Así funciona la Autoridad Fiscal más poderosa del mundo
El CPB holandés evalúa los programas electorales de los partidos. Algunos organismos piden que la Airef haga lo mismo en España
En la campaña sobre el referéndum británico, los partidarios del Brexit, entre ellos Boris Johnson o Nigel Farage, esgrimieron que Reino Unido pagaba 350 millones de libras (unos 400 millones de euros) cada semana a la UE. El día después de la victoria del Brexit, el propio líder del UKIP, Nigel Farage, reconoció en televisión que este cálculo era «erróneo» y que no podía asegurar que el importe se destinara al servicio de salud británico , como había prometido previamente. En Países Bajos saben cómo atajar estos «errores» en campaña: tienen a la Autoridad Fiscal más antigua y poderosa del mundo, el Central Planning Bureau (CPB), con competencia para auditar los programas electorales de los partidos. En las últimas elecciones de Países Bajos, en las que casi gana la extrema derecha , once partidos entregaron al CPB sus programas políticos para que los revisara: en total, la Autoridad Fiscal holandesa analizó 1.165 medidas calculando desde el impacto medioambiental hasta fiscal de cada propuesta.
Un minucioso trabajo con el que la opinión pública se puede informar de lo que implica su voto a una opción u a otra. La directora del CPB, Laura van Geest, se reunió con ABC en una reciente visita a Madrid y explicó cómo funciona la Autoridad Fiscal con más poder del globo: su institución cuenta con más de 150 empleados solo comparable con la Oficina Presupuestaria del Congreso de los Estados Unidos.
«Las últimas elecciones en Países Bajos fueron polémicas y nuestro trabajo era aportar independencia a las cifras y supervisar los programas políticos, que la opinión pública supiera el impacto de decantarse por una opción u otra », sostiene Van Geest, que cree que este trabajo de análisis mejora la calidad de una democraci a , ya que aumenta la información que tiene la sociedad y la calidad de su voto.
En Países Bajos, la Autoridad Fiscal cuenta con amplias funciones: además de revisar las finanzas públicas, realiza un análisis de coste y beneficio de todas las propuestas políticas, desde sociales hasta económicas. Tras cada elección, acomete una proyección a cuatro años sobre cómo va la economía para que el Gobierno de turno sepa a qué atenerse en su legislatura y también actúa como Agencia de Evaluación de Políticas Públicas y plantea un análisis de coste y beneficio , antes y después de ejecutar toda medida.
«La presencia de instituciones independientes es positiva para la sociedad porque aporta más datos y permite auditar las políticas públicas, saber cómo han funcionado y su impacto y evitar errores del pasado», sostiene.
Van Geest achaca el poder de la institución que dirige a su larga tradición, que ha logrado cambiar la cultura política de la sociedad holandesa. El Nobel de Economía, Jan Tinbergen, fue el fundador del CPB en 1945, un indicador del prestigio de la institución. En España el equivalente más próximo es la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef), que nació en 2013 a instancias del Gobierno, la UE y el FMI . Desde entonces, la Airef ha protagonizado varios encontronazos con el Ministerio de Hacienda .
«Los políticos y el Gobierno ya saben que somos el "poli malo" de las cuentas , pero respetan nuestras opiniones e intentan que nos pronunciemos para que apoyemos sus tesis, aunque finalmente no sea así », apunta Van Geest. De hecho, en 1986 el CPB comenzó a examinar los programas políticos a iniciativa de varios partidos políticos. La evaluación es voluntaria, pero casi todos los partidos tratan de pasarla para ganar credibilidad ante el electorado.
De momento, en España la Autoridad Fiscal va a auditar hasta 32.000 millones de gasto público destinado a subvenciones y gasto farmacéutico. Algunos organismos han reclamado fortalecerla y que también evalúe las promesas electorales de los partidos políticos. La Fundación Transforma España pidió hace unos meses a PSOE, PP y Ciudadanos que la Airef evalúe los programas electorales. Según una encuesta de Sigma Dos en 2015, antes de las últimas dos elecciones generales, el 80% de los ciudadanos apoyaba que entidades independientes auditaran los programas electorales de los partidos políticos. «España parece que ha enderezado su economía y la implantación de una Autoridad Fiscal tendrá efectos positivos», saluda Van Geest, quien destaca que en Holanda, el principal escollo del CPB con los políticos, es su minuciosidad: «Siempre se quejan de que les pedimos demasiados datos, demasiadas hojas de Excel (risas)».
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