El eje Washington-Madrid pasa por Ayuso, no por Sánchez

El presidente del Gobierno se confunde de amigos. Ahora que Cataluña se desmarca con políticas que agudizan la inseguridad jurídica y rechaza el «todos a una», la capital será para Trump la ciudad española «business friendly», vía MAR, como en la era Aznar

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso EUROPA PRESS
María Jesús Pérez

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No hay un dicho que se aproxime más a la realidad de los políticos españoles que aquel que afirma que el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra. Y no es por falta de inteligencia -bueno, en algunos casos...-, es que científicamente, dicen los expertos, somos la única especie que recae no una, ni dos, como dice el refrán, sino varias veces en los mismos errores porque todos nacemos con un «plan de vida o argumento». Pues... algo de esto tiene que haber en las huestes socialistas, muy arraigado en su ADN de los últimos tiempos, porque vuelven a tropezar una y otra vez con una enorme piedra, que tiene nombre y apellidos y es de tal calibre -colocada justo delante de La Moncloa , pero solo cuando gobierna curiosamente esta formación-, que debe ser que no les deja avanzar en la dirección correcta ni ver más allá de sus narices. Me refiero a la Administración norteamericana y sus reiteradas desavenencias en estos dos últimos años con Pedro Sánchez de inquilino presidencial, personificada en la figura de un hueso duro de roer: Donald Trump . Más que piedra, pedrusco.

Tras varias evidencias publicadas en los medios, a nadie le extraña ya la falta de «feeling» entre nuestro actual presidente del Gobierno y su homólogo norteamericano, que si no está bajo cero, está cerca. Casi tanto como la que hubo entre su antecesor, José Luis Rodríguez Zapatero , y el entonces presidente de Estados Unidos, George W. Bush . Mala sintonía hace 16 años que se repite en la actualidad. Nada, que no aprenden. ¡Tan difícil es una mínima «entente cordiale» entre socialistas españoles y republicanos norteamericanos!

¡Pues no está el horno para bollos precisamente ahora! Con las Bolsas en caída libre por todo el mundo, y el dichoso coronavirus infectando todo lo que puede y más -de hecho, coge a nuestras empresas en particular con las defensas muy bajas-, a España le conviene poner todo el interés posible en llevarse bien con Washington . Y no solo porque es la primera potencia del mundo, sino porque es para España el socio más importante comercialmente hablando fuera de la Unión Europea con los países que conforman el NAFTA ( EE.UU., Canadá, México ). Además, en cuanto a la inversión, los norteamericanos son el primer inversor en nuestro país en términos de stock y el primer destino de la inversión directa española. Esto, lógicamente, nuestros empresarios -grandes, medianos y «chicos»- lo saben muy bien. Y los inversores del otro lado del Atlántico , también. De hecho no pierden ripio en cuanto conocen la existencia de foros y encuentros varios con nuestros representantes políticos y altos ejecutivos para tratar de estrechar lazos.

Precisamente, el pasado jueves se celebraba uno de estos grandes encuentros en los que quedaba en evidencia esa falta de empatía del Gobierno Sánchez con el amigo americano. Ningún representante del Ejecutivo social-comunista más progresista del planeta -según ellos, claro-, ¿para qué? Y sabido es que cuando uno deja pasar las oportunidades que le brinda la vida, otros recogen el guante y las aprovechan. En esta ocasión, el guante iba a parar a manos de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso , que abría las puertas a un nuevo eje Washington-Madrid , pero sin pasar por La Moncloa .

Un interesante desayuno organizado por la Cámara de Comercio de EE.UU. en España ( AmChamSpain ), que preside Jaime Malet -en representación tanto de los grandes grupos empresariales de EE.UU. con intereses en España como viceversa, o sea, y sobre todo, del Ibex 35 -, en el que el runruneo corría como la pólvora, de fondo en fondo, y a fondo. La mayoría, norteamericanos. Sensación de mucha preocupación ante la actual situación económica del país, temor a una rigidez fiscal en un futuro inmediato -desde luego los anuncios sobre nuevos impuestos del Ejecutivo Sánchez van por ahí- y, por tanto, vuelta a la inseguridad jurídica que paraliza posibles y nuevas inversiones.

En su intervención Díaz Ayuso fue muy diplomática. Afinando en sus mensajes, pero directa. Inteligentemente supo vender las veleidades de la economía de la capital (bajos impuestos y crecimiento económico y del empleo) y se ofreció a los norteamericanos como intermediaria en próximas relaciones comerciales. Madrid como la ciudad española «business friendly» (en castellano, literalmente, «favorable a los negocios») por excelencia. Como en la era del presidente Aznar . Por algo Miguel Ángel Rodríguez (MAR) , antaño mano derecha de este, es hoy tal cual para la presidenta madrileña. Así, el boicot americano por la tasa Google lo mismo pasa de largo por la capital. El auditorio lo entendió perfectamente. Ahora que Cataluña se desmarca con políticas que agudizan la inseguridad jurídica, y rechaza el «todos a una» por el bien común de España , y el Gobierno hace todo lo posible por enojar día sí, día también, al líder de la mayor potencia mundial, será Madrid quien tome el testigo. Por ello, hacen falta empresarios afines a la causa y gente brillante a la «alargada» sombra de Aznar , sin provocar la ira del largo de Sánchez .

Lejos queda ya la reunión que también el presidente de AmChamSpain -en su función de eterno «facilitador» de buenas relaciones entre ambos mandatarios y países- organizó en Davos a Sánchez con los responsables de los mayores fondos internacionales y de las grandes empresas norteamericanas. De allí salieron todos muy satisfechos, con buen sabor de boca... hoy, y tras todo lo que ha ocurrido (el pulso de la tasa Google , el trasfondo del Delcygate ... entre otras desastrosas decisiones) la decepción ha tomado el relevo.

Sánchez se confunde de amigos. Apuesta por el mundo Maduro , se aísla internacionalmente y, por extensión, aísla también a España . Obvio es que no se trata de ser lacayo del socio americano, pero tampoco tratarle como si fuera el enemigo. Los números están ahí. Uno elige. Madrid es la nueva puerta al « Bienvenido Mr. Marshall» . Mejor Mr. Trump .

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