Merkel asegura que «no tenía razones para suponer ninguna irregularidad en Wirecard»
La ayuda de la canciller fue muy valiosa para la compañía, según han declarado ante ella varios miembros del comité de investigación
En su comparecencia ante la comisión parlamentaria que investiga el escándalo de la empresa de transacciones digital Wirecard, que quebró el año pasado tras descubrirse un fraude multimillonario , la canciller Merkel ha defendido su ayuda para que la empresa consiguiese una licencia para operar en China alegando que «no tenía razones para suponer entonces ninguna irregularidad» . Los diputados preguntaron por un viaje a China en 2019, durante el cual Merkel mencionó a la empresa Wirecard y ella ha recordado que Wirecar AG no recibió ningún trato especial durante ese viaje y que los esfuerzos de Wirecard por ingresar al mercado chino estaban en línea con los objetivos del gobierno federal, como en el caso de muchas otras empresas que también mencionó en conversaciones con las autoridades chinas, asegurando que «es normal que el Gobierno Federal y el canciller defiendan los intereses de las empresas alemanas en los contactos bilaterales».
En ese momento, según le han recordado los interrogadores, ya había informes críticos de los medios de comunicación sobre la empresa y los diputados le han pedido que relate cómo y en qué momento se enteró del escándalo de Wirecard, que había estado falsificando sus balances durante años, además de explicaciones sobre por qué antes del viaje a China, recibió la visita del exministro de Economía Karl-Theodor zu Guttenberg, quien trabajaba para Wirecard, y que informó sobre sus planes de expansión en China a Merkel. «¿Que Karl-Theodor zu Guttenberg fuera a tomar el té no le llamó especialmente la atención?», ha preguntado Jens Zimmermann, diputado socialdemócrata en la comisión, a lo que Merkel a respondido que «no hace falta ni decirlo, si cualquier ex ministro de mi gobierno quiere hablar conmigo, tiene acceso, no es necesario que haya una razón sustancial, al menos desde mi punto de vista».
La ayuda de Merkel fue muy valiosa para la compañía, según han declarado ante ella varios miembros del comité de investigación, porque Wirecard pudo contrarrestar gracias a esa foto informaciones críticas que ya habían aparecido en la prensa. De esta forma, han reprochado a la canciller, Merkel contribuyó involuntariamente a una extensión del supuesto fraude de balance. Ella ha insistido en que, en ese momento, no tenía información sobre ninguna irregularidad. «Con el hombre más poderoso de China no se presiona por cualquier chiringuito», ha afeado a la canciller el diputado de Die Linke (La Izquierda) Fabio de Masi, «no es posible tratar con el quince asuntos, quizá dos o tres».
Con la declaración de Merkel, concluye la fase más mediática de esta comisión de investigación, que puede prolongarse todavía durante meses, después de que en esta semana hayan declarado en sede parlamentaria por este escándalo los ministros de Economía y de Finanzas, Peter Altmaier y Olaf Scholz. El socialdemócrata Scholz, que ha puesto en marcha una reforma en profundidad del supervisor financiero BaFin a raíz del escándalo, aseguró el jueves ante la comisión de investigación que el Gobierno alemán no tiene «responsabilidad ninguna» en este caso y ha calificado como «cuento absurdo» la acusación de que el Ministerio de Finanzas o el propio BaFin protegieron a Wirecard, que durante unos años fue considerado ejemplo de las empresas alemanas.
Wirecard quebró en junio del año pasado tras reconocer un agujero en sus cuentas de 1.900 millones de euros, el mayor fraude de una empresa en la historia del DAX 30 alemán, además de las pérdidas que su bancarrota generó para muchos pequeños inversores, estimadas en unos 22.000 millones de euros. La Fiscalía de Múnich considera que la empresa falseaba sus cuentas desde 2015 y que estaba diseñada para la manipulación sistemática de datos y balances. El pasado mes de julio, la fiscalía dictó el ingreso en prisión preventiva de tres exdirectivos de Wirecard, incluido su ex consejero delegado Markus Braun. El número dos de la empresa y pieza clave en el caso, Jan Marsalek, está en paradero desconocido desde junio.
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