La fábrica 4.0 se conecta a la realidad virtual y aumentada
Diseño, identificación de errores, mantenimiento, formación... la industria española empieza a explorar las muchas posibilidades de estas tecnologías
No es ciencia ficción, sino una realidad cada vez más implantada en la industria española. Si hace menos de una década la realidad aumentada y virtual eran tecnologías poco extendidas entre la sociedad española lo cierto es que poco a poco se ha ido familiarizando e instalando en diferentes áreas de nuestra vida. Pero donde se ha descubierto como un gran aliado es en las fábricas , donde se considera ya un elemento clave dentro de lo que es la transición digital y se posiciona como una de las tecnologías que estará implantada en la mayoría de ellas , independientemente del sector de actividad.
De hecho, los expertos ven que el desarrollo de la realidad aumentada y virtual aplicado al mundo empresarial es «imparable» y, según el vicepresidente de Industria de Capgemini Invent, Carlos García , en cinco años habrá una implantación «bastante relevante» en las empresas españolas . Y es que no solo ayuda a mejorar la efectividad y productividad entre la plantilla de la fábrica ya que reduce errores y, por tanto, también costes, sino que da mayor seguridad al operario.
Según detalla Carlos García, la realidad virtual y aumentada se está utilizando en cuatro áreas de la industria. Por un lado durante el proceso de diseño y ensamblaje pues permite «testar situaciones y probar el producto antes de fabricarlo». Asimismo, es una tecnología aliada para facilitar la identificación de errores en la empresa y de igual manera da soporte en las tareas de reparación y mantenimiento.
Valor informativo
El cuarto elemento, pero no menos importante, es que es una herramienta que facilita mucho la formación de los trabajadores . Según explica Pedro Sáez , CEO de Neosentec –compañía dedicada a diseñar y desarrollar la realidad aumentada–, lo que se busca con esta tecnología es poder trasladar al trabajador la información que la empresa tiene digitalizada «en el momento y la forma adecuados». Y es que la realidad aumentada , afirma Luis Galo , responsable de Inteligencia Artificial de Lantek, «permite adquirir experiencia a los usuarios antes de enfrentarse al proceso real» simulando un entorno virtual.
En esta misma línea se manifiesta el CEO de Innovae, Pablo Ayala , una empresa que lleva trabajando diez años esta tecnología aplicándola, sobre todo, en el ámbito de la formación. Y es que, tal y como defiende, está demostrado que la efectividad que tiene una experiencia de formación en realidad virtual es «lo más parecido a la experiencia del entorno real» , siempre contando con la ventaja de que permite evitar las situaciones de riesgo para el trabajador : «Aprendes cosas muy complicadas sin el riesgo de tener un accidente».
Es por ello por lo que Sáez considera que la realidad aumentada es algo que todas las empresas tienen que valorar puesto que es la forma «más eficiente» de hacer llegar a los trabajadores la información.
Ritmo dispar
Con estas aplicaciones, y aunque hay sectores donde la realidad aumentada y virtual está más desarrollada (automoción, aeronáutico, aeroespacial, naval, militar o grandes empresas energéticas), lo cierto es que los expertos consultados coinciden en que es una tecnología transversal , aplicable a todas las actividades fabriles.
También coinciden en que su implantación aún es dispar e incipiente fuera de los sectores mencionados. « Es todavía una opción reservada a grandes empresas en aplicaciones muy concretas o a centros de I+D », según el director canal OEM de Lantek, Francisco Pérez.
Pero donde está el freno, o una de las principales barreras para que esta tecnología sea cada vez más usada es en la elaboración del contenido y no tanto en el desarrollo de la tecnología. Es decir, como apunta Pérez, el problema está en el despliegue, «en cómo enriquecer la información en los dispositivos» . Es por ello por lo que a día de hoy la realidad aumentada y virtual no está al alcance de cualquiera, porque la inversión humana de esfuerzo para preparar la información es lo que todavía no está, a juicio de Pérez, «tan estandarizada como para que sea accesible».
Aun así, Ayala ve margen de mejora también en las gafas que se utilizan para la realidad aumentada , las cuales son todavía «caras y a nivel de prestaciones hay espacio de mejora». Esto no ocurre con las gafas de realidad virtual , que existen a muy bajo coste y con una calidad muy alta. «A la realidad virtual –según el CEO de Innovae– le falta movimiento humano y a la aumentada que las gafas que aparezcan tengan mejores prestaciones y precios más competitivos».
Noticias relacionadas
