Deuda pública
La indigesta factura de la deuda catalana: más de 13.000 millones en 10 años
A gran distancia de la Generalitat, la segunda autonomía más cara en intereses es la Comunidad Valenciana
El enorme agujero financiero de la Generalitat ha colocado a esta autonomía, con mucha diferencia, como el mayor lastre del panorama autonómico en términos de deuda y en el gasto público que ésta genera. En el último decenio, los intereses provocados por la deuda de la Generalitat han costado 13.272 millones de euros .
Esa es la factura que ha dejado el agujero financiero del sector autonómico catalán en el último decenio, 2007-2016. Y ese coste suma y sigue: a falta de que se cierre la contabilidad oficial de este 2017, la previsión apunta a que los intereses del endeudamiento del sector público de la Generalitat se acercará a los mil millones de euros. En 2018, entre amortizaciones e intereses el recibo superará los 9.000 millones de euros .
Ninguna otra autonomía le hace sombra a tan cara factura financiera. La segunda región que más ha tenido que desembolsar por intereses en los diez últimos años ha sido la Comunidad Valenciana: 7.083 millones de euros, prácticamente la mitad que Cataluña.
Madrid y Andalucía han sido las otras dos autonomías con más costes financieros entre 2007 y 2016: 6.481 y 5.380 millones de euros, respectivamente.
Los años de récord en gasto por intereses
El récord histórico en gasto financiero de las autonomías se dio en los años 2013 y 2014 , cuando los gobiernos regionales tuvieron que desembolsar, respectivamente, 8.007 y 8.135 millones de euros por los intereses de su deuda. A partir de ahí, ese coste se ha reducido por una doble vía: la relajación de los tipos y el «descuento» extra que reciben por esos créditos privilegiados que les otorga el Estado.
En su conjunto, la deuda de las administraciones autonómicas ha costado -en gasto de intereses- un total de 47.985 millones de euros entre los años 2007 y 2016.
La factura de la deuda catalana
Por volumen de endeudamiento y por falta de solvencia ante los mercados crediticios, Cataluña destacó al borde del precipicio al que se asomaron las administraciones más apuradas por su déficit. La Generalitat sorteó el desastre -y lo sigue haciendo- a base de las constantes inyecciones de financiación que le llegan del Estado desde el año 2012.
Pese a esas privilegiadas condiciones -los ventajosos préstamos que le hace llegar el Gobierno central- es tal el agujero financiero propiciado por la Generalitat, tan elevado su volumen de deuda, que es la administración regional más cara por pago de intereses. El año pasado -el último ejercicio contabilizado al completo- la «factura» de la deuda catalana ascendió a 566 millones de euros, sin contar la abultada cifra de vencimientos -amortizaciones forzosas de principal- a los que tiene que hacer frente cada año a costa de pedir cada vez más dinero prestado.
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