La Fed, a la carga

Que suban algo los tipos de interés o que se reduzcan las compras de bonos no quiere decir que de un día para otro se haya adoptado una política monetaria restrictiva, nada más lejos

EFE
José Ramón Iturriaga

José Ramón Iturriaga

Esta funcionalidad es sólo para registrados

La Fed, a la carga

La primera semana del año no ha sido para nada de trámite en los mercados. Da la sensación que había que cerrar el anterior para cambiar el paso por completo y el año nuevo ha dado el pistoletazo de salida. Además, la Reserva Federal americana también ha ayudado con un tono algo más duro en el mensaje de su última reunión, que conocimos la semana pasada.

Los bancos centrales van a ser los grandes protagonistas este año y por lo que vimos hace unos días por lo menos en Estados Unidos arrancan fuertes el 2022. Anticiparon que van a subir algo más rápido los tipos de referencia y que van a reducir más rápido la compra de bonos en el mercado.

Este anuncio marca el final de un periodo extraordinario de política monetaria ultra laxa. Ahora, que suban algo los tipos de interés o que se reduzcan las compras de bonos no quiere decir que de un día para otro se haya adoptado una política monetaria restrictiva, nada más lejos. Solo es un paso hacia la normalización de la política monetaria y que además se ha dado por las razones correctas .

Además es poco probable que los tipos vuelvan donde estaban hace unos años. A medida que la presión en los precios vaya remitiendo no hay razones para pensar que los tipos vayan a volver donde estaban hace unos años.

Por último, importa recordar que Estados Unidos y Europa no se encuentran en situaciones comparables. Y, por lo tanto, los tiempos en esta parte del mundo van a ser otros. Sin duda, los responsables de política monetaria han estado a la altura de las circunstancias extremas que nos han tocado y ahora toca que empiecen a recoger velas ordenadamente sin poner en riesgo lo conseguido. Su suerte es la nuestra.

Tiempos (de los) políticos

una de las ventajas de escribir una vez por semana es que no opinas en caliente. Pero hay veces que rumiar mucho algún asunto aboca a la melancolía. Como por ejemplo la estrategia del Partido Popular con la reforma laboral . Prefieren, entiendo, que el Gobierno pase por el trágala de una tramitación en el Congreso con sus socios actuales, con lo que eso supone, a anotarse el tanto político de que prácticamente no han tocado su reforma laboral no oponiéndose en el trámite parlamentario. Aunque puede que sea peor. Pueden estar pecando como otras veces de querer apuntarse a la parte buena de las dos opciones obviando el coste que puedan tener. Y además de que no logran lo que pretenden por el camino dan una terrible sensación de oportunismo político que más que acercarles les aleja de erigirse en alternativa de gobierno.

Táctica frente a estrategia. Atajos incluso a costa del interés general. Es bastante evidente en el discurso económico, donde llevan tiempo instalados en el cuanto peor mejor que les lleva en algunos casos a posiciones grotescas, como la de no reconocer, por ejemplo, la velocidad a la que se ha recuperado el empleo en esta crisis con argumentos traídos con pinzas cuando a la vez quieren atribuirse el mérito porque el marco laboral que lo ha propiciado fue el que su partido aprobó. Soplar y sorber con grandes soliloquios que evidencian las costuras.

Y aunque la economía haya sido en muchos casos la llave del gobierno, hay que diferenciar lo que es o no responsabilidad de los que están al frente -tanto para lo mala como, ojo, lo bueno- y, quizá más importante por la naturaleza de esta crisis, el enorme coste que supone estar permanentemente anunciando el fin del mundo. Los agoreros no despiertan muchas simpatías, sobretodo si los augurios no se cumplen y todavía menos con la que llevamos encima.

Cartas marcadas

En cierta medida, este año jugamos con las cartas marcadas. Lo que estamos viendo estos días en los mercados ya lo vimos a finales de 2020 y primera parte del año pasado. La subida de tipos de interés de la mano de las perspectivas de reapertura económica es una situación que ya vivimos y que se torció en mayo del año pasado cuando irrumpió la que en España fue la quinta ola. A lo anterior se sumaron las dudas de las eventuales consecuencias de los cuellos de botella y repunte del precio de la energía en la economía, lo que provocó que el mercado, con la curva de tipos de interés a la cabeza, desandara parte del camino andado. Hoy parece que se están volviendo a superar los miedos, y aunque se ha retrasado algo la meta volante parece que la estamos alcanzando.

Con independencia de que no sabemos si esta es o no la buena, sí sabemos lo que va a hacer el mercado de serlo, porque lo vimos en primera persona hace unos meses.

Subidas de la curva de tipos de interés poniendo en precio la vuelta a la normalidad son malas para la renta fija en general. Como se produce por las razones buenas -recuperación de la economía- no debería trasladarse a la ampliación de los diferenciales del crédito, aunque es difícil que mejore en un entorno en el que la salida de los bancos centrales se va a traducir en general en retirada de dinero del sistema.

En lo que respecta a la Bolsa , lo harán mejor los sectores más ligados a la economía real frente a los llamados de crecimiento, cuya valoración depende mucho de las tasas de descuento que van de la mano de la evolución del tipo libre de riesgo. De hecho, y aunque pueda haber pasado desapercibido por el buen comportamiento en general de las Fang, una parte importante del Nasdaq ha caído bastante desde los máximos de hace unos meses.

El mercado se seguirá moviendo a golpe de titular interpretado en clave macro. Pero si al final esta es la buena, ya sabemos cómo se van a comportar los distintos activos.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación