El largo regreso a casa de las grandes multinacionales españolas
Los ingenieros advierten de que el déficit inversor en España puede provocar que se produzcan cambios de sedes
La Asociación de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos lanzó en octubre un S.O.S con forma de informe. El documento aseguraba que España necesitaba invertir 18.300 millones al año en obras públicas durante la próxima década. 18.300 millones de euros. Una cuantía que serviría para eliminar de un plumazo el déficit que acumula el sistema público de pensiones.
El presidente de la asociación, Vicent Esteban Chapaprí a, reconoce en una entrevista concedida a ABC que el Presupuesto «debe focalizarse en asuntos más acuciantes» que la inversión en infraestructuras. Pero también advierte de que «en estos últimos diez años ha habido necesidades olvidadas» en obra pública. El transporte ferroviario, en su opinión, sobresale en este ámbito: «Hay una situación casi de subdesarrollo en el transporte ferroviario de mercancías, donde debemos conectar este transporte con otras infraestructuras. Además, si bien se ha hecho un esfuerzo muy positivo en la alta velocidad, es necesario potenciar la inversión en Cercanías, porque esto repercute en otros ámbitos, como el transporte público urbano».
Todo ello por no hablar de la deficiente depuración del agua en España, que ya le ha costado al país una multa de Bruselas que ronda ya los 30 millones de euros. «Se está actuando, pero se actúa tarde, al igual que en las carreteras», explica el doctor ingeniero de Caminos.
Cambio de sede
Todo este déficit inversor, según denuncian desde la Asociación, ha empujado a las grandes multinacionales españolas de infraestructuras e ingeniería «a potenciar su actividad en el exterior». Chapapría va todavía más allá, y avisa de que estamos llegando a un punto de inflexión: «Hay empresas muy potentes que se plantearán, antes o después, mantener sus sedes en el exterior. Puedes perder a la matriz española y que nuestras multinacionales emigren definitivamente al exterior ».
¿Cómo evitar este extremo? El presidente de la asociación apuesta por potenciar la colaboración público-privada. «Esto atraería a las grandes ingenierías españolas y permitiría invertir en infraestructuras sin condicionar los Presupuestos», destaca Chapapría, que pone de ejemplo los acuerdos que ya se han alcanzado en sectores como el abastecimiento de agua, donde las concesiones «funcionan».
«Por el momento hay una desconexión entre empresas, universidades y la Administración. Hay que implicar a todos estos grupos para poner soluciones que permitan recuperar el pulso inversor», explica Chapapría . En este contexto, en la asociación consideran que la nueva Ley de Movilidad que prepara el Gobierno, abierta todavía a consultas públicas con expertos, puede representar una «oportunidad» para potenciar las infraestructuras españolas.
Pero los ingenieros consideran que solo potenciando la innovación en los concursos se puede llegar a una colaboración pública-privada eficiente. Tradicionalmente, las adjudicaciones públicas priman «por encima de todo» el precio de los proyectos. Ahora se está poniendo en valor los equipos, pero para la asociación no es suficiente. «Hay una necesidad evidente en innovación, es una tarea pendiente. También necesitamos adaptarnos al cambio climático, sobre todo en agua puertos transporte público carreteras y aeropuertos. Es cierto que se está trabajando y se tienen recursos, pero no tiene una traslación a las adjudicaciones», destaca Chapapría.
El ingeniero también hace autocrítica . Reconoce que en el pasado se tomaron «decisiones erróneas» y que la digitalización se ha comido el atractivo que tenía ser ingeniero o ingeniera en el pasado. «Ha caído la demanda de formación de ingeniería. Es un fenómeno a nivel internacional y nos compromete a futuro. porque la baja demanda que hay de estudios de ingeniería al final va a hacer que nuestro potencial decrezca. Hay otros ámbitos laborales más atractivos y no nos estamos adecuando a los apetitos actuales. Es un problema que lo vamos a sufrir en el futuro, falta de alumnos falta de agilidad en las escuelas... todo esto va a repercutir en la profesionalización del sector», admite el presidente de la asociación de ingenieros.