La minieólica busca nuevos vientos de cola para remontar el vuelo

Los fondos europeos, la apuesta por el autoconsumo ante la subida de precios de la energía y la hibridación con la solar abren nuevos caminos al sector

La hibridación entre eólica y fotovoltaica logra aprovechar al máximo la energía

Charo Barroso

Puede cubrir la demanda eléctrica de una familia sin emitir un gramo de CO2, se puede aprovechar tanto de día como de noche en cualquier época del año, su instalación es sencilla, requiere de poco mantenimiento y genera energía próxima al punto de consumo evitando pérdidas en el transporte: las ventajas de la energía minieólica resultan incuestionables . Sin embargo, estos pequeños aerogeneradores, de entre 1 y 100 kw, cuyo mercado potencial se ha centrado hasta ahora en instalaciones aisladas, se han quedado al margen de la gran revolución de la eólica y la solar fotovoltaica , sobre todo por los elevados costes asociados a una escasa demanda que frena la escalabilidad.

Ahora, los expertos en minieólica señalan que la inyección de fondos europeos, su hibridación con la fotovoltaica y la apuesta por el autoconsumo vuelven a insuflar aires prometedores a un sector al que le ha costado levantar el vuelo . Un panorama complicado que ha reflejado el Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas, Ciemat, en el estudio ‘El mercado de aerogeneradores de pequeña potencia en España’, que señala las duras condiciones del mercado y la competencia en coste en relación con la tecnología solar fotovoltaica . Un hecho que ha llevado a los fabricantes de mini aerogeneradores que sobreviven –muchos de ellos gracias a la exportación– a diversificar su negocio con la fotovoltaica. «La tecnología está disponible y se ha avanzado en investigación. España está en una posición de liderazgo tecnológico y cuenta con recurso eólico en casi todo su territorio », explica el ingeniero Ignacio Cruz , responsable de la Unidad de Energía Eólica del Ciemat y uno de los autores del citado estudio, quien señala la importancia de evaluar este recurso.

«La práctica habitual ha sido caracterizar el recurso eólico para la aplicación de grandes aerogeneradores instalados en parques eólicos, que difiere de las aplicaciones de la minieólica. Las pequeñas instalaciones pueden estar en una zona de viento, pero si hay árboles o se sitúan en una hondonada este no llegará. Se necesita de un estudio previo sobre la frecuencia, dirección y fuerza de los vientos de la zona, así como de la altura y el lugar en el que deberá ser colocado el mini aerogenerador para conseguir la máxima producción de energía posible. Ahora contamos con mapas de viento ‘on-line’ y con empresas que realizan estudios a precios más competitivos . El conocimiento se está extendiendo y se mejora en precisión, pero queda por hacer», puntualiza.

Vientos comunitarios

En España existen unas 664 instalaciones , que suman una potencia de 4.483 kw , siendo el País Vasco la comunidad autónoma con mayor número (125), mientras que la Comunidad Valenciana cuenta con la mayor capacidad instalada (1.249 kw). Para Cruz, «una opción interesante son los denominados vientos comunitarios , una forma de aprovechar esta energía renovable de manera conjunta, por ejemplo, en zonas industriales o residenciales, así que no existe un único propietario del aerogenerador, compartiéndose costes y beneficios». Los niveles sin precedentes del precio de la energía han hecho que el autoconsumo haya entrado en una imparable tendencia al alza. Pero los expertos del sector señalan que el autoconsumo sin diferenciación de tecnologías, aunque pueda suponer una ayuda a la minieólica, es perjudicial por la diferencia de precios que tiene esta tecnología con otras . «Meter a todos en el mismo saco hace más difícil que crezcamos. Tiene que haber líneas específicas para la minieólica. Para bajar los costes hay que desarrollar mercado y para ello hace falta el apoyo de las administraciones», señala Juan de Dios Bornay , presidente de la Asociación de Empresas de Energías Renovables (APPA) de España, en la sección de minieólica.

La minieólica es clave en zonas aisladas como esta vivienda del País Vasco con aerogenerador de Bornay

Un mercado que conoce bien, ya que Bornay Aerogeneradores tiene una trayectoria de más de medio siglo. Su historia nace con su padre, Juan Bornay, quien, cuando trabajaba en un taller de electricidad para automóviles en la localidad valenciana de Castalla, comenzó a idear un sistema capaz de dotar de energía a las fincas alejadas del casco urbano. En 1970 construía los primeros aerogeneradores, pioneros en España. Desde sus albores, esta empresa ha logrado sobrevivir a importantes crisis en el sector de las energías renovables en España, sobre todo en los tiempos en que imperaba el impuesto al sol y, después, ante la falta de apoyo frente a otras tecnologías renovables. «Un mini aereogenarador de 3 kw puede costar unos 15.000 euros, y en una zona donde el aire se mueva a unos 3,5 metros por segundo es capaz de cubrir la demanda energética de una vivienda unifamiliar donde habiten tres o cuatro personas», explica Bornay.

Más allá del precio, otro de los retos de la minieólica son las trabas burocráticas y la ausencia de una normativa clara . Bornay señala «problemas a la hora de obtener licencias y permisos debido al desconocimiento que aún existe» y considera que aunque «la certificación siempre supone una garantía, al no existir un mercado totalmente maduro, con normas que incentiven el sistema, ha encarecido el precio del producto resultando más un problema que una solución».

Hibridación y ciudad

Para Bornay, como para el resto de los expertos del sector, el futuro pasa por la hibridación. Una solución tecnológica que «no solo facilitaría de una manera más eficiente la integración masiva de renovables en el sistema eléctrico prevista para 2030, sino que también permitiría a las compañías generadoras optimizar el aprovechamiento de sus puntos de conexión y permisos de acceso a la red », señala en un informe APPA. La minieólica y la fotovoltaica presentan perfiles de generación complementarios tanto a escala horaria como mensual. Una solución eficiente y sostenible ideal para entornos urbanos. Algo en lo que lleva trabajando la empresa KLiUX Energies con el desarrollo de una turbina de eje vertical idónea tanto para zonas urbanas y residenciales, como para localizaciones aisladas sin conexión a la red eléctrica.

«La inversión en I+D+i ha sido muy fuerte, pero tenemos un producto eficiente, sin impacto visual y perfecto para la hibridación en las ciudades », señala Iñaki Eguizabal , CEO de la compañía, quien tiene claro que estamos ante un momento clave para una energía renovable que ha de llegar al conocimiento del ciudadano. « Nunca las administraciones lo han tenido tan fácil : hay ayudas de los fondos europeos para dinamizar la economía y luchar contra el cambio climático, una normativa europea que apuesta por las renovables y elevados precios de la energía que no hemos visto antes. Estamos ante la tormenta perfecta».

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