Lagarde presiona al BCE para subir más del 2% el objetivo de inflación

El Bundesbank se opone a la estrategia de la francesa para despertar la economía

Christine Lagarde, presidenta del BCE AFP

Esta funcionalidad es sólo para registrados

A pesar de haber sacado toda la artillería, el Banco Central Europeo (BCE) no ha logrado cumplir con su único mandato, mantener la inflación «cerca, pero por debajo del 2%» en la zona euro o, lo que es lo mismo, atar corto la estabilidad de los precios a imagen y semejanza del Bundesbank alemán, el modelo sobre el que se diseñó el banco europeo.

Las previsiones indican que ni en 2019 ni en 2020 tampoco lo logrará y Christine Lagarde pretende quitarse el asunto de encima modificando, sencillamente, el objetivo de inflación. «Muerto el perro, se acabó la rabia» .

La nueva presidenta del BCE ya había adelantado que «en breve» llevará a cabo una «revisión estratégica» de la política de la institución y, desde Tokio, donde asistía al foro internacional Europlace, el gobernador del Banco de Francia y miembro del consejo del BCE, François Villeroy, ha concretado en qué podría consistir esa revisión. «En lo referente a la definición de nuestro objetivo primario de estabilidad de precios , debemos aclarar en particular nuestros variados horizontes temporales, así como nuestro compromiso con la simetría», declaró, confirmando que está a favor de que la revisión incluya el objetivo de inflación.

Anatoli Annenkov, economista de Societe Generale, considera que el BCE necesita «incluir urgentemente los alquileres imputados para tener una panorámica más completa y generar mayores expectativas de inflación». Cree que Lagarde debería proponer un objetivo de entre el 0 y el 3% de forma simétrica, permitiendo que durante algunos periodos la inflación estuviera por encima del 2% sin aplicar políticas restrictivas. Alega que «el BCE ya no es una institución joven que necesite demostrar su determinación con objetivos asimétricos» y aventura un primer movimiento desde el «cerca, pero por debajo del 2%”, al «2% a secas» en el medio plazo, lo que supondría una ligera revisión, pero no significativa».

Revisión estratégica

Un segundo apartado de la «revisión de estrategia» que avanza Villeroy es un cambio en la relación entre las políticas monetaria y macroprudencial. Una «coordinación ligera» entre las dos podría ser «más prometedora» que el enfoque convencional que busca separarlas, comentó, ya que las herramientas macroprudenciales tienen limitaciones a la hora de lidiar con el aumento de las preocupaciones sobre la estabilidad financiera.

El manual del BCE dice que las políticas macroprudenciales son las que identifican riesgos y vulnerabilidades en el sistema financiero para impedir que crezcan y se propaguen a todo el sistema, como por ejemplo los requisitos de capital adicionales a las entidades financieras o restricciones a sus actividades fijando las condiciones de los préstamos hipotecarios.

En negativo durante años

Estas intenciones francesas encontrarán oposición en el seno el consejo del BCE por parte del presidente del Bundesbank, Jens Weidmann, que ha advertido esta semana que las tasas de interés se mantendrán en niveles negativos durante años, causando con ello gran dolor a los bancos alemanes, y que « la política monetaria no puede ser complaciente si su postura política aumenta los riesgos a largo plazo para la estabilidad de precios a través de la acumulación de desequilibrios financieros». «No debemos confiar demasiado en el papel que puede desempeñar la política macroprudencial para hacer frente a los riesgos sistémicos», ha señalado el alemán. «Este enfoque aún está en pañales».

El BCE está pidiendo a los gobiernos con capacidad presupuestaria que aumenten el gasto público y en general que pongan más freno al sector financiero, basándose en que los precios de la vivienda están sobrevalorados en más de un 7% y algunos bancos están asumiendo un riesgo excesivo.

Weidmann, sin embargo, rechaza estos llamamientos y argumenta que no había necesidad de responder a todos los cambios en las perspectivas, sobre todo porque ahora hay señales tímidas de que el declive de la industria alemana orientada a la exportación podría estabilizarse. «Nuestra estrategia también nos da la libertad de no responder a cada ligera revisión de las perspectivas de inflación de manera mecánica o incluso con toda su fuerza», ha dicho.

Weidmann también cuestiona el argumento del BCE de que el objetivo de inflación es simétrico , recordando que el hecho de intentar superarlo podría mermar la credibilidad del banco.

El expresidente del BCE, Mario Draghi , planteó la cuestión de la simetría en torno al objetivo en los últimos meses de su mandato, invitando a no leer el objetivo como un tope. «Las tasas de inflación intencionalmente más altas no serían consistentes con la estrategia del BCE y podrían plantear un desafío de comunicación y un riesgo para la credibilidad», responde Weidmann, que añade que, dado el débil crecimiento y la baja inflación, la acomodación del BCE sigue estando justificada. Sin embargo, la cuestión es a largo plazo, ya que se espera que la inflación no alcance el objetivo del BCE en los próximos años, lo que obligará al Banco Central a mantener los tipos bajos hasta bien entrada la próxima década.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación