Martínez Sanchiz (Consejo General de los Notarios): «Es conveniente humanizar la firma de las hipotecas»

El nuevo representante del cuerpo notarial asegura que el caso de las cláusulas suelo demuestran una falla en el sistema

José Ángel Martínez Sanchiz ABC
Luis M. Ontoso

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José Ángel Martínez Sanchiz fue elegido nuevo presidente del Consejo General del Notariado el pasado 1 de diciembre. Notario desde 1979, Martínez llega en un momento de gran complejidad en el mercado hipotecario: su nombramiento ha coincidido en el tiempo con la resolución del Tribunal de Justicia de la UE que obliga a las entidades españolas a devolver todo lo recaudado gracias a las cláusulas suelo con total retroactividad. El nuevo representante del cuerpo notarial defiende, para evitar nuevos conflictos similares, la necesidad de alcanzar un pacto con todos los agentes implicados en la actividad hipotecaria.

—¿Cuáles serán los ejes de su gestión?

—Entre los proyectos que me animan, en primer lugar, está el procurar una reforma del reglamento notarial para abordar la ley de jurisdicción voluntaria. En el momento de aplicarse, en el día a día, surgen interrogantes. Para allanar su aplicación y unificar los procedimientos es apropiada una regulación reglamentaria. También nos preocupa mucho todo lo que concierne a las nuevas tecnologías: pensamos incorporar una reforma de modo que se pueda conseguir un protocolo electrónico, que permitiría dar cuenta de todas las vicisitudes y modificaciones que tuviera el negocio documentado y facilitaría su tratamiento informático. En cuanto al crédito hipotecario, algo que consideramos un problema social, económico y jurídico, es conveniente humanizar los procedimientos hipotecarios y asegurar su efectividad. Es fundamental asegurar un tratamiento que sea protector de los consumidores, pero que no conlleve una merma de la eficacia del crédito hipotecario. Los notarios, junto con otros operadores jurídicos, podemos aportar soluciones.

—¿Proponen un pacto en el sector?

—Naturalmente, no se puede hacer de otra manera que con el diálogo. Es fundamental la participación de todos los agentes, pero sobre todo de las entidades financieras. Son ellas las que tienen el problema más inmediato.

—¿Confían en que serán receptivas?

—Creo que podemos contar con ello. Si las soluciones que salen a la palestra son en mayor o menor medida oportunas es algo que luego se verá. Se trata de conseguir, entre todos, dar una salida a la situación en que nos encontramos.

—¿Qué medidas serían necesarias para, como dice, humanizar el mercado hipotecario?

—Por una parte, debemos abordar el tratamiento del consumidor, que no es un concepto abstracto, es una persona a la que hay que mirar a la cara. Es muy importante que tenga una comprensión de aquello que firma. Cuanto más justos son los contratos, más eficaces resultan. Pero luego también consideramos relevante una reforma hipotecaria que trate de regular los procedimientos de ejecución de la hipoteca y evitemos que se vayan introduciendo modificaciones en la ley de enjuiciamiento civil a golpe de sentencias. Es conveniente establecer una regulación que asegure, en el caso de que no se pueda pagar el crédito hipotecario, el mejor precio posible para el deudor a través de la subasta electrónica, aunque hay otras medidas que pueden favorecer esta posibilidad.

—¿Qué sucedió en el caso de las cláusulas suelo? ¿Cree que falló el asesoramiento?

—El problema de las cláusulas suelo demuestra, en el fondo, una falla en el sistema. En el caso de las cláusulas abusivas, los notarios no podemos denegar la autorización de la escritura más que en el caso de que la cláusula haya sido declarada nula por abusiva en una sentencia que esté inscrita en el registro de condiciones generales de la contratación. Pensamos que a través de la intervención en la información precontractual contribuiríamos a evitar este problema. Aunque las cláusulas suelo constaban con toda claridad y de forma inequívoca en las escrituras y aunque los notarios dábamos cuenta de ellas, al tratarse de contratos de larga duración no se sabía con certeza cuál iba a ser la evolución de los tipos de interés. La persona que firmaba no caía en la cuenta del perjuicio que podía suponer si, como ha sucedido, bajaban tanto los tipos.

—¿Guardan paralelismo las cláusulas que están aplicando algunos bancos para blindarse ante los tipos de interés negativos con las cláusulas suelo? ¿Son abusivas?

—La dirección general de los registros ha aplicado el mismo requisito a estas cláusulas que evitan los intereses negativos que para las cláusulas suelo. Es decir, debe incorporarse a la escritura una expresión manuscrita por parte del prestatario acreditando su comprensión. Hay una diferencia fundamental con las cláusulas suelo: hasta cierto punto es lógico que cuando la entidad realiza un préstamo no tenga que pagar intereses. Parece razonable que las entidades se preserven de esta consecuencia.

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