Alimentación

La empresa que trajo el mar a la meseta castellana

Noray ha puesto en marcha en Medina del Campo (Valladolid) una granja de acuicultura de langostinos bajo criterios de sostenibilidad

La variedad cultivada es originaria de Centroamérica ABC

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La globalización ha mostrado en los últimos años un sinfín de posibilidades de desarrollar negocios en lugares insospechados. Es ya habitual producir cultivos autóctonos de un determinado continente en otros; en algunos casos con gran éxito como aguacates en Málaga y Granada, tomates en Países Bajos o naranjas en Israel. Pero si hablamos de acuicultura sostenible en plena provincia de Valladolid puede parecer, a primera vista, un hecho particularmente llamativo. Y si faltaba algún molde por romper, el proyecto ha sido llevado a cabo por un emprendedor noruego, Bjorn Aspheim , que desarrolló sus investigaciones en Estados Unidos para, posteriormente, recalar en España.

La empresa Noray , establecida desde 2015 en Medina del Campo , ha puesto en marcha una granja de acuicultura de langostinos en cuyo proceso no utilizan antibióticos, ni sulfitos ni colorantes para su conservación. Todo el proceso es controlado para asegurar la máxima calidad y la sostenibilidad en el proceso. La especie cultivada y que mejor se adapta a la acuicultura es la clase «Penaeus vannamei» , que es originaria de Centroamérica , aunque existen otras variedades en el mundo.

Desde su inicio, la sostenibilidad ha sido el eje central de su política empresarial, asegura el director comercial de Noray, Sebastián Díaz . Las larvas, importadas de EE.UU. vienen libres de enfermedades y su posterior cría y desarrollo de la producción –ya en España– se hace en un entorno controlado al no criarse en aguas abiertas.

Díaz asegura que este tipo de producción tiene cada vez un mayor número de adeptos, especialmente entre los consumidores del norte de Europa, no solo por carecer de conservantes y antibióticos, sino por el tipo de crianza, que es respetuoso con el medio ambiente y se vela por las condiciones laborales de los productores. En muchos de los países productores es habitual la deforestación de los manglares para aumentar la superficie dedicada a su cría y la abundancia de microplásticos.

Los principales países productores del mundo son China, Vietnam, Tailandia e India en Asia, y Ecuador, Perú, Honduras y Nicaragua en América.

La decisión de elegir nuestro país como el idóneo para implantar el proyecto se debe al elevado consumo de crustáceos, como langostinos, gambas o gambones, al ser muy apreciados por el consumidor español, con un consumo de 170.000 toneladas anuales . De hecho, Mercamadrid es el segundo mercado central del mundo en pescados y marisco, tras el de Tsukiji, en Tokio.

La explotación cuenta con 7.000 metros cuadrados y produce cien toneladas al año

Según Díaz, en Europa y en España ya existen granjas de gambas, pero «la nuestra es la primera en la cría de langostinos ». La explotación cuenta con 7.000 metros cúbicos con 24 tanques (16 de 300 metros cúbicos y ocho de 150 metros cúbicos) y produce cien toneladas anuales. « Podríamos duplicar esa cantidad , pero no lo hacemos en una clara apuesta por la calidad», asegura. En Noray únicamente crían dos tallas, mientras que es habitual que existan hasta diez. «Solo trabajamos dos tamaños estándar».

Todo el trabajo se lleva a cabo en un ambiente cerrado, donde se reproducen las condiciones que tienen en la naturaleza. El 80% del proceso se debe a la calidad del agua y se ha conseguido mediante un elaborado estudio para reproducir las condiciones de temperatura, salinidad y luminosidad propicias para el langostino. No sirve ni el agua corriente ni la de los acuíferos. Posteriormente, se purifica y se vuelve a reutilizar.

Mar y tierra

El nombre de la empresa, Noray, es un juego de palabras por su parecido fonético Norway (Noruega en inglés) y por su significado en español, ya que según la RAE, noray es el bolardo o amarra que hay en tierra para asegurar la embarcación, «lo que supone el enganche del mar con la tierra», indica Díaz.

ABC

Respecto a la comercialización, Noray también apuesta por cerrar el ciclo de economía circular y sostenibilidad en el proceso de envasado : bandejas de PET transparentes –de mejor reutilizado que las tradicionales–, de celulosa reciclada y las denominadas de atmósfera modificada , para alargar la vida útil del producto. Y para los envíos, las cajas de polietileno estirado (corcho blanco) se han sustituido por envases de cartón reciclado térmico con certificación FSC.

El enclave de Medina del Campo, por su ubicación, permite cubrir toda la demanda de España, Portugal y también Francia , entre 24 y 48 horas. Noray está inmersa en un proceso de ampliación. La Junta de Castilla y León ha invertido tres millones de euros . Posteriormente la compañía confía en abrir granjas en otros países.

Debido a la pandemia, la compañía ha ido variando su estrategia de ventas y ha apostado por la gran distribución y envíos a particulares, debido al cierre de gran parte de la restauración. En origen los restaurantes con estrellas Michelin eran su principales clientes . En 2019, vendían a estos entre el 30 y el 40%, mientras que el pasado año la gran distribución acaparó en torno al 95% de las ventas totales.

Producción bajo pedido

Actualmente, toda la producción de Noray se realiza bajo pedido, especialmente para cantidades importantes, aunque existe un «stock» de género congelado. El 80% de la elaboración es para fresco y cocido , y el resto, congelado.

En cuanto a las exportaciones , estas han ido ganando peso y actualmente se sitúan en un 70%, destinadas principalmente a Austria, Alemania y próximamente a Suiza y Noruega .

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