El futuro de los objetos conectados se hace presente
Los fondos europeos, la digitalización acelerada que trajo el Covid y el 5G impulsan la adopción de una tecnología clave para la eficiencia y la competitividad
Desde hace pocos años la aerolínea británica Virgin Atlantic utiliza internet de las cosas (IoT) para conectar todas las piezas de sus Boeing 787 desde la cola al morro. Así, antes de aterrizar, la compañía está preparada ante cualquier ajuste, reparación o avería de la aeronave. También Rolls Royce lleva tiempo monitorizando con IoT sus motores de aviones para recoger datos sobre su uso, lo que reduce costes de operación y aumenta la vida útil del motor. Con IoT ya se ha creado incluso el prototipo de la primera pastilla inteligente, que dispone de un sensor digital. Al llegar al estómago envía una señal a un pequeño dispositivo electrónico externo (en el futuro será a una aplicación móvil) informando de la ingesta en tiempo real.
No hay que mirar hacia fuera para comprobar cómo las grandes compañías comienzan a desplegar la tecnología IoT. Nuestras empresas también lo están haciendo. Inditex y El Corte Inglés ya marcan sus artículos con etiquetas RFID que contienen un microchip con información del producto en cuestión. Por ondas de radiofrecuencia se identifica toda la trazabilidad de la prenda, lo que proporciona mayor agilidad en la distribución, una gestión más eficiente de los stock en las tiendas y mejora la calidad de la atención al cliente.
En su portfolio de IoT, Telefónica ofrece diferentes sistemas para que las empresas apliquen estas innovaciones de internet de las cosas. Por ejemplo, tiene un servicio de gestión de flotas para empresas de alquiler de vehículos, de leasing, de asistencia en carretera, transporte... Con un pequeño dispositivo IoT instalado en el vehículo y una plataforma en la nube se puede hacer un seguimiento y análisis en remoto del consumo de combustible, kilometraje, ubicación, datos del motor, comportamiento al volante, prevenir averías.... O con un conjunto de sensores, cámaras, beacons... ubicados estratégicamente en comercios se recaba información sobre la afluencia de clientes (número de visitas, entradas y salidas) y su comportamiento (zonas visitadas, tiempo de permanencia)... Datos muy valiosos para que el comerciante conozca al detalle su negocio, sus procesos operativos y de ventas. También con IoT despliega sistemas para una gestión energética más eficiente de industrias, empresas (banca, hoteles), edificios... Cita Telefónica que en un hotel de primer nivel consiguieron ahorrar un 12% en energía gracias a la gestión de la iluminación y la temperatura empleando dispositivos IoT.
La caída del precio de los sensores ha sido otro factor decisivo en el crecimiento del IoT
Hay una gran lista de ejemplos. Ferrovial ha sensorizado la autopista LBJ en Dallas (Estados Unidos) para incorporar un sistema de peajes dinámico. Esto significa que las tarifas se ajustan en función de la velocidad media o del número de vehículos que utilizan los carriles. Seat también incorpora desde hace unos años a sus vehículos el dispositivo DataPlug, que se conecta a la interfaz de diagnóstico de sus coches y recoge información que la envía al móvil del cliente por ‘bluetooth’: ubicación del vehículo, alertas del estado del coche, posibles averías, trayectos realizados, consumo, comportamiento del conductor...
Los casos de uso de IoT no son conocidos por todos, sin embargo se trata de una tecnología de aplicaciones casi infinitas. Para regular el tráfico en las ciudades, para el mantenimiento predictivo en fábricas, para optimizar flotas de camiones, para conseguir mejor trazabilidad de los productos y en su distribución, para una mayor eficiencia energética, para predecir tendencias de consumo, para mejorar la experiencia del cliente, para generar servicios y productos innovadores... Y eso s e traduce en ahorro de costes, mayor productividad, eficiencia y competitividad para la empresa. Y no solo en sectores como logística, transporte, industria, retail, energía, automoción (el coche conectado será protagonista), salud y ‘smart cities’. Es sorprendente que incluso el sector primario se rinda ante esta tecnología. Muchas explotaciones agrícolas cuenta con sensores que miden la humedad del suelo, temperatura o detectan plagas antes de que aparezcan, con el consiguiente beneficio.
La explosión
Esto solo acaba de empezar. Para los próximos años, se espera que la tecnología IoT crezca «de manera exponencial», prevé un informe del Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad. «En el último año se ha producido un fuerte desarrollo del internet de las cosas por parte de las empresas», afirma el documento. En 2020, el 17% de las compañías usaron dispositivos interconectados que podían ser monitorizados o controlados de forma remota a través de internet. En 2021 ese porcentaje alcanzó el 28%.
La multinacional tecnológica Cisco apunta en la misma dirección. En España, en 2018, había 211 millones de dispositivos conectados (4,5 por persona). En 2023, serán 350 millones (7,5). «De todas las conexiones que van a generar esos dispositivos, el 62% estarán relacionadas directamente con IoT», asegura Antonio Conde, director de Innovación y Transformación Digital en Cisco España. «Estamos en el comienzo de la curva del crecimiento exponencial. La verdadera revolución se va a producir en los próximos tres años», augura.
