La mesa de los ERTE se atasca al no proteger a todas las empresas
Díaz y Escrivá difieren en la receta para asegurar el futuro de las pensiones
Los límites a la protección ofrecida por el nuevo modelo de ERTE planteado por el Ministerio de Trabajo hicieron que la mesa de negociación se levantara ayer sin visos de acuerdo a corto plazo y con fuertes discrepancias entre las partes. Hoy continuarán las reuniones desde primera hora, aunque fuentes empresariales detallan a este diario que el plan de Yolanda Díaz de centrar ahora las ayudas en los sectores más dañados supone dejar fuera del paraguas a un buen puñado de empresas que era solventes antes de la pandemia, lo que traspasa una de las líneas rojas de la CEOE. «No puede aceptarse un plan que deje fuera a tantos empresarios» , aseguran fuentes empresariales.
En el borrador debatido ayer, Trabajo propone que los ERTE por fuerza mayor se limiten a las empresas de una serie de actividades económicas que han sido las más duramente afectadas, como el turismo o el tranporte, así como a negocios que dependan de estas. La cúpula de la CEOE analizó ayer a última hora de la tarde la propuesta y coincidió en la imposibilidad de acceder a esta plan. «El Gobierno deberá legislar por su cuenta si quiere seguir adelante con la propuesta en estos términos», concretan las mismas fuentes.
Otro de los grandes escollos sigue siendo el veto a despedir, que seguiría vigente para las empresas que sigan acogidos a los ERTE de fuerza mayor, al igual que las exoneraciones, que deberán concretarse en las próximas reuniones que se sucederán a lo largo de esta semana, al no haberse rebajado al detalle en este sentido. «En España, seguimos siendo unos cicateros y vamos a dejar tirados a muchos autónomos, empresas y trabajadores. Así, no», se lamentó ayer el presidente de los autónomos, Lorenzo Amor . Es en el plazo de vigencia de este acuerdo en el que el Gobierno se habría mostrado algo más flexible y estaría abierto a extenderlo hasta finales de enero y no de diciembre como estaba incialmente previsto, para evitar que coincida con la campaña navideña.
La de los ERTE no es la única negociación que ocupa actualmente al Ministerio de Trabajo . Yolanda Díaz afronta en paralelo un pulso dentro del propio Gobierno, con el ministro de Inclusión y Seguridad Social, a cuento del futuro de las pensiones. Escrivá ha propuesto que una de las líneas maestras para resolver el descuadre de las cuentas de la Seguridad Social debe ser ofrecer incentivos para prolongar la vida laboral más allá de la edad legal de jubilación. La ministra aseguró ayer en una entrevista en TVE que esta propuesta «no es el camino correcto» porque entorpecería el rejuvenecimiento del mercado laboral español, que actualmente ya está «profundamente envejecido».
El propio Escrivá reprendía de nuevo a Díaz horas después en La Sexta, donde aseguraba no estar de acuerdo con esa afirmación: «Visto en la perspectiva de hoy nuestro análisis no valida ese diagnóstico. Hay que mirar largo, estamos hablando de 25 años hacia adelante y ahí de verdad caerán las personas en edad de trabajar». Según ha explicado Escrivá, España tiene un sistema de jubilaciones anticipadas «voluntarias» mal diseñado , que origina que los trabajadores con rentas altas, que son los que normalmente suelen optar por una jubilación anticipada, asuman una penalización del 2% por cada año que adelantan el retiro, mientras que aquellos con salarios más bajos se ven penalizados con un ajuste del 8%. «Es un modelo regresivo y como corresponde a un Gobierno progresista, queremos corregir eso, ¿verdad?», preguntó el ministro.
Escrivá sí que coincidió con Díaz en la necesidad de concentrar a partir de ahora los esfuerzos en los sectores que más lo necesitan. Por ello abogó por poner el foco en empresas que físicamente no pueden tener actividad por limitaciones de la administración, algunas de ellas incluso de carácter internacional, como el cierre de fronteras exteriores.
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