El emprendedor que seduce a las grandes corporaciones
Tras vender BuyVip a Amazon en 2010, Gustavo García Brusilovsky ha logrado que Repsol adquiera el 100% de Klikin, startup que cofundó hace ocho años

Gustavo García Brusilovsky nunca había pensado en él como emprendedor y, sin embargo, es esta una faceta que le ha dado grandes satisfacciones. Con una dilatada experiencia en puestos de responsabilidad en grandes multinacionales como Procter&Gamble, McDonalds o IBM, el nuevo siglo ... marcó un punto de inflexión en su trayectoria. Corría el año 2000. García Brusilovsky trabajaba en París, antigua sede europea del gigante tecnológico, y empezaba a ser habitual que algunos de sus colegas abandonasen el barco para fundar sus propias startups. «No tenía asimilado todavía el concepto de montar una compañía desde cero trabajando en una empresa del tamaño de IBM, pero llegué a la conclusión de que, si mis compañeros se iban, yo debía de estar perdiéndome algo», recuerda.
Sin más bagaje en esas lides que varios intentos frustrados de intraemprendimiento, probó suerte con su propio negocio, pero, con el estallido de la burbuja de las «puntocom», fue incapaz de conseguir financiación, por lo que optó por un plan B : buscar un proyecto ya en marcha que le atrajese. En 2001 se unió a Portum , un portal alemán de subastas para empresas, en calidad de socio minorista. Tras la venta de la firma en 2005, logró, al fin, liderar su propia compañía. Llamó al que había sido su jefe en Portum y juntos cofundaron en 2006 BuyVip , un outlet online de marcas de moda, en el que Gustavo ejercía como CEO. El éxito fue tal que en 2010 Amazon adquirió la startup por 70 millones de euros , un hito «made in Spain» en aquellos tiempos solo comparable a la venta de Tuenti a Telefónica.
Después llegaría la creación de Klikin , una startup que desarrolló una plataforma digital de reserva, pago y gestión de promociones para conectar a negocios locales con sus clientes, y la historia se repitió: otra gran corporación, esta vez Repsol, se fijó en ella y, a finales de 2017, adquirió una participación del 70% para impulsar la aplicación de pago Waylet. La semana pasada la energética anunció que se hacía con el 30% restante.
Un ejemplo de colaboración entre un coloso empresarial y una compañía emergente que García Brusilovsky espera que sirva de precedente y refuerce las relaciones entre estos dos tipos de empresas. «Repsol ha tenido una combinación de capital humano que ha sabido hacer cosas fuera del libro, apoyo de la alta dirección y humildad para tomar la decisión. Otras corporaciones deberían mirar con detalle lo que ha hecho y replicarlo porque así aprovecharían todo el talento que hay en España, donde lo que falta es una estructura de financiación adecuada», comenta, convencido de que nuestro país cuenta con una cantera igual que la de Silicon Valley . «El español –continúa– es muy creativo y cada vez tiene menos miedo al fracaso».
El verdadero freno, en su opinión, es el acceso a capital: «Tendríamos que reorganizar cómo estamos apoyando al entramado emprendedor y los fondos de recuperación europeos, si se aprovechan bien, son una ocasión histórica ». Echa en falta, además, «una iniciativa europea que demuestre que la unión hace la fuerza, de manera que, independientemente de que estés en España, Francia o Alemania, tengas acceso a capitales que sean un poco más europeos, no tan locales». Y critica que las reglas del juego sean las mismas para grandes empresas y startups, por ejemplo, en lo relativo a la fiscalidad de las «stock options» (remuneración complementaria a directivos o empleados mediante acciones de la empresa).
Cerrado con final feliz el capítulo de Klikin, el emprendedor está centrado al 100% en Fashionalia , el marketplace de marcas de moda que confundó a finales de 2016. En un futuro lejano le gustaría dedicarse a un «proyecto personal que quiero hacer para dejarles a mis hijos».
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