Intervención del banco italiano Carige
Europa ha rescatado ya más de 60 bancos desde que estalló la crisis
La morosidad y solvencia de la banca italiana y las debilidades de gigantes bancarios como Deutsche Bank aún generan dudas en los mercados
Una década después de la quiebra de Lehman Brothers y del estallido de la gran crisis financiera sigue habiendo entidades en apuros. El nuevo año arrancó con la intervención de Banca Carige, décimo banco de Italia, por el Banco Central Europeo (BCE), que ha destituido a sus gestores y nombrado tres administradores. Este caso eleva ya a unos 61 el número de grupos bancarios intervenidos o nacionalizados en Europa desde 2008, según lo datos recopilados por ABC.
España es el país que más bancos ha apuntalado , intervenido o resuelto, 11, casi una quinta parte del total, seguido de Dinamarca (9), Irlanda (6), Eslovenia (5) y Portugal e Italia (4), Grecia (3), Chipre, Lituania y Letonia (1). Ahora bien, salvo los casos de Bankia y el Popular, en Alemania (4), Bélgica (3), Francia (2), Holanda (3) y Reino Unido (4) las entidades financieras solventadas o intervenidas han sido de bastante mayor tamaño, como Commerzbank, Fortis, Dexia, ING, Royal Bank of Scotland (RBS) y Lloys.
El dinero público usado para recapitalizar entidades, casi medio billón de euros según datos de la Comisión Europea, y el proceso de reestructuración y saneamiento han configurado un sector financiero europeo hoy más solvente y, por tanto, con un nivel elevado de resiliencia. Aun así quedan problemas por depurar , como la elevada morosidad en países como Italia y las debilidades persistentes en gigantes como Deutsche Bank.
Italia, aún bajo lupa
La intervención de Carige es un nuevo episodio de la inconclusa reestructuración del sistema italiano . Hace dos años, al tiempo que Unicredit ampliaba capital por 13.000 millones y reforzaba su solvencia por sus propios medios, el Gobierno de Roma salía al rescate del Monte dei Paschi y poco después al de Veneto Banca y Banca Popolares di Vicenza.
El gran problema de la banca italiana es su elevada tasa de créditos morosos, que es aún del 9,7% del total de préstamos, muy por encima de la media europea (3,6%) y, por ejemplo, de España (4,2%). Y su nivel de activos improductivos asciende al 8,1%. A esa debilidad se suma ahora que el aumento de la prima de riesgo italiana por la incertidumbre política en el país lastra a los bancos por su elevada exposición a la deuda pública nacional.
Deutsche Bank
Alemania inyectó en 2009 28.500 millones a Commerzbank, Hypo Real Estate, Aareal Bank y HSH Nordbank. Pese a ello, siempre ha sido acusada de ocultar posibles problemas en su red de entidades regionales y estatales, aunque las dudas del mercado no parecen estar en torno a esos pequeños y medianos bancos, sino en el coloso Deutsche Bank.
El primer banco alemán y uno de los mayores de Europa dejó durante años de lado la banca comercial y de empresas y se volcó en la de inversión, al tiempo que protagonizó grandes escándalos como la manipulación del Líbor que le han acarreado multas millonarias. Lo que preocupa a los inversores es la aparente incapacidad de la entidad, con una estructura gigantesca, para ser rentable. Prueba de ello es que es el banco de Europa que más valor ha perdido en Bolsa en 2018, un 57,5%, por delante del otro gigante bancario alemán, Commerzbank (55,7%).
Ajuste drástico en España
Los problemas bancarios en España comenzaron a aflorar en 2009 y 2010, cuando el Banco de España tuvo que intervenir , nacionalizar y luego vender Caja Castilla-La Mancha (CCM) y Cajasur respectivamente. A pesar de la demora del Gobierno de Rodríguez Zapatero en adoptar una solución contundente, en 2011 fueron nacionalizadas la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM), Novacaixagalicia, Catalunya Caixa, Unnim y Banco de Valencia. A esa lista se sumaron después, tras la nacionalización de BFA-Bankia, que puso en jaque al conjunto de la economía y obligó a pedir un rescate a Europa para todo el sector, la propia Bankia, BMN y Banco Gallego, y ya en 2017 el BCE resolvió y vendió el Popular.
La drástica reestructuración y el profundo saneamiento hecho a partir de 2012 por el sector financiero español ha sido puesto como ejemplo en el resto del continente: el mapa bancario se ha consolidado más que en ningún otro país y se ha reducido más de un tercio de su capacidad instalada, lo que ha situado a la banca española entre las más rentables de la UE . Además, el sector ha hecho una concienzuda limpieza de balance: los activos improductivos del sistema han bajado al 3,7%.
Los bancos españoles han mejorado también notablemente sus niveles de solvencia. Ahora bien, la ratio de capital de máxima calidad media del sector, 11,1% según los últimos datos de la Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés), están por debajo de la media europea (14,3%) y de países como Alemania (15,4%) y Francia (13,9%). No es casual que el Banco de España haya llamado en los últimos meses en público a las entidades a seguir reforzando su capital, sobre todo el de máxima calidad.
Francia y Benelux
El gran quebradero de cabeza bancario para Francia y Bélgica fue la entidad francobelga, que obligó a ambos países y a Luxemburgo a salir a su rescate con 15.000 millones de euros. Bélgica también rescató KBC y Fortis, y Francia Crédit Immobilier de France. A día de hoy la principal debilidad de la banca gala, además de su elevada exposición a deuda soberana como la italiana, es su bajo nivel de eficiencia. Eso sí, el Estado francés es junto al danés el que más dinero ha recuperado y ganado con las ayudas a la banca. Holanda también ha recuperado los 10.000 millones con que salvó a ING de la quiebra, pero no así lo inyectado en ABN Amro y SNS Reaal.
La caída de la City
La crisis de las hipotecas basura llegó de Estados Unidos a Europa a través de la City londinense. Northern Rock fue la primera víctima de las «subprime», obligando al Tesoro británico a salir a su rescate con 32.000 millones de euros. Reino Unido también tuvo que apuntalar con dinero público al RBS, Lloyds y Halifax Bank of Scotland (HBOS), gastándose más de 100.000 millones , la cifra más alta de la Unión Europea.
Irlanda, Portugal y Grecia
El terremoto sufrido por la economía irlandesa tuvo su epicentro en su sistema financiero: el país celta tuvo que pedir asistencia financiera a la UE y el FMI para poder apuntalar hasta seis entidades bancarias, esto es, el grueso de su sector financiero. Grecia, por su parte, acabó entrando en el capital de los cuatro bancos sistémicos del país: National Bank of Greece, Piraeus Bank, Alpha Bank y Eurobank Ergasias, teniendo la mayoría accionarial en los tres primeros. A lo largo de la crisis el Gobierno luso ha tenido que inyectar ayudas y nacionalizar entidades como Banco Portugués de Negocios (BPN), Banco Espírito Santo (BES), Caixa Geral de Depósitos y Banif, que han ido pasando a manos de entidades españolas y de otros países.