Gobierno y empresas, en guardia ante una Iberoamérica en convulsión

La inversión española hasta junio registró el peor dato de los últimos 23 años y Telefónica ya recoge velas. Pese a ello, patronales y grandes compañías como Banco Santander mantienen su apuesta a largo plazo por la región

Daniel Caballero

Esta funcionalidad es sólo para registrados

La relación económica de España con Iberoamérica ha atravesado ya todas sus fases. Una primera cita hace tres décadas que pronto terminó en beso; un segundo encuentro que duró toda la década de los 90; y una etapa de noviazgo intenso y apasionado en los 2000 que dio lugar a un matrimonio férreo entre ambas regiones. Pero, como en toda unión, las crisis son inevitables y ahora el vínculo no pasa por su mejor momento a causa del panorama político y económico al otro lado del charco.

México ha entrado en recesión; Bolivia está sumida en el desgobierno ; a Chile la sacuden las revueltas; Argentina se hunde en el pozo y abraza de nuevo al kirchnerismo; Venezuela vive en un drama perpetuo; y Brasil se desacelera como motor de aquella zona. Una situación conjunta que preocupa y que se traduce en unas previsiones de crecimiento revisadas a la baja según pasan los meses. Por ejemplo, el Fondo Monetario Internacional (FMI) preveía en abril que la región «Latinoamérica y Caribe» crecería este año un 1,4%; en octubre la proyección se hundió al 0,2%. Y lo mismo ocurrió para 2020: pasó del 2,4% al 1,8%. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) va en la misma línea -aunque solo analiza los seis grandes países del territorio-: bajó su estimación al 0,5% y 1,3%, respectivamente, para 2019 y 2020.

Bolivia, con Evo Morales ya fuera del poder, vive tiempos convulsos EFE

Vocación de permanencia

Para poner en perspectiva la importancia que Iberoamérica tiene para España solo hace falta revisar los datos de la Secretaría de Estado de Comercio . En 2018 la inversión bruta en los principales países de la región fue de 11.473 millones de euros, cuando hace diez años la cantidad apenas era la mitad. En cuanto al comercio, el año pasado se exportaron allí a los territorios más importantes bienes por valor de 12.612 millones de euros y se importaron productos por un montante de 17.144 millones . Es más, España ya es el segundo mayor inversor en toda Iberoamérica, solo por detrás de Estados Unidos; y de nuestro stock de posición inversora global, el 30% radica allí.

Ahora bien, las cifras actuales son para estar inquieto cuanto menos. Este 2019, hasta junio, nuestro país ha invertido en los principales países de la zona apenas 1.662 millones de euros. Se trata del menor dato en la friolera de 23 años. Si solo se contabiliza la inversión productiva (no ETVE), la estadística no había sido tan baja desde 2010. No es de extrañar, por tanto, que las patronales, el Gobierno y los expertos estén preocupados por el devenir de ese «matrimonio» tan bien avenido, en el corto plazo.

«Es importante que estas revueltas se encaucen cuanto antes y sirvan para impulsar de forma positiva la transformación económica y social de las sociedades latinoamericanas», dice Antonio Garamendi, presidente de la CEOE , quien reconoce que las empresas nacionales «están preocupadas por la situación coyuntural»... aunque mantienen la calma. «No es la primera vez que afrontan situaciones complicadas en la región, pero la confianza puesta en el potencial económico es muy grande», prosigue. La inquietud existe, pero el presidente de la patronal cree que «hay que analizar la situación en la región con perspectiva y no dramatizar. Latinoamérica es y seguirá siendo una pieza fundamental en la estrategia corporativa de nuestras empresas».

En una línea muy similar se pronuncia también el Círculo de Empresarios, por boca de su secretario general, Alfredo Bonet: «La certidumbre y estabilidad política y regulatoria son condiciones clave para las decisiones de inversión. Estas condiciones se han visto alteradas desde hace años en Venezuela o Nicaragua y más recientemente en Chile, Bolivia o Colombia , lo que es preocupante». Al mismo tiempo, advierte de que este panorama de violencia y revueltas, unido al impacto de recesiones como la de México o Argentina, provoca que las compañías puedan retrasar sus decisiones de inversión. Alto y claro, ambas patronales reconocen que las empresas están en guardia. Y justo eso lo evidenció el miércoles Telefónica con su nuevo plan estratégico . José María Álvarez-Pallete, presidente de la firma, anunció una estrategia que apunta al repliegue en toda Iberoamérica, a excepción de Brasil. Primer gigante español en dar un paso atrás en la región en su conjunto para apostar por otros mercados, incluido Reino Unido pese al caos del Brexit. En cambio, Ana Botín , presidenta de Banco Santander, dio un enorme voto de confianza a todo el territorio recientemente al defender que buena parte del futuro de la banca está allí; prueba de ello es también la apuesta de largo plazo de BBVA en México -su primer mercado mundial-. O la entrada de Red Eléctrica en Brasil y el buen desempeño de Neoenergía, filial de Iberdrola en ese país.

