Los hogares exprimen sus ahorros y consiguen proteger su riqueza del primer golpe de la inflación

El Banco de España revela que el saldo entre los activos y los pasivos de las familias mejoró un 9,4% durante 2021 por la revalorización de sus carteras de inversión y el depósito de los fondos acumulados durante la pandemia

Dos personas realizan una operación en un cajero automático ABC

Bruno Pérez

La riqueza financiera de las familias aumentó un 9,4% en 2021 y permitió a las economías domésticas en su conjunto sortear el embate de la primera fase de la espiral inflacionista, aquella derivada del encarecimiento de la electricidad y anterior a la tensiones derivadas de la crisis del conflicto en Ucrania. Según los datos proporcionados este martes por el Banco de España dentro de las Cuentas Financieras de la economía española del cuarto trimestre, el volumen de los activos financieros en manos de los hogares aumentó más de un 7% debido a partes iguales al depósito de buena parte de los ahorros acumulados durante la pandemia en cuentas bancarias y también a la revalorización de sus inversiones en participaciones empresariales y fondos de inversión.

El crecimiento de los activos financieros y el estancamiento de las deudas de las familias, que prácticamente no aumentaron en 2021 e incluso redujeron su peso en términos de PIB (del 62,4% al 58,4%), permitió mejorar la foto de la situación financiera de las familias, que cerraron el ejercicio con cerca de 2,7 billones de euros en activos financieros y un saldo neto favorable cercano a los dos billones.

Durante el año pasado los hogares españoles adquirieron 80.000 millones de euros en activos financieros, principalmente en depósitos bancarios -presumiblemente gracias a los ahorros acumulados durante la pandemia- y obtuvieron 96.100 millones de euros extra de la revalorización de sus carteras de inversión.

Respecto a su composición, la mayor parte de los activos financieros de los hogares españoles siguen materializados en depósitos bancarios (38%), seguidos de participaciones de capital en empresas (29%), participaciones en fondos de inversión (15%) y ahorro previsión -seguros y fondos de pensiones-, en un 14%.

La deuda consolidada de familias y empresas alcanzó los 1,66 billones de euros, tras elevarse un 1,4% respecto a 2020. Sin embargo, al crecer menos que el PIB su peso sobre el PIB se redujo al 138,3%. La caída del endeudamiento privado en España durante el año pasado (del 146,5 al 138,3% del PIB) fue mucho más acusada que la de la deuda pública (121,8% a 118,4%)

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