Daniel Fuentes (PSOE): «Somos los únicos que apostamos por la sostenibilidad de las finanzas públicas»
Entrevista con el jefe de política macroeconómica y financiera en Presidencia del Gobierno que cree que «Bruselas no aceptará las rebajas de impuestos que proponen otros partidos»

Daniel Fuentes (Orense, 1975) aparece como uno de los valores en alza en el equipo económico del PSOE. Jefe de Políticas Macroeconómicas y Financieras de Presidencia del Gobierno, Fuentes es doctor en Economía por la universidad de París-Nanterre, ha impartido clase en varias universidades y ha trabajado para la OCDE, el Banco de Francia y Analistas Financieros Internacionales (Afi). Defiende el gasto social y la inversión pública en un momento de «enfriamiento» de la economía y no desvela si el PSOE continuará con medidas como la mochila austríaca o propuestas pactadas con Podemos como el tipo efectivo en Sociedades del 18% para la banca o la tributación endurecida a los beneficios del exterior. «Veremos cuando haya Gobierno y se sepa la correlación de fuerzas», resuelve.
–¿Vamos a una desaceleración o hay riesgo de una nueva crisis?
–El diagnóstico era que veíamos una desaceleración cíclica muy paulatina con un incremento de la incertidumbre, pero esta hipótesis se queda un poco corta ahora. Vemos que hay riesgos que se están materializando, tanto del exterior como domésticos. Entre los primeros figura el Brexit y la guerra comercial. Del lado doméstico, estamos ante un riesgo de expectativas, con la renta bruta de los hogares creciendo notablemente más que la economía, pero con el consumo a la baja y con un aumento del ahorro. Hay que seguir la reacción de la economía alemana a este enfriamiento, si responde con medidas fiscales expansivas y qué es lo que ocurre con el sector automovilístico, que atraviesa dos crisis distintas, una coyuntural y otra estructural. El segundo riesgo es que necesitamos un gobierno. Si la situación económica se complica el PSOE tiene un mensaje muy claro: no vamos a dejar a nadie atrás. La protección social para nosotros no es negociable. Siempre con la restricción de la sostenibilidad de las cuentas públicas.
–En el plan presupuestario remitido a Bruselas, ¿cómo es posible que el Gobierno haya empeorado su previsión de crecimiento y mejorado la de empleo? ¿Es por la revisión del INE?
–Estábamos obligados a hacerlo porque los datos es lo que nos dicen. Maticemos: las previsiones de creación de empleo en los cuadros macroeconómicos no son datos de EPA, o de afiliación, son datos de empleo equivalente a tiempo completo ligados a la contabilidad nacional del INE. Estos puestos de trabajo crecieron en promedio un 6,2% en la primera mitad del año. Nosotros teníamos una estimación del 2,1%, que nos ha parecido que se quedaba muy corta, por lo que la hemos subido a 2,3%. Eso quiere decir que vemos que en la segunda mitad del año se creará menos empleo que en la primera, por lo que hay consistencia con lo que está ocurriendo.
–¿Qué impacto puede tener lo que está ocurriendo en Cataluña sobre el crecimiento?
–Carecemos de datos macro suficientemente robustos para ser tajantes. Lo que sí conocemos es la experiencia de 2017. En un mes de octubre con disturbios, con mucha incertidumbre y desconfianza y que, desde un punto de vista político, fue más inquietante que el actual. Entonces sí que se vio una desaceleración más acusada del empleo en Cataluña frente al resto de España que duró meses y se acabó reabsorbiendo. También asistimos a una caída de la inversión extranjera directa en el cuarto trimestre en la región, que acabó normalizándose. Desde entonces, la economía catalana que tenía tendencia a crecer por encima del PIB nacional, ya no tiene esta tracción. Es posible que el cuarto trimestre sea más flojo en Cataluña que en el resto de España. No sería sorprendente, sobre todo en términos de empleo e inversión. Pero lo más preocupante es el medio y largo plazo: cuando se ven experiencias históricas como la de Quebec, llegas a la conclusión de que Cataluña puede sufrir un riesgo de erosión de crecimiento potencial a largo plazo, que no vemos hoy. Cuando tengamos perspectiva histórica podremos comprobar que todo lo que está ocurriendo deteriora la marca Cataluña, la imagen de una región que era la más dinámica, con más cultura empresarial y que atraía inversión extranjera.
–Con la inestabilidad en Cataluña, ¿hay un deterioro en general de la economía española o simplemente se traslada la actividad a otras regiones?
–Es un mismo mercado y es absurdo plantear cualquier escenario de independencia en Cataluña. Son los mismos consumidores y sí que hay costes de transacción de adaptación a escenarios distintos por la inquietud, por la seguridad jurídica o costes asociados al traslado de sedes o centros operativos y logísticos a otras comunidades. Hemos visto el mismo fenómeno entre País Vasco y La Rioja en el pasado. Es un juego de suma cero.
–Proponen subir impuestos a grandes fortunas, ¿qué tributos serían?
–La gran lección de la macroeconomía tras la crisis de 2008 es que no basta con crecer y luego distribuir, hay que hacer que el crecimiento sea solidario de inicio. Proponemos un tipo mínimo del 15% en Sociedades para las grandes corporaciones, una rebaja de dos puntos a las pymes y más impuestos de corte ambiental. Y conviene hacer una reflexión sobre el impuesto de Sucesiones básicamente para armonizarlo y resolver el actual problema de competencia fiscal que perjudica la cohesión territorial, además de abordar toda la fiscalidad relativa al capital y Patrimonio. Este es el punto que diferencia las propuestas fiscales del PSOE frente a los demás partidos. El PSOE es el único que trata de defender la sostenibilidad de las finanzas publicas, admitiendo que tenemos esta restricción nos guste o no, y conciliándolo con fortalecer la política social y inversión productiva. Los otros partidos están proponiendo rebajas fiscales desaforadas, que veremos si se cumplen o no. No es realista y la Comisión Europea jamás va a aceptar que España renuncie a 16.000 millones de recaudación como propone la derecha.
