La industria alemana deja de crear empleo
Por primera vez en diez años el sector destruye unos 10.000 empleos
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Muchos se preguntan por qué Alemania sigue en la senda de la austeridad, sobre todo en una situación de sólido superávit, y la respuesta está en este dato. La industria alemana deja ya de crear empleo y el gobierno alemán, que trabaja a diez años vista, sabe que esto se va a poner muy feo. La incierta transición a la economía digital y robotizada comienza a mostrar sus primeros daños colaterales y por primera vez en diez años la industria destruye unos 10.000 empleos . La confianza inversora alemana, además, se desploma de nuevo en febrero, esta vez por el miedo al «efecto coronavirus», que amenaza con dar un zarpazo a las exportaciones. Lo que venía siendo un bien en abundancia que ha mantenido a Alemania a flote, incuso en lo peor de la última crisis, podría pasar a un contexto de escasez que cambiaría por completo el panorama económico alemán.
Visto en su conjunto, el mercado laboral de Alemania registró un récord de 45,54 millones de ocupados en el cuarto trimestre de 2019, cifra que representa un incremento de 183.000 trabajadores respecto del trimestre anterior y de 301.000 en un año. Se trata de cifras envidiables para otros países europeos, como España, pero los datos de la Oficina Federal de Estadística (Destatis) contienen una seria advertencia del ritmo decreciente de creación de empleo en el país. En el cuarto trimestre de 2019 el empleo creció un 0,7% anual, por debajo del 0,8% del tercer trimestre, del 1% del segundo trimestre y del 1,1% de los tres primeros meses del año pasado. En comparación con el tercer trimestre, los 183.000 nuevos empleos se situaron por debajo de la media de 219.000 en el mismo periodo de los últimos cinco años.
El número de horas trabajadas en promedio por persona experimentó en el cuarto trimestre un descenso interanual del 0,8%, hasta las 347,8 horas. El número total de horas trabajadas alcanzó los 15.800 millones, un 0,1% menos que un año antes. Es cierto que durante el cuarto trimestre, el número de empleados asalariados creció en 397.000 personas (+1%) en términos interanuales, hasta los 41,44 millones. Sin embargo, el número de autónomos disminuyó en 96.000 personas (-2,3%) hasta los 4,11 millones. Y sobre todo alarma la industria alemana, excluyendo la construcción, que destruyó empleo en el cuarto trimestre por primera vez en los últimos nueve años, con un descenso de 10.000 ocupados (-0,1%). Los ocupados en la agricultura, la pesca y la silvicultura cayeron también en 16.000 personas (-2,7%), en los servicios de empresas, con una caída de 22.000 ocupados (-0,4%) y en el sector financiero y de seguros, donde disminuyó en 9.000 personas (-0,8%). Solamente el empleo en la construcción aumentó en 26.000 personas (+1%) junto con el del sector servicios, con los mayores incrementos en el número de ocupados en los servicios públicos, educación y salud, con 214.000 (+1,9%), por delante del incremento de 46.000 ocupados (+3,4%) en información y comunicación. Comercio, transportes y hostelería se crearon 43.000 nuevos empleos (+0,4%).
Estos datos componen la radiografía de un punto de inflexión en el mercado laboral alemán. Dado el número récord de asalariados, la disminución puede parecer pequeña, pero golpea en un punto muy sensible. Porque a diferencia de otras economías occidentales, las empresas industriales son el generador de riqueza por excelencia para la República Federal. Las empresas manufactureras solas, es decir, la industria en sentido estricto, contribuyen con más de una quinta parte al PIB. Además, en contraste con muchas empresas de servicios, mantienen el grueso de los trabajos bien remunerados. Las grandes empresas industriales, con 50 o más empleados, que a menudo dependen del comercio internacional, tenían en diciembre de 2019 casi 30.000 empleos menos que un año antes.
De momento sirve de colchón la legislación de reducciones de jornada. Los expertos de la Agencia Federal estiman que entre 55.000 y 117.000 empleados en todo el país se han visto afectados por esta modalidad en los últimos meses. Holger Schäfer, economista especializado en mercado laboral en el Instituto de Economía Alemana (IW), sospecha que las empresas serán reacias a despedir empleados durante el mayor tiempo posible debido a la escasez de trabajadores altamente calificados. Inicialmente, responderían a la caída de la demanda reduciendo las horas de trabajo y otros instrumentos flexibles. De lo contrario, corren el riesgo de no volver a encontrar personal lo suficientemente rápido en el próximo repunte de pedidos.Timo Wollmershäuser, experto económico del Instituto Ifo, también ve esta conexión y señala que la producción industrial es particularmente importante para tres estados federados: Baviera, Sarre y Baden-Württemberg, donde el sector manufacturero representa una cuarta parte o más de todas las relaciones laborales.