Luis Maroto - CAMINOS DE INNOVACIÓN

Innovación como salvaguarda de futuro

Es importante tener unas reglas claras que fomenten la innovación pero aseguren normas iguales para todos los jugadores

Luis Maroto

Tecnología y revolución son dos palabras que, para mí, van intrínsicamente de la mano. Toda tecnología supone en su origen un cambio sobre una realidad establecida ; a veces es la automatización de una tarea antes manual; otras veces introduce un nuevo paradigma que cambia la forma en la que vemos el mundo. Lo que es una constante es que nos abre nuevas oportunidades.

Parece mentira que algo tan básico para nosotros a día de hoy como los móviles inteligentes tengan apenas 12 años, o que los portales de búsqueda de viajes sean millennials. En los últimos 30 años hemos sido testigos de una transformación que nos ha permitido abrir nuevas fronteras tanto a nivel empresarial como personal, con acceso a más información y servicios que nunca.

Todo ello ha estado claramente favorecido por una constante apuesta por la innovación. Según el último informe de Cotec , desde 2015 España ha mantenido una inversión total (público y privada) anual creciente en I+D, en gran parte por el impulso empresarial. De acuerdo a los datos de 2017 recogidos por la fundación, las empresas aumentaron un 8,2% su inversión en I+D. En Amadeus, invertimos alrededor de un 15% de nuestros ingresos anuales en I+D para mantenernos no solo al tanto sino incluso nos adelantamos al siguiente gran cambio tecnológico.

El sector privado está comprometido con las nuevas tecnologías. Su colaboración es clave pero, tristemente, insuficiente. Si verdaderamente queremos aprovechar las oportunidades que nos brindan las nuevas tecnologías, es necesario que el sector público esté igualmente involucrado. El informe de Cotec pone de manifiesto una preocupante realidad: entre 2009 y 2017 la inversión pública en I+D ha caído un 9,5%. Además, España tiene el cuestionable privilegio de pertenecer al grupo de siete países, entre los 28 de la UE, que todavía no han recuperado los niveles de inversión pública previos a la crisis.

En mi opinión, hay tres aspectos clave para revertir esta situación y mejorar el liderazgo de las instituciones en este área:

El primero es indudablemente la inversión monetaria . Es necesario destinar más fondos a la investigación, con un foco especial en modernizar infraestructuras y dotar a los cuerpos estatales de herramientas modernas de trabajo.

El marco normativo es el segundo aspecto. Dada la velocidad a que se mueve el mundo estos días, es inevitable que haya cierto desacoplamiento entre la regulación y las nuevas tecnologías. Pero es importante tener unas reglas claras que fomenten la innovación al tiempo que aseguran que los todos los jugadores actúan con las mismas normas y exigencias.

Por último, es crucial una apuesta firme y estable por la mejora de la formación en tecnología. Es fundamental que se dote a las instituciones educativas de los recursos necesarios para que puedan ajustar los planes de estudios a la transformación tecnológica del empleo y las nuevas generaciones estén equipadas para afrontar los retos que se van a encontrar al incorporarse al mundo laboral .

La innovación es clave para asegurar no solo el futuro de la economía y el país, sino también para crear un sistema socioeconómico más sostenible. España no puede permitirse el lujo de perder este tren.

Es hora de que corrijamos el rumbo y apostemos firmemente por el I+D. Las bases y el talento están, sólo nos falta un empujón del sector público para aprovechar al máximo nuestro potencial.

Luis Maroto es consejero delegado de Amadeus

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