IMPACTO DEL CORONAVIRUS
El Gobierno acelera unos Presupuestos de urgencia para 2020 contra el coronavirus
El Ejecutivo baraja un fuerte recorte del PIB y del empleo y pospone la subida de impuestos mientras Sánchez acaricia el «sí» de la oposición
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La crisis del coronavirus ha desmoronado como un castillo de naipes todos los cálculos del Gobierno para los Presupuestos de 2020. Tanto en materia económica como política. El ministerio de Economía trabaja ya en el nuevo escenario macroeconómico que acompañará al proyecto de ley y que nada tiene que ver con el actual, pues deberá recoger una rebaja del PIB -aún por concretar- y del empleo y un fuerte aumento de gasto público necesario para hacer frente a la pandemia. La evolución de la ocupación es lo que más preocupa al Ejecutivo en un momento en el que ese indicador ya lleva meses dando síntomas de desaceleración. La esperanza estaba puesta en la Semana Santa , pero la crisis del coronavirus ha sido la puntilla y el fuerte impacto en sectores como hoteles, transporte de viajeros, cultura y espectáculos es muy delicada y augura datos negativos de afiliación.
Pero el escenario de emergencia sanitaria dibuja ahora una oportunidad para el Gobierno en lo que se refiere al trámite parlamentario. Fuentes cercanas a Moncloa aseguran que, con este argumento, el Ejecutivo tratará ahora de atraer, al menos hasta la abstención, al Partido Popular , lo que haría innecesario el apoyo de ERC. De esta forma, el Gobierno, por un lado, guarda en un cajón el proyecto de Presupuestos para 2020 que tenía pensado sacar con el apoyo de Unidas Podemos e independentistas, y ya prepara otro boceto de cuentas, sin subidas de impuestos y con todo el plan de medidas orientadas a contener el contagio sanitario y económico del coronavirus, con el consiguiente apoyo fiscal. Entre ellas hay algunas de las medidas ya aplicadas en Italia, que esperan su turno.
El Ejecutivo tiene varios paquetes de decisiones en la recámara para aprobar, pero la actual situación de prórroga de los Presupuestos de 2018 supone un corsé imposible de saltar para medidas de mayor gasto y calado a las aprobadas ayer. De hecho, para este plan de choque, el Ejecutivo contará con mayoría parlamentaria, apuntan fuentes conocedoras, ya que la intención de la oposición es actuar en bloque durante esta crisis.
Paréntesis por el brote
La oposición ve con buenos ojos sacar estos Presupuestos de urgencia. La propia líder de Ciudadanos, Inés Arrimadas, propuso ayer en público su apoyo a Sánchez para sacar unas cuentas con las medidas necesarias para atajar la crisis del coronavirus. Ante esta vía libre, el Gobierno busca el apoyo de la oposición, con un proyecto de cuentas que sea del gusto del PP, principal partido que requiere para sacar unas cuentas de urgencia para parar la epidemia. Ello supondría paralizar la mesa de negociación con Cataluña , sí, pero también las transferencias a País Vasco , además de poner en suspenso reformas estructurales como la de pensiones o financiación autonómica y aplazar unas subidas de impuestos que pueden retraer la actividad en un momento delicado. Así lo hará también con la subida de bases máximas de cotización, que se suspende hasta nueva orden.
Todo ello se retomará más adelante pero la prioridad ahora es garantizar que las empresas afectadas no cierran y limitar los despidos. Por ello, los objetivos de déficit y el techo de gasto aprobados, señalan desde Moncloa, son «papel mojado» que ya no valen para el nuevo escenario que se abre.
El departamento que dirige Nadia Calviño, por lo pronto, ha establecido una monitorización en tiempo real de la situación económica derivada por esta crisis y, muy en concreto, en los sectores más afectados. El turismo, los transportes y la industria de la automoción serán los más tocados. Las mismas fuentes aseguran que el primer trimestre del año «será mejor de lo que ahora, en pleno desplome, nos podemos imaginar» porque enero y febrero fueron meses con una buena actividad. Ya se asume que el segundo trimestre «recibirá un golpe muy fuerte» por lo que la clave está en si la pandemia se consigue controlar de cara al tercero, cuando la campaña veraniega ya debería estar a pleno rendimiento. Será decisivo para determinar el efecto concreto del PIB el tiempo que deban prolongarse las medidas de contención impuestas.
Economía contempla ya escenarios de recorte en el entorno de lo que ya han publicado otros organismos, con una rebaja del crecimiento en la línea de la que hizo S&P, que cifró la pérdida de actividad de la economía española en los 0,5 puntos y señaló que España iba a crecer un 1,3% por el golpe de la pandemia , frente al 1,8% que preveía antes.
Antes de la irrupción del virus, los planes del Ejecutivo pasaban por tener aprobados los Presupuesto antes del verano . Ahora, el pistoletazo de salida podría darse en «cuestión de semanas», apoyados en la urgencia que vive el país y lejos ya del objetivo de «garantizar la estabilidad de la legislatura», como se solía argumentar. El proyecto, en cualquier caso, dejará a un lado muchas de las medidas estrella anunciadas por el Ejecutivo y reflejará el fuerte coste de esta crisis sobrevenida . El déficit, sin embargo, no será ahora un «problema político» pero sí que comprometerá el devenir a futuro.
Pero desde Bruselas ya se cuenta con que este será un año perdido para el déficit y la prioridad no es la consolidación fiscal, sino contener el choque que puede suponer la enfermedad. La Comisión Europea, el Eurogrupo y la propia canciller alemana Angela Merkel ya han dicho que el déficit queda en un segundo plano, lo que abre la puerta a medidas como ha aprobado Italia de mayor gasto.
Fiebre en el sector exterior
Los grandes focos de recorte de actividad serán el turismo, el gran devastado por esta crisis, junto al transporte y la industria de automoción. Junto a ello, las exportaciones, el clavo ardiendo al que se agarró la economía española en la anterior crisis, también se verán fuertemente afectadas. De hecho Europa es el destino de aproximadamente tres cuartos de las ventas al extranjero de las empresas españolas, lo que augura un fuerte desplome. En cuanto al turismo, varias casas de análisis sitúan la caída de llegada de visitantes extranjeros entre el 5% y el 10% en 2020, con el consecuente efecto dominó en los ingresos.
Como referente, se sigue con atención la evolución económica de China, Corea del Sur, Japón e Italia. En el gigante asiático las medidas para controlar la epidemia paralizaron la oferta y también atenazaron la demanda, con duras consecuencias especialmente en los servicios relacionados con el movimiento de personas o desplazamientos para el consumo. Ahora es Italia el mayor exponente actual de esta fase del impacto económico y a medida que avance la epidemia el choque irán en cadena. La recuperación de estos países también servirá de referencia a España.