Métodos de autenticación: deja que tu cuerpo hable por ti
El cuerpo se ha convertido en el mejor aliado para la identificación de los usuarios en banca. La huella dactilar y el escaneo del iris son ya una realidad. Pero la industria innova sin cesar
Los métodos para dar acceso a servicios digitales a través de un proceso de identificación han sido u n tema de preocupación desde que Internet comenzó a expandirse en los años 80. Y no es un asunto baladí, teniendo en cuenta que en los últimos seis años han sido robados 112.000 millones de dólares mediante fraudes relacionados con la usurpación de la identidad digital -35.600 dólares por minuto-, según un informe de IBM. Es por eso que la industria no cesa en su empeño de buscar herramientas cada vez más seguras, cómodas y (por qué no) baratas para asegurarse de que los usuarios son quienes dicen ser. Especialmente, teniendo en cuenta que cada vez realizamos más operaciones delicadas a través de la Red (desde transferencias a presentar la declaración de la renta o, incluso, operar en bolsa).
Por todo ello, parece lógico superar el sistema de usuario y contraseña que ha imperado durante décadas -y que tan arraigado está en la mente de los internautas-, pero que ha dejado al descubierto sus deficiencias en estos años (en los que se han producido robos masivos a las organizaciones supuestamente seguras que los custodiaban). «Las contraseñas personales como único mecanismo de autenticación tienen los días contados, con lo que se reducirán los riesgos de seguridad asociados a las contraseñas fácilmente adivinables y a la reutilización de las mismas en diferentes servicios», explica en este sentido Alejandro López, del Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE), tras participar en la tercera edición de Revolution Banking 2018.
El proceso ya está en marcha. En los últimos años, los usuarios de banca hemos visto cómo se han introducido diferentes sistemas biométricos para acceder a las aplicaciones de nuestra entidad como la huella digital ( BBVA, Santander y CaixaBank lo tienen, entre otras entidades), el reconocimiento facial o, incluso, el escaneo del iris, unos métodos que ha sido posible implantar gracias a la alta penetración de smartphones equipados con este tipo de tecnologías, según explica López. De hecho, uno de los acicates del fenómeno fue el lanzamiento del iPhone 5S con lector de huella dactilar, el 20 de septiembre de 2013 (si bien, no fue el primer teléfono en incluir esta tecnología).
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