ENTREVISTA
«La falta de cuentas puede afectar a determinados proyectos del BEI, aunque ya hemos pasado por estas situaciones»
La vicepresidenta del BEI, Emma Navarro, dice que el banco está protegido de una salida de Reino Unido de la UE «con garantías y reposiciones de capital que reemplacen su peso en la institución»
La situación de Emma Navarro (Alicante, 1973) ha cambiado radicalmente en menos de un año: de Madrid a Luxemburgo. Si en la anterior entrevista con ABC era secretaria general del Tesoro y sonaba con fuerza en la quiniela de posibles candidatos a la vicepresidencia del BCE, la elección definitiva del entonces ministro de Economía, Luis de Guindos , provocó un movimiento de naipes que acabaron con ella de vicepresidenta del Banco Europeo de Inversiones (BEI) y su predecesor, Román Escolano , como ministro de Economía sucediendo a De Guindos. Ahora Navarro es la mano derecha del BEI, y presenta unos resultados en los que España fue el año pasado el país europeo que más financiación obtuvo, con 8.478 millones. De ellos, 4.805 fueron a pymes, 2.439 a innovación y el resto, a medio ambiente e infraestructuras, pero desde 1981, este «FMI europeo» ha financiado desde la restauración del Liceu de Barcelona a la T4 del Aeropuerto de Madrid.
—¿A qué se debe la buena posición de España?
—La financiación del BEI no es por cuotas, depende del interés de los promotores, y este año España ha sido el país que más financiación ha recibido, aunque el año pasado fue segundo, ya que siempre ha sido un país que ha sabido hacer uso de este instrumento. Desde que el BEI empezó su andadura en España en 1981 se muestra su importancia detrás de proyectos clave en la competitividad, innovación y modernización de la economía española.
—¿Cómo evalúa la función del BEI durante la crisis?
—Se está haciendo un esfuerzo por reorientar la actividad para primar a proyectos innovadores.Europa tiene un «gap» importante de innovación frente a Estados Unidos e incluso China. Europa no puede quedarse atrás en la inversión de activos intangibles. La economía española aún está detrás de otras homólogas europeas en innovación y el BEI puede ser un instrumento de apoyo. Sobre todo cuando estas inversiones son para proyectos más pequeños con mayores dificultades de obtener financiación bancaria. En cuanto a la inversión en infraestructuras en Europa, aún está un 25% por debajo del nivel precrisis, por las restricciones presupuestarias que ha habido en muchos países.
–¿Qué opinión le merece el proyecto de Presupuestos?
–El BEI no opina sobre las políticas económicas de los distintos países. Lo importante de cualquier Presupuesto de un país europeo es que existen unas reglas comunitarias, claves para la estabilidad y que se deben adecuar a esas reglas. Y será la Comisión y los países los que valoren estos presupuestos. Lo importante para el BEI es que haya proyectos de inversión definidos y que sean sólidos para nuestra inversión.
–¿P ued e afectar a proyectos la falta de Presupuestos?
–Bueno, puede tener un efecto si afecta a estos proyectos de inversión. Si los planes de inversión de los promotores públicos cambian como consecuencia de que no haya Presupuestos o los haya prorrogados, en la medida que afecte a los proyectos que estuviera estudiando el BEI sí podría tener un efecto en determinadas operaciones. Pero el abanico de promotores con los que actúa el BEI en España es muy amplio y en sus 40 años en España ha hecho frente a todo tipo de situaciones económicas y presupuestarias.
–El Plan Juncker parece venir para quedarse. ¿Crecerá el rol del BEI?
–Sí, la Comisión y el BEI concluyen que el uso de garantías para apalancar recursos y movilizar otras inversiones es una forma útil de conseguir recursos. Una consecuencia interesante es que el BEI va a ser socio de la Comisión Europea con el nuevo Plan Juncker, «InvestEU», pero en lugar de contar de forma única con las garantías de acceso, también lo tendrán los bancos nacionales de infraestructuras e inversión, aunque el Banco Europeo seguirá siendo el socio prioritario.
–¿Cómo puede afectar el Brexit?
–La salida del Reino Unido del BEI y de la UE no es positiva ni para Europa ni, sobre todo, para Reino Unido. Reino Unido debe saber qué es lo que quiere para su futuro. Estamos esperando que haya una decisión de Londres sobre el camino que quiere tomar. Para el Banco Europeo de Inversiones el impacto más importante es la pérdida de capital del Reino Unido, unos 40.000 millones, que los estados miembros están tratando de solventar negociando una reposición de capital, que ya se está ultimando su aprobación, que espero esté en vigor antes del 31 de marzo. De esta cantidad, 3.500 millones los pondrá el banco de sus reservas y el resto los estados miembros según su peso en el capital.La posibilidad de una salida sin acuerdo es una situación que puede tener numerosas implicaciones y que al BEI le puede afectar. Londres ha manifestado su voluntad de seguir teniendo relaciones a futuro con el BEI.Eso se tendrá que definir en el ámbito de la relación global con Reino Unido. Confío en que el BEI no sea una fuente de conflicto.
–Por ejemplo, el BEI ha financiado buena parte de la red ferroviaria británica. ¿Qué ocurrirá con esto?
–Dentro del acuerdo de salida, está previsto que el Reino Unido proporcione al BEI una garantía irrevocable que cubra la participación del Reino Unido en la cartera de proyectos del BEI antes del Brexit. Con esto el banco está protegido.