La ingeniería de materiales que proporciona una marcha extra a la economía circular

Ecomagnet recupera tierras raras de viejos motores eléctricos para fabricar imanes permanentes, claves en el coche eléctrico, el hardware o la energía eólica

El chileno Kenny L. Álvarez desarrolla su proyecto con el impulso del CEIT

Alberto Velázquez

Desarrollar una tecnología capaz de recuperar ‘tierras raras’ de motores eléctricos en desuso para destinarlos a la fabricación de imanes permanentes (claves para el coche eléctrico, pero también en otros muchos sectores), ha sido la puerta de entrada de la empresa donostiarra Ecomagnet al mundo del emprendimiento más innovador.

Este proyecto surge como una ‘spin off’ acogida e impulsada por el CEIT, un centro tecnológico sin ánimo de lucro creado por la Universidad de Navarra en 1982 para promover proyectos industriales de investigación en estrecha colaboración con los departamentos de I+D de las empresas. En este entorno, Kenny L. Álvarez viajó de su Chile natal a España para hacer el doctorado y la tesis doctoral, defendida en 2020 en el grupo de materiales magnéticos (es doctor en ingeniería mecánica, con especialización en materiales de ingeniería). Y en esta especialidad, los imanes permanentes son fundamentales, por ejemplo, en los motores eléctricos , además de formar parte de altavoces, discos duros y demás elementos de producción industrial.

Álvarez detectó, ocho años de investigación e innovación mediante, que la tecnología para dar una nueva vida a las ‘tierras raras’ ya estaba madura , por lo que el factor de la sostenibilidad se unía a este proceso para componer un marco de trabajo propio del siglo XXI focalizado en los imanes permanentes. «Son materiales que poseen un campo magnético más fuerte que otros. Estos campos pueden atraer o ser atraídos por materiales como el hierro, un elemento magnético, pero que no está magnetizado permanentemente». El trabajo de Ecomagnet se centra en recuperar materiales como el neodimio, el hierro y el boro (un 30-35% de las ‘tierras raras’ en general).

La tecnología desarrollada por Ecomagnet permite recuperar imanes permanentes rechazados para, a continuación, fabricar polvo para vendérselo a las empresas que necesitan imanes. «Por ejemplo (señala el investigador), es crítico en campos como el del motor eléctrico, que tiene un 3% de peso de imanes en motor … pero que, en costes finales, supera el 50%. Es, sin duda, uno de los sectores que más va a demandar esta solución, pero también sucede en el sector de la energía eólica (usa toneladas de imanes permanentes)». Hasta ahora, los imanes a desechar se fundían y los materiales que ahora tienen nueva vida se quedaban en la superficie, como óxido, y se consideraba desechable del todo, (la llamada ‘escoria’).

El proyecto, todo un desafío tecnológico, ha conseguido recientemente el primer premio en los Mubil Mobility Awards 2021 . Se encuentra ahora en fase de desarrollo, por lo que cada vez queda menos tiempo para que la conexión entre tecnología y emprendimiento revierta en su uso social, con una ampliación de capital por parte de entidades institucionales como UN I+D+i Technology Transfer F.C.R. y CDTI Innvierte, para un plan de negocio hasta mediados de 2023. «En la actualidad, subcontratamos la parte de investigación y desarrollo a CEIT, con planes de poder incorporar próximamente a un par de ingenieros, además de estudiantes en prácticas. Esperamos tener nuevos inversores hacia mediados de 2023 y poder producir, en una planta piloto, una pocas toneladas de polvo (y contar, en 5 o 6 años, con una producción de cerca de 200 toneladas al año)» explica Álvarez.

Oportunidad global

El proyecto está bien situado, además, ante otra de las variables fundamentales para el desarrollo y supervivencia de una pyme: la internacionalización . Álvarez destaca cómo hay un espacio de trabajo a desarrollar en el contexto global: « La mayoría de estos yacimientos se encuentran en China (que extrae el 60% del total mundial). Esto supone que el precio sea muy volátil, por ejemplo, cuando hay escasez de suministro (si se contabiliza la venta del imán ya hecho, poseen el 87% del mercado mundial)». Todo un reto para este desempeño que aúna tecnología y sostenibilidad, del negro y el gris de los materiales a una concepción ‘verde’.

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