Dividendos: Dime si tienes y te diré quién eres
Conviene tener en mente que nadie compra acciones de nada en un escenario en el que no se da retorno del beneficio y cuya participación cada vez vale menos. Y en valores bancarios, más. El BCE se cura en salud y pasa la pelota a las entidades
Los dividendos son la forma que las empresas tienen de repartir sus ganancias con los accionistas o simplemente de premiarles por su confianza. Sólo en España, las cotizadas nacionales repartieron 29.400 millones de euros en dividendos en 2018, un 4% más que en 2017. Y lo que íbamos conociendo ya respecto a los que se supeditaron a cargo del ejercicio 2019 estaba en línea con ese progreso alcista. Pero... el estallido de la crisis provocada por el coronavirus se ha cargado todos los parámetros tradicionales de la actividad económico-empresarial que nos rodeaba hasta hoy, y el de la medición del desempeño de las compañías no iba a ser menos. Golpazo de realidad en toda la frente como diría aquel y, así, a partir de ya, y simplificando mucho, sólo habrá dos tipos de grandes empresas: las que den dividendo y las que no.
El dividendo es, al fin y al cabo, la razón de ser de quien deposita su dinero en manos ajenas, la mejor recompensa al factor riesgo de tener confinados los ahorros , especialmente cuando la acción de todas las compañías a nivel mundial no parecen tener mucho recorrido y el dividendo, en efectivo o vía script, es la satisfacción del accionista, la única forma de que nadie le termine pagando con lo que ya era suyo y, a su vez, obtener recursos alternativos para diversificar su plan de inversión, por modesto que sea.
Pero, todo ha cambiado con el dichoso virus. El conocido refrán español «Más vale pájaro en mano, que ciento volando», que ha sido el principal reclamo de la inversión por dividendos, es ahora la razón que esgrimen los primeros ejecutivos de la mayoría de las grandes cotizadas del país para cambiar el paso en su estrategia. Con la situación de colapso total de la economía y cese de la actividad provocada por las medidas del Gobierno Sánchez en la lucha sanitaria contra el Covid-19, buscan la manera de preservar sus cajas. Y a los ajustes de plantilla (sobre todo por ERTE), y parón de ingresos por cese de actividad obligada también, añaden el aplazar la toma de decisiones respecto al dividendo y evalúan la posibilidad de mantener en caja los fondos que tenían previsto repartir entre sus accionistas
Por ello, la oleada de revisiones de políticas de distribución de dividendos ha sido incesante en los últimos días. Amadeus, Inditex, Airbus, Aena, Ferrovial, Repsol.. . y, los bancos, sector en el que se adelantaba el Santander con su decisión de retrasar el dividendo hasta 2021 y bajar el sueldo de su cúpula, algo que ha puesto en guardia al resto de sus rivales y, sin duda, les ha marcado el camino a seguir...
...Y éramos pocos y llegó el Banco Central Europeo (BCE) y su presidenta, Christine Lagarde. No había salido aún del descrédito de proporciones bíblicas originado hace unos pocos meses a propósito de las ventas netas de activo; no había terminado el regulador europeo de recuperarse de tumbar los mercados días atrás con su peculiar tesis según la cual no es responsable de controlar los rendimientos; nada de eso había sucedido cuando evacuó una recomendación para que los bancos cancelen el dividendo. Quizás olvidó Lagarde que buena parte de las entidades ya lo habían analizado por su cuenta y riesgo para fortalecer la posición de liquidez.
Y es que el BCE parece empeñado en demostrar que muchas veces los males empeoran con los remedios. Lagarde y su equipo deberían saber a estas alturas que el buen doctor debe saber tanto para recetar como para no recetar , pues muchas veces el arte consiste en dejar estar las cosas.
El supervisor quiere que los bancos tengan liquidez suficiente para financiar a empresas y familias en estos momentos de dificultades económicas y, sobre todo, que tengan capacidad suficiente para absorber eventuales impagos y pérdidas . Ahora bien, ¿no habíamos quedado en que la solución a esta crisis pasaba, por colleras, por el aumento de deuda pública y la cancelación de deuda privada? Luego se quejarán de que nuestros bancos no levantan cabeza, que ofrecen escasos ratios de rentabilidad y no faltarán lumbreras, con perdón, que vuelvan a martillear con lo de la consolidación del sector financiero y los gigantes europeos. Y vuelta a empezar. Querer hablar y oírse no sale bien. Acostumbra a ser pesado el hombre de un solo asunto...
Y es que los reguladores deberían haber hecho hace tiempo una recomendación sobre la política de los dividendos para que las compañías, todas a una, supieran a qué haberse atenido y establecido una estrategia coherente y ortodoxa para proteger la solidez financiera. La CNMV no ató en corto a los cortos cuando debía y habrá pensado que se pronuncie La Moncloa, o el BCE, que donde hay patrón no manda marinero. Y así, a este paso el supervisor bursátil saldrá de esta crisis como Cnm...U o Cnm... L, depende a quién le pregunten, claro
En definitiva. Algo de libro. Nadie compra acciones de nada en un escenario en que no se da retorno del beneficio y cuya participación cada vez vale menos . El BCE decide lo que decide para curarse en salud. Le pasa la pelota a las entidades. Y luego cuando su valor caiga y se hagan «chiquititos» saldrá con la cantinela de que hay que juntarse y promover gigantes sistémicos.
Noticias relacionadas