Solo el hogar conectado generará un mercado de más de 800 millones de euros en 2025
El año pasado un estudio de la consultora IDC nos situaba como el quinto país de Europa en inversión en IoT, por detrás de Alemania, Reino Unido, Francia e Italia. Estimaba que el mercado de IoT en España había crecido un 17,9% en 2020, llegando a más de 10.000 millones de euros. «Solo el hogar conectado generará un mercado de más de 800 millones de euros en 2025, con un crecimiento de 17%. Las previsiones es que el mercado de IoT crezca en Europa un 12% anual hasta 2025. Y España está en la misma línea», estima Ignacio Cobisa, analista senior de IDC.
¿Y por qué ahora esta explosión de IoT y antes no? «Antes las empresas lo consideraban un extra para sacar mejor nota. Con la pandemia se ha visto que es más necesario que nunca abordar esta digitalización de forma acelerada», considera Alicia Asín, cofundadora y CEO de Libelium, una empresa tecnológica de Zaragoza. Prueba de ello, por ejemplo, es el turismo inteligente, como cita Asín: «Nadie se planteaba antes del Covid medir la calidad del agua de las playas o la calidad del aire de los destinos, o que los hoteles ofrecieran datos objetivos en sus web, por ejemplo valores de ruidos en su zona, en lugar de las opiniones subjetivas de los usuarios. Ahora hay mensajes en el mercado de negocios concretos y potentes que funcionan con IoT. La tecnología está más que validada. Existen suficientes referencias pequeñas para acometer mayores inversiones».
Y hay una cuestión económica de fondo. «La caída del precio de los sensores. Esto era impensable hace cinco años», dice Ignacio Cobisa. «Tenemos mejores tecnologías y desarrollos más baratos. Las empresas están invirtiendo más en hardware y dispositivos que hacen falta», considera Paula Lamo, directora del Máster Internet de las Cosas de la Universidad de La Rioja (UNIR)
El mercado de IoT en España crecerá un 12% anual hasta 2025
La tecnología IoT consiste en la interconexión de dispositivos y objetos a través de internet, donde todos interaccionan. Es decir, el mundo físico conectado con el digital. A los objetos se les incorpora sensores, chips, dispositivos... que envían datos a un plataforma de internet de las cosas, donde se analizan y comparte la información con aplicaciones.«En cualquier cosa que se imagine (luces, persianas, aparcamientos, semáforos, prendas de ropa...), que no está pensada para tener internet, se instala un dispositivo que envíe información de forma autónoma a otro dispositivo o a una nube que los controle y tome decisiones. Se trata de conectarse para dar valor a los datos. Son sistemas modulares y escalables», detalla la profesora Lamo.
El valor del dato
En efecto, el dato es lo que hace única la tecnología IoT. «Donde está el valor empresarial y social es en su combinación con otras tecnologías, como la Inteligencia Artificial y el ‘machine learning’, que obtienen el beneficio de los datos que genera IoT. Los datos son el nuevo petróleo», explica Conde. «La base de la digitalización de nuestras empresas van a ser los datos», asegura Francisco Hortigüela , director general de Ametic, la patronal de la industria digital.
Dos factores van a impulsar la explosión de esta tecnología. La llegada de los fondos europeos «está acelerando toda la inversión que las empresas iban a hacer en los siguientes años en digitalización e IoT», asegura Hortigüela. Una oportunidad también para las pymes. «En las pequeñas empresas la barrera no va a ser el dinero sino la falta de formación y conocimiento en estas soluciones», estima el director de Ametic. Y en las grandes, la falta de profesionales capacitados en IoT también puede ser un lastre.
El despliegue de la red 5G será un amplificador para IoT. « Estamos ante la primera generación de IoT. Con el 5G englobamos otros usos y aparecerán sensores con más inteligencia (de 3D que capten el volumen), más sensibles y con mayor resolución, que sean capaces de medir cosas que antes no. Y podemos introducir inteligencia artificial. Vamos a disponer de mayor capacidad de transmisión, menor latencia y mayor fiabilidad. El valor añadido de 5G viene de la mano de la densidad de objetos que vamos a poder conectar y un menor consumo energético», detalla Federico Ruiz, director del Observatorio Nacional 5G de España. Además, implicará «mayor territorio conectado —sugiere Alicia Asín— y esto en el mundo rural va a suponer la monitorización de la agricultrra, de inundaciones, incendios...». Pasan desapercibidos, pero ya tenemos muchos dispositivos conectados a nuestro alrededor que en el futuro protagonizarán una revolución.
Aplicaciones sin límites
Basten algunos ejemplos para tomar coinciencia hasta dónde puede llegar la aplicación de la tecnología IoT. Telefónica, junto a la startup Humanox, ha presentado una espinillera inteligente, que a través de diversos sensores monitoriza al deportista en todo momento y en tiempo real proporcionando numerosos datos a su entrenador. En explotaciones extensivas de ganado en el Pirineo, La Rioja, Aragón y Galicia ya están en marcha las primeras experiencias de cencerros inteligentea. Se trata de collares que através de GPS y sensores de temperatura y movimiento monitorizan la posición de las reses y ofrecen datos de su estado de salud. Incluso se ha desarrollado el gallinero inteligente, que gestiona la regulación climática, dosifica automáticamente el pienso, y monitoriza el comportamiento y la salud de gallinas ponedoras.
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