El invierno aún no ha llegado al reinado bursátil de las ‘big tech’
Los expertos no aprecian un cambio de ciclo en las caídas que los gigantes tecnológicos registran en 2022 tras haber acumulado máximos históricos
Las grandes empresas tecnológicas estadounidenses se encuentran en una encrucijada: ¿volverán a crecer sus cotizaciones o se acentuarán las caídas registradas en el primer trimestre de 2022? Tras varios años de excelente comportamiento bursátil, valores como Tesla , Meta (Facebook), Alphabet (Google) han comenzado el año con importantes caídas en sus cotizaciones. Esta situación hace que los inversores se pregunten si estamos ante un cambio de ciclo o si, por el contrario, se trata de un paso atrás para tomar impulso y volver a la senda a la que nos tienen acostumbrados de continuos máximos históricos.
«Se trata de una recogida de beneficios tras las espectaculares revalorizaciones», dice Javier Niederleytner , profesor Instituto de Estudios Bursátiles (IEB). Las acciones de empresas como Netflix, Amazon, Apple o Microsoft registraron máximos históricos en noviembre de 2021. En diciembre la mayoría de los gigantes tecnológicos experimentaron un desempeño titubeante que se transformó en fuertes caídas en el periodo enero-marzo. En este primer trimestre Alphabet cae un 8,3%, Apple un 10,7%, Amazon un 12%, Tesla un 20,7%, Netflix un 40,7% y Meta un 41,2%.
«El 40% de las compañías que forman parte del Nasdaq han caído al menos un 50% desde máximos. El motivo es la excesiva valoración a la que han llegado a cotizar muchas de ellas », coincide Pablo Martínez , jefe de ventas para Iberia de Amiral Gestion. Todas estas empresas han tenido una gran revalorización a lo largo de la década de 2010. Sin embargo, ese proceso alcista se agudizó con los confinamientos por el Covid-19 en marzo de 2020 , una situación de emergencia que aceleró los procesos de digitalización de las empresas y, por tanto, aumentó el interés de los inversores por las compañías tecnológicas líderes.
Este exceso de sentimiento positivo ha llevado a que las acciones de empresas como Amazon se hayan revalorizado un 64% a principios de marzo respecto a marzo de 2020. O que Microsoft haya subido un 110% en el mismo periodo, una fuerte revalorización que ahora contrasta con un escenario de incertidumbre con la economía mundial ante el inicio del fin de una política monetaria expansiva en un proceso que se acelerará por el aumento de la inflación, que en EE.UU. fue del 7% en 2021. Inflación que, por cierto, ha sido provocada en gran medida por la interrupción de las cadenas logísticas debido a la paralización industrial provocada por las medidas sanitarias de prevención del Covid.
Expectativas
«Los tipos de interés afectan mucho más a las acciones ‘growth’. El motivo es que el grueso del potencial de estas compañías está más en su futuro que en su presente, por ese alto crecimiento», explica Martínez. En este sentido, el banco central estadounidense ya prevé una serie de subidas de los tipos de interés a lo largo de 2022 para intentar combatir los efectos de la inflación. La idea detrás de este movimiento es que los intereses de los préstamos subirán, lo que reducirá el número de préstamos bancarios y, como resultado, habrá menos dinero circulando en la economía . Esta reducción de la oferta monetaria conduce a un menor gasto y a una menor inflación, en teoría.
«Estamos ante este escenario de incertidumbre por la subida de la inflación y la invasión rusa. Las bolsas huyen de la incertidumbre y sin duda la tenemos encima de la mesa », dice Niederleytner. La guerra en Ucrania eleva el tono de la volatilidad bursátil debido a la imposibilidad de conocer de manera inmediata cómo se desarrollará el conflicto.
Pero, de momento, lo que se sabe es que la guerra está teniendo un impacto en la inflación, ya que ha aumentado el precio de las materias primas, como el petróleo y el gas , dos costes energéticos necesarios para producir y transportar millones de productos. Además, el conflicto armado ha incrementado el precio del dólar frente a otras divisas importantes, ya que la moneda estadounidense suele considerarse un activo refugio en caso de incertidumbre.
«Un dólar fuerte lastra sin duda sus cuentas de resultados al ser casi todas multinacionales estadounidenses», dice Niederleytner, del IEB. Esto se debe a que ganarán menos dólares por vender un producto o servicio en países como España o Alemania por la misma cantidad de euros que hace unos meses. No obstante, también tendrá ventajas a las empresas que fabrican productos tecnológicos fuera de Estados Unidos . «A una empresa como Apple le aliviará parcialmente el coste de los componentes de un iPhone, pero encarecerá el producto fuera de sus fronteras», dice Martínez, de Amiral Gestion.
Independientemente de cómo evolucione la economía en el corto plazo, los dos analistas coinciden al pensar que el sector tecnológico seguirá avanzando en el largo plazo . «La tendencia a largo plazo de la tecnología seguirá siendo positiva, siempre que no se produzcan los excesos que hemos vivido estos últimos años en términos del precio al que coticen», dice Martínez. «En cuanto las incertidumbres desaparezcan, la inflación vuelva a la normalidad, y el conflicto termine, volveremos a ver revalorizaciones. La tecnología es un fenómeno imparable», dice Niederleytner.
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