El Gobierno alemán firma un paquete de 1.000 millones de ayudas a los agricultores
La ministra de Medio Ambiente, Svenja Schulze, quiere reformar la distribución de los subsidios agrícolas para ayudar mejor a los agricultores
La reunión de los miembros de la gran coalición que gobierna en Berlín ha terminado de madrugada y concluye con un acuerdo para un paquete de ayudas a los agricultores por valor de 1.000 millones de euros durante los próximos cuatro años. Después de varias tractoradas de protesta, fundamentalmente por el endurecimiento de la normativa sobre fertilizantes, el gobierno Merkel ha reconocido la necesidad de apoyar a los agricultores en el próximo proceso de transformación, y pondrá a disposición del sector un programa de inversiones agroambientales. «Es una clara señal de agradecimiento y apoyo en tiempos difíciles», ha dicho a la salida de la reunión el ministro de Desarrollo Rural, Markus Söder.
Los líderes de la CDU y el SPD también acuerdan en el documento pactado facilitar el uso de beneficios laborales a corto plazo en sectores con serios problemas estructurales, con un amplio conjunto de programas, instrumentos y medidas para promover innovaciones y desarrollos tecnológicos, finanzas corporativas y para promover el desarrollo económico y la creación de nuevos empleos, según el periódico. El documento solicita al gobierno federal que examinará «cómo se debe adaptar y mejorar el conjunto de instrumentos existente». La ministra de Medio Ambiente, Svenja Schulze, quiere por su parte reformar la distribución de los subsidios agrícolas para ayudar mejor a los agricultores. El dinero está ahí, porque el año pasado Alemania registró un superávit récord de 13.500 millones de euros en el presupuesto federal, apoyado por las bajas tasas de interés y el pleno empleo.
Agricultores y ecologistas llevan meses bloqueando la capital alemana con sus protestas en las calles de Berlín, en fines de semana alternos y apoyados por una opinión pública crecientemente sensibilizada sobre las cuestiones medioambientales. «Recuerden que la agricultura nos alimenta», «Agricultores arruinados: alimentos importados» y «no hacen nada, pero saben más nosotros», es lo que se lee en las pancartas que portaban habitualmente los tractores para reclamar un «cambio del modelo agrícola» tras la llamada del colectivo ecologista «Wir haben es Satt» (¡Estamos hartos!), que pide una «reforma de la política agrícola» en favor de las «pequeñas explotaciones», la «protección de los suelos», la «biodiversidad» y el «bienestar animal», según explica Saskia Richartz, portavoz del colectivo.
Otro de los habituales de las protestas es el colectivo de agricultores «Landschaft Verbindung», que se manifiesta en todo el país contra la política medioambiental de Berlín y critica especialmente las restricciones de uso de fertilizantes para luchar contra la contaminación de los cursos de agua, así como contra el plan de protección de los insectos anunciado a principios de septiembre por el gobierno de Angela Merkel, que implica una prohibición del uso del glifosato para 2023 y la prohibición, antes de 2021, de los herbicidas e insecticidas en las zonas «ecológicamente vulnerables». Según el colectivo, estas normas «amenazan a las empresas agrícolas alemanas», lo que «aumentará las importaciones de productos alimenticios extranjeros».