Garzón insiste en recomendar una reducción del consumo de carne y la compra en granjas pequeñas

El ministro de Consumo defendió su «huelga de juguetes» como una acción simbólica para alertar de que se puede reproducir la desigualdad de género

El ministro de Consumo, Alberto Garzón EP
Teresa Sánchez Vicente

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Alberto Garzón insiste en pedir que se coma menos carne, especialmente si procede de la ganadería intensiva. Tras la polémica del pasado verano, el ministro de Consumo ha vuelto a recomendar este lunes y en vísperas de las reuniones navideñadas una reducción de la cantidad de consumo de carne por persona. Garzón esgrimió otra vez razones ambientales e insistió en la importancia de procurar mejorar la calidad de estos productos, a través del fomento de la ganadería extensiva, frente a la carne de macrogranjas.

En este sentido, Garzón subrayó que se debe intentar que la carne proceda de ganadería extensiva y de granjas familiares por su «impacto neutro» en el medio ambiente y por razones laborales. En una entrevista en Radio Televisión de Canarias, el titular de Consumo criticó que en las macrogranjas intensivas se concentran miles de cabezas de ganado «Reducir el consumo de carne mejora la salud individual y la salud del planeta», remarcó.

La propuesta no es nueva, aunque ahora el titular de Consumo sí incluye en su discurso el apoyo a la ganadería intensiva y familiar . Garzón ya colgó el pasado julio un polémico vídeo en redes sociales en el que defendía la reducción del consumo de carne y en el que culpaba al sector cárnico de la contaminación por las emisiones de gases de efecto invernadero provenientes de la ganadería, «especialmente de las macrogranjas». Las reacciones a esta declaraciones no se hicieron esperar y el propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, desautorizó la iniciativa del ministro. Las asociaciones profesionales cárnicas de España también expresaron su «estupor» ante las declaraciones de Garzón.

En otro espacio, un ciclo de seminarios, el ministro también hizo hincapié en el Plan Integral de Consumo Saludable que prevé aprobar esta legislatura para reducir las tasas de obesidad mediante la introducción de «instrumentos ambiciosos» para «corregir estas distorsiones». Entre estas medidas, se encuentra a futura regulación de la publicidad dirigida a menores, una apuesta, que Garzón calificó hoy como «una acción política basada en la evidencia científica».

En su opinión, la publicidad de alimentos y bebidas no saludables es «especialmente dañina» cuando está dirigida a la infancia porque «tiene la capacidad de modular comportamientos y provoca transferencias de hábitos hacia consumos más intensivos de productos azucarados y con grasas, que empeoran a lo largo de la vida adulta».

Sobre la campaña puesta en marcha por su ministerio con la convocatoria de una huelga de juguetes, Garzón defendió que se trata de una acción simbólica para concienciar de que todavía existen «estereotipos y prejuicios de género en el consumo de juguetes».

El ministro explicó que con su llamada pretende avisar a los padres y a las familias de que los juguetes puede reproducir la desigualdad de género. «Podemos y debemos corregirlos para que desde un principio la desigualdad de género no esté en la parte más vulnerable de la sociedad que es la infancia», puntualizó.

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