Intensa Sanpaolo advierte de que «si surgen problemas con el decreto para salvar a los dos bancos venetos, salta todo»
Buena acogida en los mercados, pero surgen dudas y críticas sobre la unión bancaria europea. Un accionista del Veneto Banca amenaza con suicidarse al haber perdido sus ahorros. Salvar los dos bancos, costará, teóricamente, 250 euros a cada italiano
Los mercados han acogido con satisfacción la decisión del gobierno italiano de dedicar 17.000 millones de euros de dinero público, de ellos 5.200 de forma inmediata, para salvar dos bancos vénetos, Banca Popolare di Vicenza y Veneto Banca, amenazados de quiebra por las enormes pérdidas sufridas en los últimos años, y muy especialmente desde comienzos de año, con fugas enormes de depósitos. El índice de la bolsa italiana cerró con subida de un 0,81%, con especial ganancia (4,13 %) para Intesa Sanpaolo, porque los inversores consideran que son mejores de lo previsto las condiciones en que ha adquirido los dos bancos vénetos, pagando el precio simbólico de un euro. Intensa Sanpaolo ha advertido que «si surgen problemas con el decreto aprobado por el gobierno, salta toda la operación». El parlamento debe dar ahora el visto bueno en un plazo de 60 días. Deja así claro Intesa que no piensa gastarse más de un euro en la operación y no hará en ningún caso ampliación de capital. En casos similares, cuando un banco grande ha adquirido uno pequeño, el Banco Central Europeo solicitó que se reforzara el patrimonio, como hizo el Santander con una ampliación de 7.000 millones de euros.
Accionistas atrincherados
Vicenza y Veneto abrieron sus puertas con normalidad, dependientes ya de Intesa Sanpaolo. Se ha evitado, con la medida urgente adoptada ayer por el gobierno, que los depositantes hubieran tomado hoy al asalto las sucursales de los dos bancos vénetos, una vez que el Banco Central Europeo decidió el viernes su liquidación porque eran inviables. De todas formas, ha habido algún incidente aislado, como el de un accionista del Veneto Banca, atrincherado en una sucursal de Montebelluna , en la provincia de Treviso, quien desesperado por ver volar sus ahorros, al haber perdido valor sus acciones, tuvo un altercado con el director y amenazó con suicidarse, teniendo que ser llevado después a un hospital.
«Con esta operación hemos puesto al seguro 50.000 millones de euros de ahorros y tutelamos a dos millones de clientes, incluidas 200.000 empresas », comentó el consejero delegado de Intesa Sanpaolo, Carlo Messina. De todas formas, entre los empleados de los dos bancos había hoy preocupación y resignación: Se cierra una época y se abre otra con incógnitas, porque al menos 4.000 trabajadores se quedaran sin empleo , al estar previsto el cierre de 600 sucursales de un total de 982 que tienen los dos bancos. El grupo Intesa tendrá ahora más de 100.000 empleados.
Epílogo amargo
Aunque aparentemente se trataba de salvar dos bancos de un tamaño medio, el hecho de que el gobierno haya tenido que movilizar con urgencia 17.000 millones de dinero público ha hecho gran impresión en todos los medios. El final de la agonía de los dos bancos vénetos tiene un epílogo amargo para las instituciones italianas y las autoridades bancarias europeas, porque según analistas y expertos, han perdido cierta credibilidad, poniendo en riesgo pactos europeos . Bruselas y las autoridades europeas han permitido que Italia dejara al margen la regla europea del bail-in (rescate privado), que entró en vigor en enero 2016 e impide la intervención con dinero público . Las autoridades bancarias europeas se acomodaron a las exigencias italianas para permitir que los dos bancos fueron salvados con dinero público, acogiéndose a la excepción de que se trataba de interés público para mantener la estabilidad financiera. El ministro de Economía, Pier Carlo Padoan , reconoció que «no había otra alternativa».
La liquidación desordenada y caótica de Vicenza y Veneto habría obligado al Fondo interbancario de garantías de depósitos, alimentado por todos los bancos italianos, a pagar 12.500 millones de euros a los depositantes de Vicenza y Veneto en bancarrota. Esto hubiera obligado a la mayoría de los bancos italianos a realizar ampliaciones de capital. Pero la tolerancia de las autoridades europeas pone en cuestión su propio papel, es decir, queda en evidencia que el Mercanismo Único de Resolución , cuyo objetivo es garantizar la resolución ordenada de los bancos en quiebra con un coste mínimo para los contribuyentes, no puede funcionar correctamente sin que exista también un Fondo o sistema de garantía común de depósitos hasta los 100.000 euros.
A este pilar básico de la unión bancaria europea se opone Alemania, y por supuesto Holanda, por su temor a tener que pagar por los bancos italianos. A este respecto, el profesor de Economía, Luigi Zingales, explica: «La esperanza de una verdadera unión bancaria se aleja, enviando a las calendas grecas la posibilidad de un sistema de seguro europeo sobre los depósitos », escribe el profesor Zingales en Il Sole 24 Ore, muy crítico con Bruselas y también con el gobierno italiano por no afrontar a tiempo la crisis bancaria: «Se ha puesto así en duda la idea de Europa como fuente de disciplina que obliga a nuestros gobiernos a adoptar decisiones justas, aunque sean políticamente costosas», concluye Zingales.
El gran vencedor ha sido Intesa Sanpaolo y su consejero delegado, Carlo Messina . El perdedor ha sido una vez más el contribuyente. La operación de salvar estos bancos le puede costar, teóricamente, a cada italiano al menos 250 euros.
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