Las empresas españolas resisten pero revisan su presencia en Iberoamérica
El peso de los ingresos de la región en el Ibex ha caído cinco puntos, al 25%, y la inversión baja al nivel de 1996

Iberoamérica fue El Dorado empresarial para muchas compañías españolas. Allí se transformaron en multinacionales hace un cuarto de siglo, la inversión nacional en la región desde 1993 suma 220.000 millones de euros y en la última gran crisis capearon el hundimiento de la actividad en España gracias a sus negocios a ese lado del Atlántico. Sin embargo, la inestabilidad política y social , la desaceleración económica y la depreciación de las divisas pasan ahora factura a esa relación. No habrá una estampida empresarial, pero varias multinacionales ya han reenfocado o racionalizado su presencia en la zona.
Telefónica ha sido la última. La compañía anunció el pasado noviembre un plan de choque cuya medida más destacada es un repliegue en la región. La teleco ha creado una sociedad, Telefónica Hispam, en la que ha aparcado todas sus filiales en la región –México , Colombia , Ecuador , Argentina , Perú , Chile , Uruguay y Venezuela – salvo Brasil . Su objetivo es maximizar su valor, si es necesario con su venta, en línea con la enajenación de todas sus filiales en Centroamérica de los meses previos.
«Nuestras operaciones en Hispanoamérica eran hasta hace unos años el motor de crecimiento de la compañía. Sin embargo, las condiciones particulares en estos mercados han impactado en la evolución de nuestros negocios, mermando su contribución», admitió el presidente de la teleco, José María Álvarez-Pallete , al presentar ese plan.
Dificultades
Más de la mitad de la facturación anual de Telefónica , el 51,2%, procedía en 2013 de Iberoamérica , porcentaje que ha bajado al 42,9%. Lo mismo le ha sucedido a otros grupos. El peso de los ingresos de Suramérica en las empresas del Ibex se ha reducido en conjunto en cinco puntos porcentuales en el último lustro, del 30% al 25%.
Trimestre a trimestre la depreciación del real brasileño, el peso argentino y otras divisas ha empañado los resultados de las multinacionales. Y a la crisis en Argentina y el desastre venezolano, los lastres regionales, se une ahora la inestabilidad en Chile y Bolivia.
La desaceleración económica ha hecho renquear incluso a las dos potencias de la zona, Brasil y México. El PIB iberoamericano se ha expandido a un ritmo medio anual menor al 1% desde 2014, frente a la expansión del 4% anual registrada entre 2004 y 2013. El FMI ha recortado drásticamente las previsiones para la región: en 2019 habría crecido un raquítico 0,2% y para 2020 prevé que avance al 1,8%. No es casual que la inversión española allí se haya desplomado. Entre enero y septiembre del año pasado, según cifras oficiales, se habían desplegado en la región 2.380 millones, lejos de los 10.000 anuales de los últimos años.
La estrategia española en Iberoamérica pasa ahora por focalizar los recursos en los mercados grandes y rentables y consolidarse en aquellos clave, como Brasil y México, no poner banderas en el mayor número posible de países. «Durante una década la consigna fue la expansión, se primó el crecimiento sobre la rentabilidad; ahora es lo contrario», dice el director corporativo de Riesgos de Solunion, Enrique Cuadra, quien apunta a que mucha inversión se está desplazando también a Centroamérica y Estados Unidos.
Foco en la rentabilidad
Telefónica va a centrar sus esfuerzos en Brasil. El Santander, por su parte, viene de incrementar su apuesta por México y mantiene su confianza en Brasil, pero ha vendido su filial en Puerto Rico por casi 1.000 millones. Con una cuota del 8%, no tenía posibilidad de ser líder en un mercado copado al 70% por los tres primeros bancos del país, lo que no encajaba con su estrategia de centrarse en mercados en los que tiene tamaño suficiente para estar entre los primeros bancos. Eso mismo llevó a BBVA a salir de Chile por 1.850 millones . Los inversores presionan cada vez más a la banca, aquejada de un problema de rentabilidad, para que venda operaciones no rentables y libere capital.
«Algunas empresas están concentrando su presencia en los principales mercados iberoamericanos. En muchos casos, los menores retornos en los mercados más pequeños ha llevado a las empresas a reconsiderar su presencia en estos mercados y a concentrar sus operaciones en los más grandes, donde se pueden alcanzar mayores volúmenes de negocio. La fragmentación de mercados en Iberoamérica es una de las asignaturas que deben superarse», incide el director general de CEOE Internacional, Narciso Casado, quien asegura que las firmas van a seguir apostando por la región.
Vocación de permanencia
«Seguirá siendo un pilar fundamental en su estrategia internacional», dice Casado, indicando que «lo que está ocurriendo en algunos casos no es tanto una reorientación de sus prioridades geográficas como una profunda transformación de sus modelos de negocio » ante el cambio del entorno global.
Las multinacionales españolas han demostrado gran resiliencia a los constantes altibajos en Iberoamérica, incluidas expropiaciones y nacionalización de activos. A fin de cuentas, están defendiendo una cuarta parte de sus cuentas de resultados. Eso sí, hay una vocación de permanencia y largo plazo por el potencial de crecimiento en la zona. «Es una región que debe hacer grandes inversiones en infraestructuras y energía en los próximos años, y eso es una oportunidad», detalla el profesor del IE Business School Juan Carlos Martínez Lázaro, quien añade que el acceso de más población a la clase media también creará necesidades de servicios -bancarios, de telecomunicaciones- que las firmas españolas atenderán.