«Hablar de emisiones directas de CO2 en vez de netas, es hacerse trampas», advierte Brufau
El presidente de Repsol dice que se pueden reducir emisiones «si aprovechamos las infraestructuras energéticas actuales sin necesidad de duplicar inversiones que finalmente acabarán siendo financiadas por dinero público»
El presidente de Repsol, Antonio Brufau, ha afirmado hoy que para reforzar la competitividad de nuestra industria y no lastrarla, debemos incorporar a la transición energética y a las políticas públicas asociadas el concepto de «emisiones netas en todo el ciclo de vida de los productos y servicios. Porque hablar de emisiones directas de CO2 en vez de hablar de emisiones netas, es hacerse trampas, pues significa exportar emisiones de CO2 a terceros países y también y muy importante, exportar empleos directos e indirectos a terceros países».
Brufau, que ha participado en el ciclo de encuentros «Transición Energética y Urbana-Movilidad Sostenible e Inteligente», organizado por la Deusto Business School, ha recordado que «si medimos únicamente las emisiones directas de CO2 del tubo de escape a la atmosfera de los vehículos en España, pero no medimos las emisiones de todo el ciclo de vida como es el CO2 emitido al producir los metales de las baterías, las propias baterías así como otros componentes del automóvil en otros países, no estamos teniendo en cuenta todas las emisiones de CO2, que son las que producen el cambio climático, sean emisiones producidas en España o en China».
«Si hacemos esto en lugar de buscar el objetivo de alcanzar “cero emisiones” netas en todo el ciclo de vida, penalizamos a la industria española lo que a su vez desvía economía y empleo a otros países, y muchas inversiones industriales en España, como algunas de las que he comentado, no serán viables», ha añadido.
Por ello, «apostemos por tanto por aprovechar esta plataforma en la que España tiene indudables ventajas como es la industria del refino, una de las más competitivas del mundo y una industria automóvil y de componentes considerada “world class” y que debemos preservar por la enorme generación de riqueza económica que implica y por la defensa del empleo de calidad. Esta apuesta por nuestra industria refuerza la transición “inteligente y justa”».
Aprovechar los recursos actuales
El presidente de Repsol ha explicado que «en el plano de la movilidad la idea de una transición inteligente y justa, es decir, que conyugue la mayor eficiencia al menor coste posible para los ciudadanos, pasa indudablemente por aprovechar los recursos que tenemos actualmente. Se pueden reducir emisiones en cualquier ámbito si aprovechamos las infraestructuras energéticas actuales sin necesidad de duplicar inversiones que finalmente acabarán siendo financiadas por dinero público».
Brufau ha enumerado varios ejemplos: «podemos afirmar que la red de estaciones de servicio española es de las más amplias y eficientes de Europa» y puede suministrar tanto a vehículos eléctricos de nueva generación, como a los modelos híbridos, como a los tradicionales vehículos de combustión interna (ya sean privados, comerciales, autónomos y flotas de transporte).
Asimismo, el suministro a los grandes puertos comerciales, de pesca y resto de actividad marítima, el suministro seguro y crítico a los aeropuertos y a las grandes instalaciones industriales «está preparado y se apoya en una red de infraestructuras de las más eficientes y competitivas a nivel mundial».
Igualmente, toda la red de transporte y distribución energética «ya está adaptada para el suministro de cualquier combustible, por lo que productos como el hidrógeno, el gas, los combustibles líquidos bajos en carbono y la electricidad serán accesibles para su consumo sin necesidad de grandes inversiones en infraestructuras públicas y/o privadas».