El Instituto IFO de Múnich previene a España contra el «dopaje económico»
Hans-Werner Sinn ha subrayado que la situación macroeconómica en España ha mejorado «sensiblemente» en los últimos años
Todo son alabanzas al giro en el rumbo económico logrado en los cuatro últimos años por el gobierno de Mariano Rajoy. El presidente del prestigioso Instituto IFO de Múnich, Hans-Werner Sinn, ha valorado muy positivamente la marcha de la economía española durante la presentación de sus previsiones para la Eurozona y ha subrayado que la situación macroeconómica en España ha mejorado "sensiblemente" en los últimos años. Sinn ha advertido, sin embargo, que parte del crecimiento se debe en cierta medida al déficit público, que según sus propios seguiría "por encima del 5%".
"Soy muy escéptico sobre esta política de endeudamiento", afirmó Sinn tras referirse a España y a otras economías de la Eurozona, entre las que citó a Italia. Convencido de la eficacia de la disciplina fiscal, reconoce que la situación de partida era muy excepcional pero insta a políticas más disciplinadas ahora que el crecimiento comienza a permitirlas y ha utilizado para explicar la importancia de prescindir del déficit un ejemplo deportivo. A su juicio, el déficit es como el "dopaje" en los deportistas, que mejora los resultados a corto plazo a costa de empeorar el cuadro general a la larga.
“El endeudamiento público consigue aumentar la demanda agregada en el presente aún a costa de que se contraiga en el futuro”, ha argumentado, “el problema es que el objetivo de los países no debe ser lograr un buen resultado ahora, sino asegurar su supervivencia y sostenibilidad en el tiempo”.
La alusión al endeudamiento público de Hans-Werner Sinn, más que dirigirse contra la política económica de España, iba dirigida contra la política monetaria y a su juicio “usurpadora” de Mario Draghi , al frente del BCE. Sinn considera errónea esa política expansiva y asegura que “desincentiva la implementación de reformas estructurales al abaratar el dinero y, en consecuencia, fomentar el endeudamiento”.
Y a pesar del BCE, Sinn constata que la economía europea “mantiene su rumbo”. La encuesta que el Instituto IFO realiza a 300 empresas de la zona euro sobre su confianza para los próximos seis meses recoge un descenso de solo 2 puntos en su última edición, hasta los 122, pero sostiene la confianza. Y uno de los principales indicadores que valoran los empresarios encuestados es la marcha de la economía alemana.
La estimación del Insituto IFO es que Alemania crecerá un 1,7% este año y un 1,9% el que viene, animada por el dinamismo del gasto de empresas y familias y que supone un retroceso de apenas un par de décimas respecto a previsiones anteriores. "El consumo privado seguirá siendo el pilar del crecimiento, alentado por la caída de los precios del crudo y el aumento de los ingresos vía empleo y transferencias”, dice el informe, que atribuye a la llegada de refugiados parte de ese aumento del consumo y que defiende que la crisis del Volkswagen deja prácticamente indiferentes a los grandes indicadores de la economía germana. Pese al aumento del gasto público por la crisis de los refugiados, Sinn prevé que el Estado alemán no incurra en déficit y cierre el presente año con un superávit equivalente al 1% del PIB y del 0,4% el que viene.
El sector exterior, sin embargo, apenas contribuirá al crecimiento de este país tradicionalmente exportador. Mientras las inversiones en el sector de la construcción aumentan con fuerza tanto este año como el que viene, las inversiones en bienes de equipo avanzan sólo de forma moderada.
A su juicio, el riesgo más inmediato para la economía europea son las "tensiones políticas en Oriente Medio" y la posibilidad de ataques terroristas como los perpetrados en Francia, que inyectarían inseguridad a consumidores, productores e inversores.
