Endesa apuesta por mantener las nucleares en operación «a largo plazo»
La eléctrica prevé ganar un 7% anual más hasta 2021 y bajará el dividendo del 100% al 80%
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El consejero delegado de Endesa, José Bogas, ha apostado por mantener la operación de las centrales nucleares "a largo plazo, en adecuadas condiciones de rentabilidad y asegurando siempre que estas instalaciones cumplan los más elevados estándares de seguridad establecidos en la regulación nacional e internacional".
En una conferencia con analistas para presentar el plan estratégico 2018-2021 de Endesa, Bogas volvió a así a defender alargar la vida útil de las nucleares más allá de los 40 años para garantizar la transición energética a 2050, ya que "no hay otra alternativa" y garantiza la seguridad de suministro, un precio competitivo de la electricidad y ayuda en el cumplimiento de los objetivos de emisiones.
En su presentación del plan estratégico remitida a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Endesa señala que prevé un crecimiento de la demanda de electricidad en el sistema peninsular español de más del 28% desde 2017 a 2030, hasta los 325 teravatios hora (TWh), con un incremento de la demanda punta desde los 41 gigavatios (GW) hasta los 49 GW.
En este escenario a 2030, donde considera que el margen de reserva se situará en el 1,1, frente al 1,35 de 2017, la energética cree que la capacidad instalada de las renovables casi se triplicará en los próximos 13 años, desde los 31 GW hasta los 86 GW. Así, considera que a 2030 se deberán mantener en el 'mix' español los 7 GW existentes de nuclear, mientras que también será necesaria la permanencia de la generación térmica más allá de 2020; ya que de lo contrario el sistema requerirá unos 11 GW de nueva capacidad de respaldo de 2025 a 2030.
En su plan estratégico 2018-2021, Endesa ya confirma que no abordará las inversiones necesarias para adaptar las centrales térmicas de Compostilla (León) y Andorra (Teruel) al cumplimiento de los niveles de emisiones establecidos por la Unión Europea, pues las condiciones regulatorias y de mercado, tanto actuales como previsibles, las hacen inviables, por lo que cerrarán en 2020.
Desmantelamiento de Compostilla y Andorra
Así, el plan de la energética contempla las actividades necesarias para iniciar el desmantelamiento de las dos plantas a partir del 30 de junio de 2020, operación que la empresa efectuará "con pleno respeto de los puestos de trabajo de los empleados de ambas centrales, el desarrollo de importantes inversiones en energías renovables y la búsqueda de alternativas para ambos emplazamientos".
En su nueva 'hoja de ruta', Endesa sí que incluye las inversiones necesarias para adaptar la central de As Pontes a esos límites de emisiones, al igual que ya se ha hecho en la de Litoral (Almería). Por otra parte, Bogas destacó "el elevado esfuerzo inversor" que realizará la compañía en este periodo, con unas inversiones entre 2018-2021 de 6.400 millones de euros, lo que supone 1.400 millones más que el que se contemplaba en el plan anterior.
De esa cantidad total, 2.000 millones de euros se destinarán a energías renovables, "duplicando así el objetivo del plan anterior y proporcionándonos un claro factor de aceleración en el cumplimiento de nuestros objetivos de descarbonización", añadió el directivo. Además, el grupo energético destinará otros 1.900 millones a la modernización, automatización y digitalización de las redes de distribución.
Más beneficios
Además, Endesa espera que su beneficio neto crezca un 7% de media anual en el periodo 2018-2021, hasta alcanzar los 1.800 millones de euros en ese último año, según la actualización de su plan estratégico, que para 2021 contempla recortar el beneficio destinado a dividendo del 100 % al 80 %. La eléctrica, en un hecho relevante comunicado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), justifica la nueva política de dividendos, que en 2021 sustituirá a la anterior y que pondrá fin a la práctica de destinar el 100 % del beneficio de la empresa a dividendos que se ha aplicado en los últimos tres años y que continuará hasta 2020, en un mayor respaldo al "nuevo perfil de crecimiento de la compañía".
Endesa, que ha presentado la actualización de su plan estratégico para el periodo 2018-2021 un día después de que lo hiciera su matriz Enel para el 2019-2021, prevé en esos cuatro años que su resultado bruto de explotación (ebitda) pase de 3.500 millones de euros en 2018 a 4.000 millones en 2021, lo que supone un crecimiento medio anual del 5 %, un 14 % en todo el periodo.
De acuerdo con las cifras facilitadas y de cumplirse las previsiones recogidas en el plan estratégico, en 2021, con la nueva política de dividendos, se distribuirían 1.400 millones entre los accionistas, de los que 980 millones los percibiría Enel, que tiene un 70 % del capital de Endesa.
Para 2018, Endesa espera distribuir un dividendo de 1,33 euros por acción (del que se abonará a partir del 2 de enero uno a cuenta de 70 céntimos de euros), correspondiente al 100 % del beneficio previsto para ese ejercicio, que es de 1.400 millones de euros. En 2019 y 2020 también se destinará la totalidad del beneficio previsto para esos ejercicios, 1.500 millones y 1.600 millones, respectivamente, a dividendos, para pasar ya en 2021 a ser sólo del 80 %.
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