistema operativo con la mirada, bien sea un ordenador o tablet o hasta un ascensor o cajero.

Era 2013 y Vicomtech, un centro de tecnología aplicada vasco había desarrollado una tecnología capaz de manejar ordenadores con la mirada. Ese mismo año, el ingeniero Eduardo Jauregui y el centro vasco decidieron que la tecnología desarrollada tenía un alto potencial de aplicación en el mercado y que por lo tanto «tenía sentido crear un modelo de negocio y lanzarlo al mercado», explica Jauregui, quien en julio de 2013 ya había fundado Irisbond con un objetivo muy claro: «rentabilizar el producto y la tecnología en el mercado».

La forma de aplicación media más directa era la de la tecnología de apoyo o asistiva, es decir, dotar a personas que poseen algún tipo de limitación (bien sea por una enfermedad, tetraplejia, parálisis cerebral o ELA) con la capacidad de poder comunicarse. Así que «decidimos que dentro del mundo de la tecnología asistiva íbamos a validar tanto la tecnología como el modelo de negocio», explica el CEO y cofundador de Irisbond, Eduardo Jauregui. Hoy en día más de 3.000 personas en todo el mundo ya se comunican utilizando sus productos. El negocio, que nació de la aportación de capital por parte de los socios y se sustentó en líneas de subvenciones y de ayudas a la I + D, ya es rentable. El modelo se basa principalmente en el B2B con «empresas internacionales» que ya ofrecen soluciones en el mundo de la tecnología asistida y que integran la tecnología «eyetracking» de Irisbond en sus productos para ofrecer una solución más completa al usuario final.

Si bien la pandemia ha supuesto un reto, las ventas de la startup durante el 2020 superaron en un 40% a las de 2019, «demostrando que el negocio está consolidado» y que el mundo después de la pandemia será diferente. «El Covid ha puesto de manifiesto que la gente está mucho más sensibilizada a las tecnologías «touchless», a poder interactuar con el ambiente de manera diferente a como lo hacíamos habitualmente», explica Jauregui.

En estos momentos la compañía se encuentra desarrollando algoritmos de inteligencia artificial «muy avanzados» que permitrán dar uso a la tecnología de seguimiento ocular en otras aplicaciones, como puede ser la industria 4.0, el neuromarketing, el automóvil junto con el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT).

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