–El PSOE también lleva en su programa medidas ambiciosas de gasto, como el ingreso mínimo vital, en un momento en el que la Comisión Europea reclama un ajuste estructural importante.
–La última propuesta de Presupuestos, fruto de un acuerdo con Podemos, incluía un paquete fiscal de 5.600 millones. Eso no se puede enviar a Bruselas porque no tiene un valor jurídico, porque obedece a un pacto firmado hace un año por dos partidos. Veremos cuando haya Gobierno y se sepa la correlación de fuerzas, al sentarnos a elaborar los Presupuestos con ese paquete. ¿Va a ser el mismo? Dependerá. Sobre las medidas de gasto, en la anterior legislatura quisimos dar un primer paso triplicando las ayudas por hijo a cargo en las familias con pobreza severa. Al final por las restricciones presupuestarias fruto de acuerdos, solo se multiplicaron por dos. Nos hubiera gustado hacerlo por tres. Esa es nuestra primera referencia, queremos multiplicarlas por tres pero siempre con ese foco: pobreza severa e infantil.
–La mayor desigualdad de financiación por habitante es entre las regiones forales y las de régimen común. ¿Abordarían también una reforma de la financiación foral en el marco de la de régimen común, quizá recalculando el cupo y el concierto?
–Tenemos comunidades claramente infrafinanciadas como Valencia y Murcia, por ir al otro extremo que me planteaba. Aquí es donde tenemos una verdadera necesidad, donde los habitantes no tienen los recursos que corresponden a la riqueza que genera la actividad española. Aquí es donde hay que poner el foco.
–Entiendo por sus palabras que la tributación sobre el 5% de los beneficios del exterior de las grandes empresas, que venía en el pacto con Podemos, lo dejan fuera, igual que la subida de IRPF a las rentas altas que anunció la ministra de Hacienda.
–Ese paquete era fruto de un acuerdo de gobierno del que el partido socialista no reniega, pero habrá que ver si después de las próximas elecciones y tras la elaboración de los próximos Presupuestos del Estado, si las fuerzas progresistas están en disposición de negociar. Es un punto de partida, de referencia también. ¿Todo lo que se incorporó en ese paquete es potencialmente implementable? Si el PSOE se comprometió a aplicarlo, ahora no va a echarse atrás. Pero habrá que ver quiénes son los actores, qué necesita la economía española en ese momento y la disponibilidad presupuestaria.
–¿Y el tipo efectivo del 18% a la banca que también acordaron con Podemos?
–Como digo, habrá que ver quiénes son las fuerzas políticas dispuestas a sentarse y cuáles son sus condiciones de negociación.
–¿Qué debe cambiar para que se forme ese gobierno si ya se frustró el último intento de acuerdo con Podemos?
–Si la propuesta de gobierno hubiera sido progresista, estable, confiable... hubiéramos tenido un Ejecutivo de coalición. Se hizo la propuesta, no salió adelante. Hay cuestiones como la catalana que nos separan. Las distancias programáticas no son insalvables en economía. Hay un terreno de entendimiento. Las cuestiones que nos separan son otras y no son de ámbito económico, aunque haya una separación en la intensidad de las propuestas, pero la orientación la compartimos.
–Proponen blindar la subida de las pensiones con el IPC en la Constitución. ¿También blindarían en la carta magna la sostenibilidad del sistema?
–La revalorización de las pensiones con el IPC real es un compromiso. Todos los presupuestos del PSOE mantendrán el poder adquisitivo de las pensiones. España no gasta más en pensiones que el promedio de los países europeos. Es cierto que nuestra Seguridad Social tiene un déficit del entorno de los 18.000 millones, que se ha contenido y es cierto que España recauda 7 u 8 puntos menos de PIB que la media de la UE. No hace falta siquiera agotar ese margen para que nuestro sistema a largo plazo sea sostenible. La Autoridad Fiscal nos dice que en el peor momento del sistema de pensiones en 2045 nos harán falta tres puntos de PIB más de recursos. Debemos sentarnos a hablar en el Pacto de Toledo, agentes sociales y partidos, para que cuando llegue 2045 hayamos dotado a la Seguridad Social de los recursos que necesita y que existen, no es un imposible.
–¿Qué van a hacer en el mercado laboral?
–Siempre con el acuerdo con los agentes sociales, el PSOE quiere derogar los aspectos más lesivos de la reforma laboral. Queremos revisar la subcontratación y modificar la posibilidad de que el empresario pueda alterar unilateralmente las condiciones de los contratos. Creemos que es bueno equilibrar la negociación colectiva, luchar contra el problema de falsos autonomos, racionalizar horarios y dar respuesta a las nuevas formas de contratación.
–¿Cuál será la primera medida económica que adopten si llegan al Gobierno?
–Necesitamos la principal herramienta de política económica, unos Presupuestos del Estado para el año que viene. Vamos a comenzar 2020 con unas cuentas que se diseñaron a mitad de 2018 que ya no se corresponden con las necesidades de nuestra economía. No es solo fiscalidad, es también gasto. Gasto social, sin duda alguna, pero también gasto productivo, inversión, que ahora está bajo mínimos. Con la economía enfriándose, el Estado tiene la obligación de actuar de forma contracíclica: necesitamos esos Presupuestos.