Los «fuerdai», millonarios chinos que viven entre escándalos
Alquilar un rio o comprar dos Apple Watch para el perro, algunas muestras de su comportamiento
Mientras China se encuentra inmersa en un proceso de modernización económica para otorgar mayor peso al consumo, el comportamiento de sus jóvenes más adinerados avergüenza a la clase política. La forma de vida de los «fuerdai», descendientes de algunos de los magnates más importantes del país está levantando revuelo en el gigante asiático . Apuestas, detenciones y excesos representan el día a día de un selecto grupo de multimillonarios que han contradicho uno de los principios básicos del Partido Comunista chino: la austeridad.
Literalmente, « fuerdai » significa «segunda generación de ricos». Es un término empleado para referirse a los hijos de empresarios chinos que se han enriquecido gracias al relativo aperturismo del país. La mayor parte de estos jóvenes ha nacido entre los ochenta y noventa y cuentan con una gran herencia que permite dar rienda suelta a los caprichos más estrambóticos .
Buen ejemplo de ello lo dio un «fuerdai» que alquiló, en junio de este mismo año, un río entero para dar un agradable paseo en canoa junto a su novia. Los trabajadores del servicio, además, tuvieron que sonreir constantemente a la joven para agradarla .
La lista de escándalos no acaba aquí. Hace unos meses dos «fuerdai» se retaron mutuamente a demostrar quién tenía más dinero. El primero colgó una foto en las redes sociales donde mostraba fichas de casino por valor de cinco millones de yuanes (más de 700.000 euros). Como contestación, el segundo hizo lo propio con una imagen donde se le veía rodeado de tres millones de yuanes (casi medio millón de euros).
La autodisciplina china
Wang Jianlin, el propietario del 20% de las acciones del Atlético de Madrid y el emblemático Edificio España madrileño también se ha visto salpicado por los excesos de su «fuerdai» particular. Su hijo, Wang Sicong, colgó recientemente una foto en la que se podía apreciar a su perro portando dos Apple Watch.
Este colectivo también ha sido cuestionado por sus actitudes en privado. De hecho, es común ver reflejados sus fiestas sexuales y sus problemas con el alcohol en distintos medios de comunicación .
Todo ello ha emborronado la actitud de los «fuerdai» más disciplinados e interesados por los negocios, que han pasado a un segundo plano debido a los problemas de su colectivo . El problema ha llegado a tal dimensión que incluso apuntas medios de comunicación como BBC, el presidente chino Xi Jiping podría haber exigido a los «fuerdai» una mayor autodisciplina y corrección.
Pese a ser un país en continuo crecimiento, las contradiciones tanto sociales como económicas todavía siguen muy ligadas a China . Los «fuerdai» no parecen más que un reflejo de ello.
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