La ideología del dinero
La inversión no tiene color político, pero huye de donde se le ponen obstáculos y se le cambian las reglas del juego a mitad del partido
Se ha escrito mucho sobre si el dinero tiene o no ideología. Esta misma semana el consejero delegado de Merlin, Ismael Clemente, alertaba en un foro organizado por PwC de la salida de algún fondo de inversión de España ante la llegada del nuevo Gobierno socicalcomunista. Yes que, concluía, «el dinero tiene ideología». Yo no tengo muy claro si el dinero tiene o no ideología , lo que sí sé es que la inversión huye de donde se le ponen obstáculos y se le cambian las reglas del juego a mitad del partido. Y eso no depende del color político de quien gobierna, sino de las medidas que se toman.
La vía portuguesa , a la que Sánchez tanto se refirió en otros tiempos, es un claro ejemplo de un gobierno socialista, apoyado por comunistas, que genera confianza entre los inversores, porque en lugar de ahuyentarlos con amenazas de subidas de impuestos o rigideces laborales, como, de momento, se está haciendo en España, los atrae con incentivos fiscales y facilidades para instalarse en el país. Y los números y los hechos demuestran que la fórmula está funcionando. Estos incentivos y las facilidades para instalarse en Portugal están permitiendo atraer a inversores, fondos inmobiliarios y grandes multinacionales como Google, Embraer o Siemens. Solo una de sus medidas estrella, la aplicación de la «visa oro» que permite obtener el permiso de residencia a cambio de inversiones en vivienda o empresariales, le ha generado desde su instauración en 2012 casi 400 millones en ingresos por tasas y más de 2000 millones de inversión extranjera en el país.
En España, el Gobierno se ha estrenado esta semana con el juego de contrapesos que Pedro Sánchez ha intentado poner en su Ejecutivo. Frente a una ministra de Trabajo populista, Yolanda Díaz , que en los platós de las televisiones amigas ha insistido en la derogación urgente de la reforma laboral, que tanto asusta a los inversores, la ministra de Economía, Nadia Calviño , acudía, aunque con un día de retraso sobre lo previsto, a la cita del Investor Day que se celebraba en Madrid, tratando de tranquilizar a los fondos y limitando la cacareada derogación de la reforma laboral a solo algunos aspectos. Veremos quién se impone finalmente. De momento, el primer Consejo de Ministros ya ha aprobado una subida del 0,9% en las pensiones, pero ha aparcado el alza del sueldo de los funcionarios hasta ver por donde respira Bruselas. El Gobierno necesita el visto bueno de la UE a una ampliación del objetivo de déficit, y aprobar solo medidas de más gasto no parece una buena carta de presentación.