El fenómeno de construir una vivienda propia: ¿vale la pena?
Es un proyecto ilusionante que permite ahorrar costes, pero que demanda tiempo y un grado de implicación muy alto si queremos disfrutar de una casa hecha a la medida de nuestras necesidades
La construcción de una casa directamente por su propietario, sin recurrir a un promotor externo, es una alternativa a la compra de vivienda que permite disfrutar de una casa personalizada a un precio más bajo del que tendría en el mercado. Pero a la hora de decidir si la autopromoción es la alternativa más acertada hay que tener en cuenta otros factores que van a determinar si esta opción está hecha para nosotros.
Diseñar y construir nuestra propia casa puede ser un proyecto ilusionante y además económico. Prescindir del promotor inmobiliario, y por tanto de sus beneficios, puede permitir ahorrar alrededor del 30% del precio final de la casa . Pese a las diversas ventajas de la autopromoción, son pocos los que se deciden por la construcción de su propia vivienda, ya que la idea de embarcarse en un proyecto de esta magnitud puede resultar abrumadora.
Aunque la primera impresión puede ser la de que construir uno mismo su propia vivienda es una inversión muy elevada, la autopromoción permite decidir tanto la ubicación de la finca en la que se va a levantar la vivienda, su superficie y la calidad de los materiales , lo que permite adaptar el proyecto a la cantidad que se quiere gastar. Determinar el precio que se está dispuesto a asumir es el primer paso a la hora de decidirse o no por la autopromoción.
Una vez determinado el presupuesto es necesario buscar una finca en terreno urbano cuyo valor, según los expertos, nunca debe ser superior al 35% del total que se piensa invertir . En esta búsqueda habrá que tener en cuenta que la finca disponga de acceso a los suministros básicos, superficie suficiente, buenos accesos y las condiciones de edificabilidad necesarias, por ejemplo, que se permita la construcción de una vivienda unifamiliar.
Cuando se disponga del terreno será momento de la redacción del proyecto de ejecución por parte del arquitecto, que validará en el Colegio de Arquitectos y presentará en el ayuntamiento en cuestión para la obtención de la licencia de obras, para lo que será necesario abonar una tasa. La realización de un estudio geotécnico puede ser también necesario . Terminada ya la obra, se formaliza en el notario la escritura de obra nueva, y se solicita en el ayuntamiento el certificado de primera ocupación de la vivienda.
Ventajas de la autopromoción de vivienda
Además del ahorro de costes en comparación de lo que supondría comprar a un promotor esa misma vivienda, construir nuestra propia casa tiene otras ventajas. La principal es que la casa está hecha a medida , y su diseño personalizado se ajusta a las necesidades familiares y a los gustos en cuanto a superficie, distribución y acabados. Sin olvidar que es el propietario de la vivienda quien elige la ubicación y las características de la parcela en la que se construirá.
Además, este tipo de promoción permite, si fuera necesario, posponer parte de la obra, o realizarla por fases, así como priorizar en la calidad de los materiales que se escogen para cada aspecto del proyecto , que serán elegidos al gusto del propietario al 100%, algo impensable en las promociones de vivienda convencionales, por mucho que la promotora ofrezca algunas opciones de personalización. Por esta razón, y debido también a que el control sobre el proyecto será mucho mayor, el propietario conoce en cada momento qué presupuesto se destina a cada aspecto y cada fase de la obra.
Gracias a la implicación de cada parte en el proceso y a este grado de personalización, que se puede aplicar también a otros factores como la eficiencia o la sostenibilidad, el resultado suele ser el de un inmueble con un valor en el mercado mayor que el de otras viviendas de características similares , lo que conlleva que la autopromoción sea también una interesante inversión.
Si bien es cierto que la construcción de la propia vivienda requiere una cantidad de papeleo importante, existen empresas que se ofrecen para la realización de los trámites del proyecto.
Inconvenientes de la autopromoción
Encargarse de la construcción de la propia vivienda puede resultar tan apasionante como agotador. El grado de responsabilidad, atención, supervisión y tiempo que requiere puede generar estrés , y es recomendable que el autopromotor disponga de ciertos conocimientos sobre las fases del proyecto.
En ocasiones, además, puede ocurrir que los profesionales a quienes se encarga la obra no resulten tan eficientes como sería deseable, y no son infrecuentes los retrasos en las obras o los gastos imprevistos , por mucha diligencia que tengan las personas implicadas en el proyecto.
Al margen de la obra en sí, ocuparse de la construcción de una vivienda desde cero supone encargarse de cada parte del proceso, desde la búsqueda del terreno y los profesionales a los múltiples trámites que habrá que realizar.
En cuanto a la financiación, las entidades bancarias ofrecen préstamos hipotecarios de autopromoción, pero hay que tener en cuenta que cubren entre el 60% y el 85% del coste total y que los gastos son más elevados que los de una hipoteca común. Además, hacen necesario adelantar dinero, ya que el crédito se va desbloqueando según se presentan las certificaciones de construcción.
En conclusión, la autopromoción puede resultar muy atractiva si se dispone de tiempo, liquidez y paciencia. Hay que valorar si el resultado compensa el grado de implicación que habrá que aportar.
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