La Generalitat cede a la presión del taxi y aleja a Uber y Cabify de Barcelona
La Comunidad de Madrid y los taxistas de la capital mantuvieron la pasada madrugada una reunión que terminó sin acuerdo
«El taxi ha ganado», repetía con un sentimiento de derrota el presidente de Unauto VTC Cataluña, Josep Maria Goñi, ayer por la noche tras una intensa jornada de negociaciones para desbloquear la guerra del taxi en Barcelona a costa de la regulación de las empresas que operan con VTC (vehículos de turismo con conductor). El quinto día de huelga indefinida de taxis en la capital catalana arrancó con el conflicto enquistado en la calle y en los despachos y, casi por sorpresa, acabó con un principio de final del conflicto a raíz del último movimiento de la Generalitat, que se abre a ampliar los «timings» de contratación. Todo ello, parece a una parte de los manifestantes una cesión ante las presiones de los taxistas, cuyos portavoces llegaron a asegurar por la mañana que si no había acuerdo tomarían «medidas más contundentes».
Las intensas negociaciones -de más de cuatro horas con los taxistas y de apenas media hora con los VTC- acabaron con una nueva oferta sobre la mesa: la modificación de la propuesta inicial de decreto-ley para que la precontratación de los servicios de plataformas como Uber o Cabify se tenga que hacer con una antelación de entre quince minutos y una hora, y no el cuarto de hora inicial.
La propuesta del Govern dejará en manos del Área Metropolitana de Barcelona (AMB) tener un reglamento que permita esta hora de precontratación. Este plazo, de hecho, es el que representantes de la AMB, empezando por su presidenta, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, habían señalado en los últimos días como razonables para resolver el conflicto.
Los taxistas recibieron el principio de acuerdo con aplausos y vítores, pero mantuvieron de momento la huelga indefinida: esta mañana tienen que votar las condiciones en una asamblea y será entonces cuando la marea amarilla ponga fin a su reclamación.
Por su parte, los representantes de los VTC estaban desolados tras escuchar los argumentarios de la Generalitat, a quien acusan de haber «cedido finalmente al chantaje del sector del taxi». «Nos vemos con la obligación de comunicar que los VTC deberán abandonar la ciudad» de confirmarse tal normativa, comentó Goñi junto a la directora global de Regulación de Cabify, Marta Plana, a la salida de la reunión. Unauto estudiará ahora todas las medidas legales para luchar con una regulación que consideran «injusta, dictada por el sector del taxi y impulsada bajo coacciones».
Además, aunque plataformas como Uber y Cabify llevan varios días amenazando con abandonar sus servicios en la Ciudad Condal, lo cierto es que todavía no han concretado tal decisión.
Madrid, más difícil
El principio de acuerdo logrado en Barcelona no se tradujo en sus primeras horas en el ánimo de los taxistas madrileños, que mantuvieron la huelga y la presión, especialmente sobre la Feria Internacional de Turismo (Fitur) asegurando que no cambiarían ni una coma en sus reivindicaciones. La capital vivió ayer una durísima jornada donde se sucedieron las reuniones y también los conatos violentos en las vías de acceso: la M-40 y la A-2 sufrieron cortes esporádicos.
Entrada la madrugada, sobre las 00.45, volvieron a reunirse los delegados de los taxistas y representantes del Ejecutivo regional en la Consejería de Transportes, situada en la calle Maudes. El encuentro fue solicitado por la Gremial del Taxi y acudieron también el resto de organizaciones del sector. Horas antes, el presidente de la organización de autónomos ATA, Lorenzo Amor, y el de CEIM, Juan Pablo Lázaro, mantuvieron un contacto previo con el sector en el que les alentaron a seguir con las negociaciones a fin de desencallar el conflicto y terminar con la huelga. El encuentro finalizó sin un preacuerdo que permita terminar con la situación de conflicto que vive la capital y que amenaza con provocar un enorme caos en Fitur, lo que ocasionaría importantes daños, no solo al evento en sí, sino en la imagen que provocaría al ser un escaparate mundial en el que se dan cita cientos de países.
Según recogió Efe, fuentes del Gobierno regional han explicado que en la reunión el Ejecutivo autonómico ha vuelto a ofrecer a los taxistas una reforma exprés de la regulación de los vehículos de transporte colectivo (VTC) que define la precontratación, pero que ésta sea aplicada por los ayuntamientos. Según las mismas fuentes, las asociaciones de taxistas han reclamado un acuerdo similar al alcanzado en Cataluña, que sí que blinda que se pueda obligar a contratar con una hora de antelación los VTC. Ante la posición de la Consejería de Transportes de la Comunidad de Madrid de que sean los ayuntamientos de la región los que regulen la precontratación, los representantes del sector del taxi se han levantado de la negociación. Según el departamento de Transportes del Gobierno de Ángel Garrido, se ha invitado a los taxistas a que vuelvan a negociar, si así lo deciden, pero, por el momento, no hay fijada una nueva reunión.
Tanto desde la Comunidad como desde las principales organizaciones empresariales, el objetivo es que no se bloquee Fitur bajo ningún concepto. Los taxistas son también conscientes de la importancia de la feria, aunque eran muy reacios a aceptar cualquier modificación en sus exigencias de la precontratación como condición indispensable para estampar su firma. El presidente regional, Ángel Garrido, sin embargo aseguraba que «no lo voy a aceptar; no voy a legislar para acabar con un sector». El Ejecutivo madrileño cree que la competencia sobre este aspecto es del Ayuntamiento.
En el Gobierno regional apuntan también a otro culpable: el Ejecutivo central. Desde Rodríguez Zapatero y su «Ley Omnibus» de 2009, que acabó con la limitación de licencias -impuesta de nuevo en 2015-, a Fomento que trasladó el problema a las comunidades. Y recuerdan que Carmena y Colau, alcaldesas de Madrid y Barcelona, también se manifestaron en verano a favor de regular las VTC con una segunda licencia municipal.
Los representantes de las VTC, por su parte, han exigido sus derechos -entre otros, a trabajar sin sufrir violencia- y una regulación que permita convivir a taxis y VTC, «como ocurre en muchos países de Europa». La precontratación -hasta seis horas antes del servicio, como piden los taxistas en Madrid- «sería el fin de las operaciones de Uber y Cabify también en la capital», explicaba Eduardo Martín, presidente de Unauto. Su plataforma exigió ayer a la Delegación del Gobierno de Madrid, y a su homóloga de Cataluña, que garanticen la seguridad de las calles.