Sin embargo, el viernes la Autoridad Bancaria Europea (EBA) advertía al sector financiero de que ve fuertes vulnerabilidades en su elevada exposición a economías emergentes, con el foco en Brasil y México. En su informe, la institución recuerda que la banca española concentra el 70% de la presencia del sector europeo en países emergentes, con 470.000 millones de euros.

En este escenario, tanto la CEOE como el Círculo de Empresarios recalcan que la apuesta por Iberoamérica es de largo plazo, de fondo. No se trata de una inversión puntual de la que salirse en cuestión de pocos años sino que ambos repiten estas palabras como un mantra: «vocación de permanencia». También lo hacen desde la Secretaría de Estado de Comercio, que recalca a ABC el compromiso del Gobierno con la región. Sin embargo, no ocultan su temor por las revueltas y la situación política: «Seguimos muy de cerca todos los acontecimientos» . Y añaden: «Más allá de la razonable preocupación que compartimos tanto desde el sector público como desde el sector privado no hay ningún elemento que altere el compromiso de largo plazo de las empresas españolas con América Latina».

Esta es la reacción en España, pero antes tuvo que haber una «acción». Acción, reacción. Y eso se encarga de desgranar la OCDE. «Lo que estamos viendo en varios países de América Latina es un sentimiento de frustración entre partes de la población con respecto a sus propias perspectivas económicas, tanto en comparación con su propio pasado como en comparación con las oportunidades que están teniendo otros, más privilegiados», explica Jens Arnold, economista sénior coordinador del área de Latinoamérica en la OCDE. Estas décadas se ha reducido la pobreza y fomentado la inclusión , pero cree que el modelo económico que seguía la región para eso ya está agotado: «Hay evidencias empíricas cada vez más claras mostrando que el viejo concepto de primero crecer y luego redistribuir es obsoleto. Hay que pensar en crecimiento e inclusión al mismo tiempo, diseñando políticas que fomenten el crecimiento económico y creen oportunidades de inversión, pero que al mismo tiempo permiten que todos se beneficien».

En opinión del organismo, considera que no debe preocupar a sus socios comerciales. «Es temprano para juzgar si los inversores y empresas están asustados», asegura Arnold. No hay que olvidar que la entidad con sede en París también ha rebajado sus previsiones para casi todos los países que analizan de la zona.

Los estudiantes venezolanos fueron los últimos en enfrentarse al régimen de Nicolás Maduro REUTERS

Desconfianza

Más allá de versiones oficiales y empresariales, la voz de los expertos es quizás la más dura con cómo se está desarrollando el problema iberoamericano. «Debemos estar atentos y preocupados, para que no se produzcan más desequilibrios» , defiende Ramón Casilda, del Instituto Universitario de Investigación en Estudios Latinoamericanas (Ielat) de la Universidad de Alcalá (UAH) y profesor del Instituto de Estudios Bursátiles (IEB). No se fía de que pueda revertirse el panorama y tiene claro que si alguna empresa sin presencia en Iberoamérica quisiera dar el salto, ahora se lo pensaría dos veces. Es decir, que retrasaría su intención hasta que se calmen las aguas al menos. Asimismo, Casilda pone el foco en lo que pueda pasar en Brasil. El consenso apunta a que crecerá menos del 1% este año, concretamente el 0,8% , unido a una devaluación de su divisa, el real, que amenaza aún más la estabilidad de la región ya que es la primera potencia de la zona. «Si Brasil empieza con estos problemas de devaluación, con México entrando en recesión, las señales que se mandan es que no habrá reactivación en 2020, y la región puede entrar en una senda complicada», detalla.

Con un perfil más político, Román Escolano, exministro de Economía y senior advisor del Área de Contexto Económico de Llorente & Cuenca, hace hincapié en la necesidad de cambiar el rumbo de Iberoamérica a nivel institucional. Dejar atrás a la izquierda. «El principal riesgo es desaprovechar el momento para hacer reformas a largo plazo y conseguir una tasa de crecimiento más alta. El proteccionismo o la intervención del Estado son recetas fallidas del pasado. Y esperamos que los movimientos recientes no lleven a incidir en esos errores. El populismo ha sido una constante. Disfrazado de socialismo del siglo XXI ha provocado los resultados económcios que sabemos», expone, al tiempo que añade que «todo el mundo tiene que estar vigilante ante las tentaciones de estas políticas fallidas de tipo populista».

El 10 de diciembre llegará también una nueva -¿o no tan nueva?- época en Argentina con Alberto Fernández en la Casa Rosada. Tomará posesión de su cargo y se verá la foto de la próxima Iberoamérica en función de qué líderes acudan a la «fiesta». Apenas quedan diez días para ello, y la cuasicrisis económica que vive la región no estará solventada para entonces. La clave será 2020: despegue o estancamiento.

España mantiene la tensión por si hubiera que replegarse al estilo Telefónica, aunque los puentes tendidos estos últimos 30 años hacen presagiar que nuestro país logrará reconciliarse en ese amor mutuo que mantiene con Iberoamérica. Un matrimonio que patronales, Gobierno y expertos confían en que sobrepase incluso las bodas de platino.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación